por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Univ. de Lleida (España)
Interpretaciones fabulosas de grandes huesos y relatos legendarios surgidos en algunas localidades del valle del río Tisza (Hungría) (1)
Introducción
En los países costeros mediterráneos, durante la antigüedad clásica, la interpretación que se acostumbraba a hacer de los grandes huesos de mamíferos prehistóricos que se hallaban enterrados por causas naturales o por motivos rituales o sumergidos en ríos y zonas pantanosas, fue que eran despojos corporales pertenecientes a algún gigante legendario, ya fuese un héroe mítico o uno de sus oponentes. (***)
Durante el medievo y hasta la Edad Moderna, por toda Europa, en general, y en Hungría, en particular, se habían seguido encontrando grandes huesos petrificados, necesitados de la correspondiente interpretación justificadora. Se hallaban enterrados en ciertos lugares, emergiendo al realizarse ciertas labores que implicaban el movimiento de tierras, como eran las obras de excavación del terreno con muy variados fines, civiles, militares o religiosos. En otras ocasiones se sacaban del fondo de algunos ríos o zonas pantanosas mientras se realizaban actividades pesqueras, desviaciones del curso del río, dragado del fondo fluvial, etc.. Otras veces, parecían estar ocultos en rincones recónditos de ciertas cavernas de las zonas alpinas. De forma semejante a como se había hecho en la antigüedad, habitualmente, se consideraba que eran los huesos que se habían conservados después de la descomposición del cuerpo de ciertos seres monstruosos como dragones, seres sobrenaturales como unicornios o de ciertas clases de seres humanos gigantes que por algún motivo extraordinario habían alcanzado una enorme estatura, muy superior a la de los humanos normales.
Las gentes de aquellas lejanas épocas y supersticiosas sociedades ignoraban, pues no podían saberlo ni imaginarlo que aquellos grandes huesos, en realidad, pudieran tratarse de huesos fósiles de grandes animales de tiempos remotos. Imposible que pudieran imaginarse que pudieran proceder del esqueleto de ciertas clases de grandes mamíferos prehistóricos, algunas de cuyas partes esqueléticas se hubieran conservado contra todo pronóstico, por haberse beneficiado, tras su muerte, de algunas condiciones ambientales excepcionalmente favorables a su preservación.
La mítica guerra de los primeros príncipes magiares contra los gigantes (1)En el caso particular de Hungría y algún otro país vecino, por efecto de ciertas condiciones geográficas (límite entre oriente y occidente), históricas (sucesivas oleadas invasoras de pueblos nómadas procedentes del este) y culturales (mantener buenas relaciones con pueblos vecinos de origen oriental y cultura islámica, formar parte del poderoso, belicoso y refinado imperio otomano durante 150 años), en la mentalidad y mitología popular húngara siempre estuvo muy presente el recuerdo de la figura mítica de los gigantes antiguos. Considerados como personajes reales de la antigüedad fundacional, con cierta influencia social y cultural, e incluso, cierta transcendencia de legitimación histórica.
La mención escrita más antigua que se conoce hoy día sobre los "huesos de gigantes", encontrados en Hungría, procede de un escrito del viajero árabe andalusí Abu-Hámid al-Garnáti. Se trata de un texto que forma parte de un libro de viajes que fue escrito a partir de notas breves que recogían sus observaciones directas personales, durante su estancia en diversos países europeos y no europeos. El texto que nos interesa resaltar recoge sus vivencias en el transcurso de un viaje realizado por el territorio húngaro de aquella época, cuando permaneció en Hungría entre los años de 1150 y 1153, entonces aquel territorio aún no estaba bajo dominio otomano, sino del permisivo rey cristiano Geza II muy bien relacionado con sus vecinos islamizados.
Es de suponer que al-Garnáti además de las observaciones propias, también integraría en su escrito alguna información extraída de alguno de los relatos ancestrales recogidos de boca de sus anfitriones cristianos, durante su estancia de 3 años en territorio húngaro. Entonces el territorio aún estaba libre de influencias directas turcas, pues aún no había sido conquistado por los turcos (1541-1699), de manera que posiblemente habría incluido las leyendas y tradiciones orales fabulosas, verosímiles en aquella época, que escuchó contar a sus anfitriones e informantes magiares, relatadas como sucesos históricos verdaderos vividos por sus antepasados. Pero en el caso particular que nos ocupa, no son visibles en el texto que fue escrito durante los últimos quince años de su vida, en parte, dedicados a redactar sus experiencias como viajero.
