viernes, 11 de diciembre de 2020

Folclore paleontológico italiano (14)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (4)

Determinadas secciones de los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (4)

Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (IV)

Restos fósiles de megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos legendarios, en el norte de Italia (3)

Leyendas de motivación paleontológica en la Región de Lombardía (3)

Interpretaciones fabulosas y relatos legendarios en localidades de la prov. de Como, Reg. de Lombardía (3)


La muralla de il Sasso Malascarpa, construida por el Diablo, que las brujas transformadas en cabras o cabalgando caballos salvajes o machos cabríos, usaban como trampolín para atajar camino y llegar volando hasta las montañas de los Corni di Canzo, para celebrar allí el Sabbat. Municipio de Canzo, prov. de Como (Segunda parte)


Introducción

Il Sasso Malascarpa, a primera vista y desde la distancia, se asemeja a una especie de muro construido con grandes piedras, sobre una ladera y cresta montañosa que en alguna zona parece coronado por unas figuras que asemejan corpachones de gigantes deformes que vigilan el lugar, cuando se mira de cerca, se ve que son simple bloques de piedra de formas curiosas. 

Aspecto de la zona inferior izquierda del afloramiento del estrato calizo, denominado il Sasso Malascarpa, visto por su lado meridional, yendo en dirección a las tres cimas denominadas Corni di Canzo. El conjunto rocoso, observado desde una cierta distancia, muestra su innegable semejanza con una muralla ciclópea, en ruinas. Fotografía original de Sergio Scanzioli.
Imagen: Obiettivo Orobie

Cuando alguien ha buscado algún sentido o explicación de utilidad a esta muralla, teniendo en cuenta su situación aislada y lejos de cualquier núcleo humano habitado, antiguamente o modernamente, parecería que nunca habría tenido alguna utilidad estratégica, de uso militar, pero tampoco se le ve una organización estructural que permita suponer alguna utilidad residencial. Puestos a especular fabulosamente, tal vez podría tratarse de una construcción levantada con una función puramente monumental, quizá creada para que sirviera de señal visual y recordatorio del poder de su propietario y constructor, pues dada su posición elevada, su extensión, altura y coloración grisácea de tonalidad blanquecina, su figura destaca muy claramente en el paisaje montañoso y resulta bien visible desde desde diversos lugares, bastante alejados.


Vista panorámica tomada desde las proximidades de il Sasso Malascarpa, en sentido norte. Se han señalado las principales cimas. En el lado derecho de la imagen, aparecen los tres Corni di Canzo, lugares asociados por la fantasía popular y la tradición local, con reuniones del Diablo y las brujas.
Imagen: Renato Magni: Sasso Malascarpa anello

Antiguamente, en las tradiciones populares, existieron ciertas tendencias sociales prejuiciosas, según las cuales se tendían a relacionar ciertas formas naturales del paisaje, particularmente raras, por su extraña forma, su origen desconocido y su inexplicable función, con determinados personajes míticos negativos y peligrosos, como eran los demonios, el diablo o las brujas. En este caso particular, según la opinión de algunos lingüistas, el nombre  del lugar señalaría al Diablo, los demonios o las brujas como responsables de su existencia o en relación a algunas características particulares, de este elemento singular del paisaje, como eran las raras marcas indelebles que presentaba dispersas por toda su superficie.

Una vista de la Foresta dei Corni di Canzo en la que Il Sasso Malascarpa, aparece situado casi en el centro de la imagen, como un afloramiento de roca pelada, formando parte de una pequeña cresta montañosa. Por su extraño aspecto fue considerado por la fantasía popular como un trampolín aéreo, usado por las brujas y el Diablo. Algo más lejos, y a mayor altitud, aparecen dos cimas, corresponden a il Corno di Canzo Centrale (izqda.) y il Corno di Canzo Orientale (ctro), supuestos lugares de concentración de brujas para la celebración del Sabbat.

Buscando información en Internet, se han podido hallar y recopilar una serie de relatos populares, de tipo legendario, más o menos similares entre sí, asociados a este curioso elemento geológico con aspecto de fragmento de muralla.
En la mayoría de los casos las interpretaciones populares del murallón y de las sorprendentes marcas en forma de pezuña animal, estaban sustentadas sobre una doble base argumental justificativa. Una era de tipo onomástico, se basaba en el extraño nombre del lugar o topónimo y la otra era de tipo mítico y folclórico, los causantes eran ciertos personajes maléficos y sus actividades y capacidades sobrehumanas. Esta serie de relatos populares, de tipo legendario, parecen haber servido convincentemente, durante varias generaciones anteriores para explicar el origen de este singular elemento paisajístico o/y justificar la presencia de las curiosas marcas que muestran las superficies de sus aparentes e imaginarios bloques ciclópeos, de piedra caliza.

Los grandes bloques de roca caliza que parecen constituir el imaginario muro diabólico, muestran marcas de figura extraña sobre la superficie de la piedra. Su interpretación fabulosa dio origen a leyendas protagonizadas por seres fabulosos temibles: diablos y brujas
Imagen: Un, due, trek

El primer grupo de interpretaciones y explicaciones legendarias está caracterizado por estar protagonizadas únicamente por la presencia y actividad constructora y marcadora del Diablo y sus demonios y por no hacer ninguna referencia a las brujas, ni a sus caballos trepadores, ni a sus cabras voladoras. Este tipo de interpretaciones legendarias de il Sasso Malascarpa, existente en el término de Canzo, empezó a desarrollarse al final de la entrada anterior, que también estuvo dedicada a este singular lugar, que desde hace siglos ha resultado ser un hito paisajístico emblemático, entrada que fue publicada el 20 de julio de 2020

Escultura de un demonio sosteniendo y encajando un bloque de piedra, en uno de los pilares del llamado Puente del Diablo, en Cahors (Francia). Esta figura fue hecha esculpir por el arquitecto Paul Gout que era el responsable de las obras de  restauración del puente, realizadas en 1879. Con ella se hace alusión a la antigua leyenda popular relativa a su construcción diabólica. Es una lástima que esta figura demoniaca no tenga  pies con pezuñas, sino pies de aspecto humano.
Imagen: The devil's bridge of Cahors

Existe un segundo grupo de leyendas populares inspiradas por la posible etimología de la palabra "malascarpa", por el aspecto muralliforme de las peñas de il Sasso Malascarpa y por las figuras visibles en la superficie de las rocas, imaginadas como marcas de pezuñas de seres infernales. Está formado por una serie de relatos populares de tipo etiológico o explicativo, coprotagonizados por el Diablo y por su grupo de brujas seguidoras, cabalgando sobre diversos tipos de animales salvajes o domésticos, cabalgaduras que, en realidad, eran demonios con apariencia animal, usados por las brujas como medio de transporte terrestre y aéreo, para acudir y regresar, desde sus localidades originarias, al lugar de celebracuón del sabbat o aquelarre.

En esta imagen, resulta visible en el cuarto inferior izquierdo, casi en primer término, un fragmento de il Sasso Malascarpa, con su característico aspecto de vieja muralla derruida. Por encima y por detrás, alineadas en el plano medio, se ven las tres cimas llamadas Corni di Canzo, lugares donde se decía que se reunían las brujas con el Diablo, en las noches del Sabbat. Fotografía original de Davide Pitto 
Imagen: Luoghi da sogno


Marcas dejadas por los pies de los constructores  diabólicos de il Sasso Malascarpa

Según la opinión de algunos estudiosos de las tradiciones lombardas locales y de la cultura popular del norte de Italia, supuestamente, buenos conocedores de la interpretación del significado de la etimología toponímica y del dialecto lombardo local, resultaría que la denominación italiana Sasso Malascarpa sería el resultado de una adaptación distorsionada del nombre primitivo de aquella peña, que en el dialecto lombardo se denomina: Sass de la Mascarpa
Según la opinión de estos mismos estudiosos, etimológicamente, la palabra Mascarpa derivaría del término lombardo mascha (pronunciado masca) con el significado de mancha, impronta o figura estampada, relacionado con las formas estampadas que presenta aquella peña. 

Aspecto caprino de dos de las muchas marcas, en relieve positivo, visibles en la superficie de las rocas de la base de il Sasso Malascarpa. Los dedos de la mano que aparece en la parte inferior permite hacerse una idea aproximada del tamaño de las supuestas pezuñas que habían dejado estas marcas. 