Al-Garnáti afirmaba lo siguiente sobre los "gigantes" cuyas tumbas y restos dice que vio personalmente en su viaje a Hungría: "En la tierra de Básgird o Basquir [Hungría] encontré muchas tumbas de la gente de Ad (1) que había vivido en este país. Una vez me enseñaron la mitad de la raíz de un diente de un adita (habitante procedente del reino de Saddad ibn Ád), tenía un rasan [= 1 palmo] de ancho y pesaba 1200 miskals [= 5,5 kg]. El hueso de la pierna de otro adita [gigante] que me enseñaron, era tan grande que no podía ser levantado del suelo con una sola mano".
Estando en territorio "Búlgaro" (Rusia) Al-Garnáti también recoge otros hechos sorprendentes que no relaciona con los "huesos de gigantes", pero que nosotros sabemos que sí están muy relacionados con esos personajes imaginarios. Refiriéndose al territorio de la "Bulgaria" de aquella época, situado cerca del tramo alto del curso del río Volga, más al norte del actual Moscú, en la Rusia actual, escribe: "Bajo la tierra es posible encontrar muchos colmillos de elefante. Son blancos como la nieve, y pesados como el plomo. Cada uno de ellos pesa al menos doscientos mann [?]. Dicen que son de elefante, pero nadie sabe de qué criaturas son. Son llevados a Khwarazn [Uzbekistán] y a Jorasán [Irán oriental], donde hacen peines y otros objetos de marfil con ellos."
También comenta que "En aquellas tierras norteñas es posible encontrar los huesos de las gentes de ´Ad [gigantes aditas]. Un diente mide dos palmas de ancho, y cuatro de largo. Desde el suelo hasta los hombros miden cuatro brazos , y su cabeza es tan grande como una cúpula."
Casi cuatro siglos más tarde, en 1585, el diplomático y viajero francés Jacques Bongars, yendo de viaje hacia Constantinopla (Turquía), pasó por Hungría, donde sus anfitriones magiares le hablaron de los gigantes antiguos del país. Sobre su estancia en la localidad de Komárom, Jacques Bongars comentó: "Me mostraron un enorme húmero humano encontrado en el lecho del río Danubio, cuya longitud era de 4 palmos grandes y su ancho de 2 palmos".
Sobre su paso por la localidad de Nagyenyeden [Nagyenyed], en Transilvania, hizo la siguiente observación: "En el castillo de Nagyenyeden se pueden ver huesos de gigantes y cabezas de dragones, que fueron traídos desde algunas montañas cercanas de Transilvania, donde dicen que hay muchos de ellos." (2)
Otra representación de la lucha entre humanos y gigantes humanoides "La lucha entre el caballero y el gigante". En los enfrentamientos, casi siempre vencen los humanos, dotados de mayor inteligencia, atucia y habilidad manual.
Imagen: https://www.alamy.es/foto-la-lucha-entre-el-caballero-y-el-gigante-de-odio-de-la-historia-del-asesino-gigante-o-la-batalla-que-todos-debemos-luchar-49564712.html
A partir de un libro de viajes escrito por Evliyá Çelebí, un célebre viajero y escritor turco del siglo XVII, que viajó durante cuarenta años a través de los territorios que entonces formaban parte del Imperio otomano y de algunos territorios vecinos, podemos conocer más noticias sobre la existencia de los "huesos de gigantes" y saber que algunos de ellos habían sido extraídos del fondo del río Tisza.