Por tanto, según esta interpretación, el nombre del elemento topográfico considerado, estaría relacionado con la presencia de las curiosas figuras que aparecen estampadas sobre la superficie de sus rocas, reconocidas como formas semejantes a pezuñas de ciertas clases de animales

Además esta idea de base filológica e iconográfica, estaría reforzada o confirmada por la existencia de varios relatos populares, de tipo legendario, protagonizados por ciertas clase de seres infernales dotados de pezuñas, es decir el Diablo o/y sus demonios, los cuales eran capaces de trepar por la superficie, casi vertical, de aquella muralla, para subir cargando sobre sus espaldas los pesados bloques de roca y luego irlos distribuyendo y colocándolos. es sus lugares correspondientes, dejando estampadas las marcas de las pezuñas de sus pies, mientras trabajaban en la construcción de aquella obra.

Como no se dispone de ilustraciones de demonios o diablos constructores, cargando piedras, relativas al Sasso Malascarpa, se ha tenido que recurrir a un caso muy distinto, pero similar en cuanto al tipo de trabajo realizado y el material utilizado. 
En esta imagen que es un detalle ilustrativo existente en una de las 4 hojas que componen un gran mapa de Suiza, ilustrado con diferentes escenas referentes a sucesos históricos y hechos legendarios que se titula Nova Helvetiae Tabula Geographica, que fue diseñado por Johann Jakob Scheuchzer y dibujado e ilustrado por Johann Melchior Füssli. Se publicó en 1712, en Zúrich, por los impresores Emanuel Schalch & Johann Heinrich Huber 
Arriba, a la derecha, se muestra al Diablo cargando un enorme bloque de roca, sobre sus espaldas, dirigiéndose enfurecido a destruir el puente que aparece a la izquierda (Teufelsbrücke o puente del Diablo) y que él mismo había construido la noche anterior, a cambio del alma del primer viandante, pero los aldeanos hicieron pasar una cabra. Una anciana, con una cruz, se interpuso en su camino, poniéndolo en fuga, evitando que pudiera llevar a cabo sus maléficos planes y perjudicar a los humanos que lo podrían utilizar, a diario, para llegar hasta el Paso de san Gotardo y comerciar con Italia con más facilidad que antes de su construcción.
Imagen: Wikimedia


Relatos legendarios coprotagonizados por el Demonio, las brujas, los caballos o las cabras salvajes. 

Este investigador ha podido hallar un grupo de relatos explicativos populares, de tipo legendarios asociados a este elemento geológico y topográfico que siguen estando sustentados sobre una base de tipo toponomástico, mítico y folclórico, pero que a diferencia de los anteriores se caracterizan por estar coprotagonizados por una serie de personajes y animales fabulosos, como son el Diablo, las brujas maléficas y ciertos animales extraordinarios como son caballos y cabras salvajes, capaces de escalar paredones y volar. 

Según la opinión de algunos estudiosos de las tradiciones legendarias locales y de la cultura popular del norte de Italia que, supuestamente, son buenos conocedores de la etimología toponímica y del dialecto lombardo local, resultaría ser que la actual denominación italiana: Sasso Malascarpa usada para referirse al singular elemento geológico, sería el resultado de una adaptación distorsionada del auténtico nombre autóctono de aquella peña, que  se denominarí Sass de la Mascarpa, en el dialecto lombardo comasco
Según la opinión de los estudiosos antes mencionados, la palabra Mascarpa derivaría del término lombardo masca (bruja). Por tanto, tal elemento mítico y topográfico estaría relacionado culturalmente con las brujas y/o con la brujería. Además, esta idea fundamentada sobre la lingüística y la etimología, estaría confirmada por la literatura oral, ya que existen varios relatos populares, de tipo legendario, asociados a esos peñascos que están protagonizados por brujas, denominadas masca/masque, en el dialecto comasco o stregha/streghe, en idioma italiano.

Ilustración representando uno de los supuestos vuelos nocturnos de las brujas, cabalgando sobre diversos seres y objetos, según las descripciones de los relatos fabulosos populares.
Ilustración de Bernard Zuber para “La vida execrable de Guillemette Babin, bruja” novela histórica de Maurice Garçon, publicada en 1926.

El particular nombre de esta singular peña lombarda, con toda la mitología demoniaca y brujeril que le ha sido asociada por la fantasía popular y por la imaginación de ciertos lingüistas, sería un buen ejemplo de todos los tipos de influencias culturales, que a lo largo de la historia, los fósiles han ido inspirando en la población de infinidad de lugares, dispersos por toda Europa.
En este caso particular, la denominación aplicada a un elemento paisajístico singular, por su aspecto aparente de muralla ruinosa, formada por la aparente acumulación ordenada de bloques de piedra caliza gigantescos, marcados con unas señales de formas y orígenes inquietantes.


Marcas dejadas por las cabalgatas nocturnas de las brujas sobre unos extraordinarios caballos diabólicos

En esos relatos se afirma que ciertas marcas en forma de huella de pezuña de caballo que aparecen estampadas sobre la superficie de algunas de las rocas de il Sass de la Mascarpa, aunque en realidad son muy poco numerosas, eran el resultado del paso por el lugar de unos caballos salvajes, con capacidad trepadora o voladora, que montaban las brujas. 

Aspecto de las marcas que cubren la superficie de algunas calizas triásicas de la zona. Arriba, a la izquierda, una de las de mayor tamaño, supuestamente la huella dejada por la pisada de la pezuña de uno de los caballos montados por las brujas.
Pero como es evidente, esta interpretación legendaria parece haber obviado las demás "huellas de pezuñas" más pequeñas, de aspecto caprino, porcino o cervino... En realidad, todas ellas corresponden a secciones transversales de conchas bivalvas de de moluscos del género Conchodon, de diferentes dimensiones y edades. Foto de Milo Manica
Imagen: Flickr

Tal cosa sucedía, cuando desde diversas localidades del fondo de los valles vecinos, ascendían las brujas para reunirse con el Diablo, en la cima de una montaña próxima, de las tres que constituyen los llamados Corni di Canzo (Cuernos de Canzo). Tal cosa sucedía, ciertas noches de luna llena en las que las brujas acudían para realizar sus concentraciones festivas, nocturna, cuando celebraban el sabbat, presidido por el Diablo.
Según contaba el relato popular, al anochecer del día en que las brujas celebraban su reunión festiva nocturna o sabbat, coincidiendo con el primer día de luna llena, las brujas ascendían por la ladera de la montaña, desde varias localidades del fondo del valle, iban montadas sobre sus infernales cabalgaduras. 


Cabalgata aérea de brujas, surcando el cielo a lomos de unos portentosos caballos voladores, dirigiéndose hacia el lugar de reunión, para celebrar su diabólica fiesta del Sabbat, bajo la dirección de Satanás y con la participación de sus demonios. 
Imagen de producción propia, obtenida por modificación de otra muy semejante, en la que se ha suprimido una parte inconveniente e innecesaria. 

Cuando estaban cercanas al Sass de la Mascarpa, las brujas, por pura diversión o como demostración de su poder sobrehumano, espoleaban y jaleaban a sus caballos que se lanzaban, a la carrera, contra las paredes casi verticales de aquella muralla, consiguiendo superarla con una prodigiosa facilidad y con una velocidad vertiginosa, gracias a la diabólica capacidad de sus caballos. Era en esas ocasiones cuando las huellas de los cascos de los caballos que cabalgaban quedaban estampadas sobre la superficie de la piedra, como testimonio de su hazaña diabólica.


Marcas dejadas por las brujas, transformadas en un rebaño de cabras conducido por un cabrón diabóloico

La trama y desarrollo de estos relatos es muy semejante a la de los citados y resumidos anteriormente, pero existen dos diferencias importes. La primera consiste en que las marcas que son visibles sobre las paredes rocosas de il Sass de la Mascarpa, no tendrían forma de huella de pezuñas de caballo, sino de de pezuñas de cabra montesa. La segunda diferencia consiste en que quienes ascendían en alocada carrera, ladera arriba, no eran un grupo de caballos diabólicos montados por brujas, sino que eran las mismas brujas transformadas en cabras montesas, formando un enloquecido rebaño diabólico que era guiado por el mismo Diablo, en persona, transformad en un enorme macho cabrío. 