Con fecha de 1660, cuando ya hacía 19 años que los turcos habían conquistado aquel territorio, cuenta Evliyá Çelebí que un sacerdote cristiano húngaro que había sido capturado por los invasores turcos en Nagyvárad, utilizado como informante, le habló de la llegada al país de los primeros habitantes húngaros (magiares) y de que a su llegada tuvieron que enfrentarse con los gigantes que vivían en el valle del río Tisza, para poder conquistar y ocupar aquel rico y fértil territorio: "El tercer conquistador luchó contra los gigantes que habitaban en las orillas del río Tisza, matando a miles de aquellos gigantes y empujando sus cuerpos muertos al lecho del río Tisza. Por este motivo, todavía hoy, se extraen del fondo del río Tisza cráneos del tamaño de bañeras y huesos gigantescos de cinco codos de largo. El mismo príncipe, luchando contra uno de los más poderosos gigantes, cuando se agarraron fuertemente el uno con el otro, cayó al río Tisza donde se ahogaron los dos. Su cuerpo ahora reposa a orillas del Tisza [en un mausoleo]."
Representación gráfica de la actividad expoliadora de un temible gigante ladrón. Está desvalijando la granja de unos aterrorizados campesinos. Una muestra de las abusivas relaciones que estos enormes y vigorosos seres imaginarios habrían mantenido con los humanos...
ilustraciones de Arthur Rackham publicado 1927. Imagen: https://www.amazon.com/-/es/Ilustraci%C3%B3n-campestre-relatados-ilustraciones-publicado/dp/B07DPH8D1V
Sobre los príncipes conquistadores Evliyá Çelebí dice: Los primeros húngaros llegaron y se instalaron en la cuenca de los Cárpatos bajo el liderazgo de cuatro príncipes [Bán Kassa, Bán Nagy Ezsder/Bán Jezsder, Bán Kursz y quizás un cuarto príncipe, Mencsár] quienes habían huido de su país originario debido a las guerras que asolaban Irán, cuya parte nororiental, donde vivían, fue ocupada primero." (3)
Con fecha de 1661 Evliyá Çelebí escribió sobre el príncipe Bán Kassa -entre otras cosas- lo siguiente: "El fundador de esta ciudad es uno de los hijos de Menüchehr, Kassa bán, que vino del país de Adzem [Irán]. Luchó con gigantes en las orillas del Tisza, mató a los gigantes y los arrojó a las aguas del río Tisza. Al final, él mismo se ahogó en el Tisza. Recientemente, por motivo de aquella antigua lucha con los gigantes, algunos pescadores han sacado de las aguas del Tisza cráneos del tamaño de calderos y huesos de gigantes de ocho arsines (4) de largo." Actualmente, el mismo Kassa descansa en un notable monasterio a orillas del río Tisza.
También con fecha de 1661, Evliyá Çelebí en relación con una visita, realizada al lugar de un antiguo campamento militar situado a orillas del río Tisza, dice: "Desde aquel lugar [el señor de Kassa] (...), a orillas del río Tisza, a una hora de camino de distancia del lugar donde Menúcsehr y Kassa bán, construyeron el castillo de Kassa y de Korlátik y que también construyeron el citado monasterio de Korlátik, en donde ahora descansan los restos de ambos,bajo una alta cúpula, en el jardín de Irem [el mítico jardín islámico del Edén…]. Y estando allí, a orillas del río Tisza, vimos y miramos los cráneos y huesos de algunos de los gigantes matados por el señor de Kassa. Estos cráneos son tan grandes como una bañera y los huesos de las piernas son como el tronco de un árbol". (5)
Ilustración de Richard Doyle, de mediados del s. XIX. Se ha representado a Jack Matagigantes, de pie sobre el cuerpo desplomado de un gigante derrotado, desplomado sobre su porra de madera. Jack con su espada en alto aparece dispuesto a decapitarlo. Otra representación legendaria popular del conflicto antiguo y violento entre humanos y gigantes.
Imagen: Meisterdrucke https://www.meisterdrucke.es/impresion-art%C3%ADstica/Richard-Doyle/1423859/Jack-de-pie-sobre-el-cuerpo-de-un-gigante%2C-con-su-espada-en-alto.-Ilustraci%C3%B3n-en-color-en-un-libro-infantil..html
El médico y viajero inglés Edward Browne, que visitó Hungría en el siglo XVII, escribía en el libro de viajes publicado tras su regreso, en 1673, en relación a su visita al castillo de Sempt, en las Tierras Altas de Hungría: "En la entrada del castillo de Sempt vi una enorme costilla, un gran húmero y un diente enorme. Creo que debían haber pertenecido a alguna especie de elefante, pues yo ya había visto el esqueleto de esta clase de animales anteriormente. Pero no comenta si le explicaron cuál era su procedencia geográfica o su origen legendario. Pero Edward Brown añadía, en relación a su estancia en otra población, lo siguiente: "En la puerta del palacio imperial en Laxenburg [pequeña población austriaca cercana a Viena] también se pueden ver expuestos huesos de este tipo; Dicen allí, algunos, que estos huesos son los de una gran virgen pagana y otros que son los de un gigante."