Lámina zoológica representando un grupo de ejemplares de diversas edades y sexos de cabra montesa de los Alpes o íbice (Capra ibex). Se puede apreciar muy fácilmente el dimorfismo sexual existente en esta especie, los machos con grandes cornamentas, más corpulentos y musculosos, mientras que las hembras son todo lo contrario.
Grabado de G. Madsen, titulado "Alpensteinbock" (cabra montesa de los Alpes) de 1890.
Imagen:
eBay

Cuando el infernal rebaño llegaba, a gran velocidad, al lugar donde se hallaba la muralla de il Sasso Malascarpa que les cortaba el paso, las cabras conseguían superar aquel obstáculo con toda facilidad, ascendiendo sobre sus empinadas paredes, casi verticales, mientras iban dejando estampadas sobre la roca las huellas de sus pezuñas, a su paso.
Luego, el diabólico rebaño caprino continuaba su itinerario, orientando sus pasos hacia la cima de un monte próximo, en donde, se congregaban en festivo concilio con el Diablo y sus demonios. Allí se dedicaban cantar, bailar, fornicar y a enumerar y vanagloriarse de sus hazañas maléficas más recientes y a programar maldades que debían ejecutar en los próximos días, antes de su siguiente sabbat.

Abajo, en primer término un fragmento de il Sasso Malascarpa, con su característico aspecto de vieja muralla derruida, detrás, en el plano medio, se ven dos de las tres cimas o "cuernos" conocidos como Corni di Canzo, son el C. centrale y el C, orientale, supuestos lugares de reunión de las brujas con el Diablo, en las noches de luna llena del Sabbat. Fotografía original de Davide Pitto
Imagen:
Luoghi da sogno



Marcas dejadas por las pezuñas de unos prodigiosos machos cabríos voladores  

Se ha hallado otra narración legendaria de bases toponomástica, mítica y fabulosasegún la cual el nombre del elemento paisajístico derivaría de luna palabra lombarda referente el al macho de la cabra: masche de cavra (ital. maschio di capra o caprone). Pues según la creencia y los relatos populares, algunas brujas acudían a sus reuniones del sabbat montadas sobre el lomo de unos enormes machos cabríos. Estas extrañas cabalgaduras eran capaces de sobrevolar el territorio, transportando a las brujas desde sus lugares de origen hasta el lugar de reunión con el Diablo, sin importar lo lejano que fuese el viaje o áspero el camino. 

Estos animales prodigiosos, en realidad, eran sus demonios tutelares, asignados por el propio Diablo, a cada una de las brujas que estaban a su servicio, que podían transformarse en animales cuando les convenía a ellos o a sus amas. 
En algunos lugares, antaño, se denominaba a las marcas con aspecto de huella caprina, con el descriptivo nombre de zoccolo di caprone, es decir, pezuña de cabrón o macho cabrío.

Ilustración xilográfica antigua representando a una bruja, cabalgando sobre un animal de aspecto caprino, en medio de una nube, en realidad, su cabalgadura aérea es su 
demonio tutelar, transformado en cabra montesa y transportando a su bruja tutelada. En este grabado aparecen envueltos en una nube y sobrevolando un campo de cereal. Esta imagen representa una creencia antigua muy extendida, según la cual las brujas podían conducir las tormentas más destructivas hacia los lugares o personas donde ellas deseaban causar graves perjuicios. Tormentas productoras de vientos huracanados, rayos incendiarios o granizo triturador, arrasando construcciones o lugares productivos, para perjudicar a los propietarios.
Imagen: MACBA


Las causas paleontológica, geográfica y religiosa de tanta fantasía

El verdadero motivo que ha inspirado la gran cantidad y cierta diversidad de interpretaciones fabulosas, todas de tipo legendario, que han sido expuestas en los párrafos anteriores, fue la presencia de las extrañas marcas acorazonadas o apezuñadas que eran visibles en la superficie de los bloques de roca constituyentes de aquella peña con aspecto de fragmento de antigua muralla arruinada.
Pues aunque, en realidad, se trataba de las secciones de los moldes internos y de las pseudoconchas de un tipo de moluscos bivalvos, prehistóricos, del género Conchodon, su particular aspecto, solamente podía servir para confundir a aquellas supersticiosas gentes montañesas, poco ilustradas, que vivían en zonas aisladas, en invierno, y mal comunicadas el resto del año, de cultura fundamentalmente ganadera. 
 Aquellas figuras les recordaban la forma de la huella dejada por la pisada de un caballo, de un buey, de una cabra montesa o de un macho cabrío. De ninguna manera podían imaginarse que aquellas formas tan semejantes a una pisada de animal terrestre, pudieran relacionarse con un animal marino que había vivido en un antiguo mar, existente en aquel lugar, millones de años atrás.

Diferentes aspecto del molde interno formado por el relleno de sedimento o depósito mineral dentro de la cavidad interna de una concha bivalva de Conchodon, según diferentes puntos de vista. Sus secciones transversales, incluidas en la roca caliza, darían lugar a diversas figuras, las cuales habitualmente fueron interpretadas de forma fabulosa, dando lugar a diversas leyendas. Ilustración de un libro del s. XIX.
Imagen: Abhandlungen der Geologischen Bundesanstalt (1892)

También sabían por sus propias vivencias y observaciones cotidianas, que ninguna pezuña de cualquier clase de animal "normal", nunca sería capaz de marcar la dura superficie de la roca caliza de aquella peña. Por tanto había que pensar que los probables causantes no podían ser ningún tipo de animal de pezuña "normal".
En los alrededores, había y aún se conservan varios conventos monásticos, santuarios y eremitorios (santuario di San Miro al Monte, eremo di San Miro al Monte, santuario di San Martino, chiesa di santo Stefano, convento di S. Francesco, cappella di San Michele Arcangelo), cuyos ocupantes obsesionados con el poder e influencias de "El Maligno" y sus servidores infernales y terrenales, quizás tuviesen alguna influencia notable sobre la imaginación y las concepciones del mundo natural de los lugareños, induciendo la aplicación de interpretaciones sobrenaturalistas y fantásticas a muchos de los fenómenos naturales existentes en su entorno cotidiano.

Antiguamente, todos los habitantes de la comarca sabían por la abundante formación e información religiosa recibida desde su infancia que solamente un ser como era el Diablo y sus demonios, poseían unos pies con esa forma bestial tan característica. Que solamente ellos, debido a sus capacidades sobrehumanas, eran capaces de volar por los aires o trepar por superficies verticales. Esta mentalidad supersticiosa, corriente antiguamente, explicaría por qué, hace 100 o 200 años, aún había habitantes de la comarca que estaban convencidos de que el mismo Diablo había levantado aquella muralla y que él y sus demonios habían estado pateando las rocas de aquel lugar, en el que había dejado impresos esos rastros de pisadas bestiales. Otros ampliaban el espectro causal e incluían a las brujas y sus demonios tutelares con forma de caballos salvajes o machos cabríos como autores probables. La ignorancia causada por el aislamiento y la falta de información científica, unidas a la superstición religiosa, favoreció interpretaciones fantásticas de los tipos mencionados.

Aspecto de una de las zonas más características del "muraglione", con sus enormes bloques de piedra apilados. Su situación en un punto culminante del terreno y su proximidad a las tres cimas denominadas Corni di Canzo, lugar de aquelarres, hicieron que se le interpretase como una muralla del Diablo, obra de demonios, o como un trampolín de brujas y demonios para alzar el vuelo...
Imagen:
 Brianza web

La forma misma de la peña de il Sasso, que aparece una muralla rocosa, construida con enormes bloques ciclópeos, habría sugerido la intervención de alguna fuerza oscura y poderosa en su construcción... y que personaje popular podía resultar más apropiado para atribuirle la autoría que el mismísimo Diablo. Incluso las extrañas figuras en forma de huellas que presenta estampadas, incisas o en relieve las rocas, causadas por la sección del conjunto de las dos valvas que forman la concha de los numerosos moluscos fósiles, del género Conchodon o Conchodus, las cuales miradas sin prejuicios previos proporcionan unas figuras en forma de corazón, cuando fueron miradas con prejuicios supersticiosos fueron interpretadas como huellas dejadas por los cascos de los caballos salvajes que montaban las brujas que, según los rumores populares, solían lanzarse a la carrera diabólica sobre las paredes de aquella muralla, cuando desde diversas localidades del fondo de los valles ascendían para acudir a reunirse en sus concentraciones nocturna sabatinas, presididas por el Diablo. Según otro rumores populares las marcas habrían sido impresas por las pezuñas de los macho cabríos.