Ilustración de de finales del siglo XIX, para el libro The "Pilgrims Progress" de John Bunyan. Representando al grupo armado formado Great-Heart y sus compañeros preparándose para atacar al siniestro gigante Slay-Good que atacaba fieramente a los viajeros humanos, que debían pasar por el estrecho desfiladero que el asesino controlaba, usando una sólida y mortífera cachiporra de madera.
Durante los siglos XVIII y XIX el término "huesos de gigante" todavía se seguía utilizando, con frecuencia, en el lenguaje usado por la gente común y corriente, es decir, las clases populares. Sin embargo sorprende que a principios del siglo XVIII, e incluso también más tarde, aún aparezca tal término en algunos trabajos científicos. Por ejemplo en el Tratado de Mineralogía de Ferenc Benkő, publicado en 1786, se mencionaban los "huesos de gigante" entre los "huesos humanos petrificados". El mismo autor, en la presentación de la colección de Ciencias Naturales del Bethlen Kollégium de Nagyenyed, escribió la siguiente frase: "Algunos de los llamados "huesos de gigantes", en realidad, son huesos de grandes animales antediluvianos".
En 1799 el escritor y bibliógrafo István Sándor publicó un libro recopilatorio de relatos costumbristas, en el que recogía y comentaba ciertos hechos reales de su época, sucedidos en Hungría (6). Resulta muy interesante el relato nº 17, titulado “Sobre los llamados Huesos de Gigante”
"Aquí en el pueblo de Lukán, en la provincia de Nyitra, condado de Vár, un campesino pobre, excavando una bodega en la ladera de un cerro, encontró unos grandes huesos y dos colmillos semejantes a los de elefante. Algunos dicen que son los huesos de un gigante. Pero los naturalistas y físicos [médicos] modernos, se ríen de los relatos antiguos sobre los gigantes y los consideran cuentos de viejas. En resumen, los científicos de hoy pretenden que antiguamente no pudieron haber existido los gigantes como tampoco existen ahora en ningún lugar del mundo. Respecto a los grandes huesos, que les han sido atribuidos por los crédulos y fantasiosos, los científicos, que no creen tan fácilmente en fábulas, creen que son los huesos de grandes mamíferos marinos llamados elefantes, osos, vacas, leones y lobos de mar, etc. Esos huesos hallados ahora serían sus restos, que quedaron sobre el barro después del Diluvio, cuando se produjo el retroceso del nivel del mar en las costas de todo el mundo y que ahora están siendo desenterrados por los chubascos y arrastrados por los ríos, lejos de donde se depositaron, en las costas o en las montañas. También entre los científicos ha habido, y hay algunos otros, que consideran que estos huesos son de cadáveres de elefantes, porque a menudo es posible utilizar esos huesos y dientes para trabajos mecánicos, tan finos como los que se hacen con los huesos obtenidos de cadáveres de elefantes del sudeste de Asia o de África. Pero quienes han estudiado estos huesos bien de cerca dicen que encontraron algunas diferencias entre esos huesos y los de los elefantes."
Pintura alegórica de Ticiano, el poderoso y temible gigante Goliat, abatido por la certera pedrada de David, yace desplomado bajo sus pies, decapitado con su propia espada. Imagen: Muy Interesante México https://imagenes.muyinteresante.com.mx/files/vertical_composte_image/uploads/2023/05/31/6477a7e481018.png
Notas
(1) Unos gigantes imaginarios que según la tradición islámica eran originarios del legendario reino arábigo de Saddad ibn Ád. Al-Garnati aplica una tradición islámica de origen oriental en su interpretación de los grandes huesos y dientes observados en Hungría, e introduce en su relato del viaje por Hungría, una tradición islámica de origen oriental. En otra parte distinta del texto escrito que se comenta ahora, al-Garnati añade ciertos detalles, diciendo: "Cuenta al-Subi en su Libro sobre La vida de los reyes que Saddad ibn Imran ibn Ad era rey del reino árabe perdido de Iram de las Columnas y su pueblo era el primitivo pueblo de Ad. Unas gentes a las que Dios había aumentado considerablemente el tamaño de sus cuerpos hasta ser mucho más grandes y fuertes que nosotros. ...... Cuando Shaddad ibn ́Ad ordenó construir la ciudad de Iram Dhat al-Imad, envió a su primo al-Dahhak ib Alwan ibn ́Ad ibn Iram ibn Sam con diez mil gigantes a Iraq y a Khurasan. Les acompañó un seguidor del profeta Hud, que la paz sea con él, llamado Lam ibn ́Amir ibn ́Ad ibn Iram. Tras decirle que era un tirano, un impío y un corrupto. Al-Dahhak le amenazó, y Lam comenzó a temer por su vida"...... Lam decidió abandonar la caravana. Vagó hasta llegar al norte de la Gran Roma, y tras ello prosiguió su viaje de huida hasta las vastas y desoladas estepas, en donde no habita ningún hombre......
Al-Dahhak, tras percatarse de que Lam les había abandonado, envió a dos de sus comandantes [acompañados de su tropa de gigantes] a buscarle. Uno de ellos llegó hasta los dominios de los búlgaros, y el otro hasta la tierra de los basquires [Hungría]. Posteriormente, ambos se dirigieron hacia los reinos del norte, pero no encontraron rastro alguno de Lam. Mientras tanto Al-Dahhak fue asesinado, y los gigantes de la expedición se dispersaron entre los territorios de los búlgaros [Rusia] y de los basquires [Hungría], en donde ahora se encuentran sus tumbas [conteniendo sus enormes huesos y dientes]."
Por tanto su población sería un tipo de gigantes, guerreros, brutales y feroces, que se dedicaban a guerrear y someter brutalmente a los pueblos vecinos.
(2) No hace falta decir que los supuestos "huesos de gigantes" eran huesos de mamut, y las denominadas "cabezas de dragón" eran el cráneo de "osos de las cavernas".
(3) Su árbol genealógico no está del todo claro pues Evliyá Çelebí a veces los deriva del conocido gobernante de las leyendas persas, el rey Menúchsehr, y a veces de su hijo, Mencsár. En algunos casos, considera que el nombre Mencsár es una distorsión de Menúcsehr, pero en otros separa claramente a las dos personas. Llama la atención que falte el nombre del cuarto príncipe, que alguna vez fue identificado con Mencsár. El príncipe mencionado aquí, pero no nombrado - a diferencia de los posteriores - no puede ser Kassa bán, porque es el primero mencionado por el viajero en este lugar (Comentario por cortesía de Balázs Sudár).
(4) arsin: antigua medida turca de longitud, hay diferentes tipos y pueden variar entre 65 y 75 cm.
(5) Evliyá Çelebí omitió la ubicación de la localidad mencionada: Korlátik. Tal vez pudiera ser el actual pueblo de Korlát, en el condado de Abaúj, que se encuentra junto a la carretera, al sur de la antigua localidad de Kassa, cerca de Hernád; la antigua localidad Kassa es ahora la actual localidad de Košice, hoy en día en territorio de Eslovaquia.
Fuentes
Anónimo. Pueblo magiar. Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_magiar#
Anónimo. Shaddād. Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Shaddad
Anónimo. Abu Hamid al-Gharnati. Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Abu_Hamid_al-Gharnati
Géczy, Barnabás (1994). A magyarországi őslénytan története. (Historia de la paleontología húngara). Akadémiai Kiadó. Budapest (Hungría)
Hála József (2016). Különös kövek, csodás csontok. Kilenc dolgozat a népi geológia köréből. (Piedras extrañas, huesos maravillosos. Nueve tesis del campo de la geología popular). Fundación del Museo de Mineralogía y Minería de Minerales. Rudabánya (Hungría)
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