Desmitificando la etimología quizás forzada o demasiado imaginativa

Según la opinión de algunos otros investigadores, tal vez el término "mascarpa" no tenga nada que ver con brujas, zapatos diabólicos, cabrones voladores o manchas misteriosas, sino con algo mucho más humilde, cotidiano y artesanal, ya que podría estar relacionado con la producción de la "maschèrpa", que en el dialecto comasco se pronuncia "masquerpa" y que también se conoce en italiano como "mascarpa"
Se trata de un tipo de requesón elaborado con el suero de la leche de cabra, remanente de la producción de queso. Es un producto típico del aprovechamiento ganadero de los pastos de alta montaña, en la región de Lombardía. 

Recipientes modernos, recién llenos de mascherpa alpina, compactada y a punto para su distribución y comercialización. A pesar de haber sido compactada se puede observar su textura grosera.
Tal vez, el nombre de la mítica peña es el resultado de haberse aplicado la analogía, al comparar el aspecto de la peña cuarteada, con la apariencia tronco-cónica y cuarteada del producto lácteo, recién volcado del molde usado para su moldeado y consolidación.
En este caso, la intervención sobrenatural quizás tendría algo que ver con el fenómeno del cuajado de la leche o del suero sobrante, al aplicarles calor y alguna clase cuajo natural, un fenómeno de causa incomprensible en la antigüedad remota. Quizás antiguamente podría haberse recurrido a la explicación mágica para justificar la transformación de la leche en queso y del suero en requesón.


Fuentes

- Anónimo. Il sasso Malascarpa (Canzo): Riserva Naturale parziale di interesse geomorfologico e paesistico. Triangolo Lariano
- Anónimo. Un Triangolo da Scoprire: Il Sasso Malascarpa. La muraglia di pietra
Comunità Montana Triangolo Lariano
- Anónimo (2005). La Montagna degli ZoccoliPaleoItalia. Newsletter della Società Paleontologica Italiana Numero 12. Maggio 2005. Supplemento al Bollettino della Società Paleontologica Italiana v.44 n.3 
- Anónimo. Il sentiero geologico “Giorgio Achermann” in Val Ravella. Gruppo Naturalistico Brianza
- Anónimo. Riserva Naturale Sasso Malascarpa e Monte Cornizzolo (1240 m) 
- Anónimo.  Il sasso Malascarpa, Canzo. Riserva Naturale parziale di interesse geomorfologico e paesisticoComunità Montane: Triangolo Lariano, Lario Orientale    
- Avanzini, Marco & Kustatscher, Evelyn (2016). Giganti di pietra: alle radici dei miti. In Nani e giganti. Studi Storico Culturali Castel Roncolo, volume 10, Chapter 1, Fondazione Castelli di Bolzano. Editori H. Rizzolli.
- Carozzi, Daniele (1993). Leggende e storie comasche. Edit. Meravigli 
- Molteni, Gianni (2016). Sasso Malascarpa e Campi solcati.  Un, due, trek 16/09/2016 
- Pianetti, Denis (2008). Il diavolo e l'inferno nella toponomastica e nella tradizione popolare brembanaQuaderni Brembani 6 (pp. 88-96) 
Selva, Attilio (2006). La leggenda degli  “Zoccoli del Diavolo”Natura e civiltà, Periodico trimestrale, Nº 1, (pp. 10-11)
- Stoppani, Antonio (1859). Rivista geologica della Lombardia in rapporto colla Carta geologica di questo paese pubblicata dal cavaliere F. de Hauer. Atti della Società italiana di scienze naturali. Vol. I: 1855-1859. Tipi Giuseppe Bernardoni. Milano 
- Villa, Marta (2010). I racconti delle pietre. Marta Villa 1