Introducción
Se presenta hoy el único "doodle" de temática paleontológica, producido por Google y aparecido durante el año 2012. Estaba dedicado a conmemorar el 374º aniversario del nacimiento de Nicolás Steno, uno de los padres fundadores de la Geología. Posiblemente algunos de los muchos millones de ususari@s del navegador conocieron por primera vez la existencia de este naturalista
El único "doodle" de temática paleontológica aparecido durante el año 2012
El "doodle" de Google, del 11 enero de 2012, nos informaba que ese día se conmemoraba el 374º aniversario del nacimiento de Nicolás Steno
Imagen: doodles/nicolas-stenos
El "doodle" muestra un paisaje sedimentario, en el que se han tallado las letras del nombre del patrocinador: GOOGLE y se han eliminado los materiales sobrantes. Algunos fósiles están enterrados en la roca
Reconstrucción del paisaje y del corte geológico del terreno, antes de que se tallaran los bloques que conforman las letras del patrocinador: Google, mediante la excavación de los materiales sobrantes. Realizada por Martin Missfeldt
Imagen: tagseblog
Nicolas Steno (en danés: Niels Steensen; latinizado a Nicolaus Steno o Nicolaus Stenonius en los textos en latín, Niccolò Stenone, en italiano, Nicolaus or Nicholas Steno, en inglés, Nicolas Sténon, en francés) Según unas fuentes habría nacido el 1 de enero de 1638 y fallecido el 25 de noviembre de 1686, pero según otras fuentes habría nacido el 11 de enero de 1638 y fallecido el 5 de diciembre de 1686. Es decir que solamente vivió 48 años.
Moderna placa conmemorativa colocada en la casa natal de Steno, por el Ayuntamiento de Copenhague. Dice: Aquí nació Niels Stensen, 1638 a 1686; anatomista, geólogo, obispo. El corazón asimétrico, coronado por una cruz, alude a la investigación anatómica de Steno y a sus profundas creencias cristianas. El diente de tiburón alude a su identificación de las glossopetras y el cristal bipiramidal, alude a sus estudios cristalográficos del cuarzo
Imagen: Wikimedia
Después de completar sus estudios universitarios de Humanidades en Copenhague, su ciudad natal, Steno viajó por toda Europa, entrando en contacto con médicos y científicos de renombre, que le hicieron interesarse por la medicina y las ciencias, especialmente mientras residió en los Países Bajos, Francia e Italia. Steno además de su lengua natal, el danés, también hablaba con fluidez en alemán, holandés, italiano, francés, latín, griego, hebreo y árabe.
En 1660 comenzó el estudio de la medicina en la Universidad de Leiden (Paises Bajos), luego pasó a estudiar anatomía bajo la dirección del célebre médico y anatomista holandés Gerars Blasius, en Amsterdam, en 1661, mientras era alumno de Blasius descubrió el conducto parotideo, luego renombrado "Canal de Sténon" como homenaje a su trabajo.
A pesar de su doctorado en medicina en Leiden, y de que su fama como anatomista se había extendido por toda Europa, Nicolás Steno no estaba interesado en practicar la Medicina, pues había llegado a la conclusión de que la mayoría de los tratamientos tradicionales de su época eran inútiles y muchos de ellos incluso contraproducentes para la salud del enfermo.
Después de un año en París, en el otoño de 1665 decidió unirse al grupo de científicos experimentales que constituían la Accademia del Cimento, la primera institución académica en el mundo, dedicada a la ciencia experimental, de la que fue elegido miembro. El grupo de científicos de varias ramas de las ciencias naturales y de la medicina, planteaban experiencias inspiradas en los enfoques científicos experimentales de Galileo.
Sus brillantes estudios anatómicos, atrajeron la atención del Gran Duque de Florencia, Fernando II de Médicis, quien le dio un trabajo bien remunerado como anatomista en el hospital de la ciudad, ocupación que le permitía continuar investigando en sus propios estudios experimentales. Para Steno aquel era un lugar perfecto para la disección anatómica, pues siempre estaban a su disposición cuerpos procedentes de los ajusticiados en la horca o de fallecidos en el hospital de pobres, así como una gran variedad de cadáveres de animales que le hacía llegar el Gran Duque.
En esa época sus estudios en anatomía experimental se centraban en conocer cómo se producía la contracción muscular. Utilizó la geometría y la volumetría para demostrar que un músculo en contracción cambia de forma, pero no de volumen.
Sin embargo, a los pocos meses de estar en Florencia, cuando Steno se encontraba trabajando en una teoría de la contracción muscular, ocurrió un hecho que cambió el rumbo de sus intereses científicos. En octubre de 1666, un tiburón gigante fue capturado por pescadores de la costa toscana, y el Duque Fernando II de Médicis eligió a Steno para realizar una disección de la cabeza de aquel enorme animal marino.
Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667. En la que en la parte superior aparece la cabeza reseca y deformada de tiburón, con la boca abierta, mostrando todos sus dientes triangulares. Debajo aparecen dos dientes aislados.
Steno se dio cuenta que los dientes de aquel animal marino eran idénticos a algunos tipos de las llamada "piedras lengua" o glossopetras que había visto en los gabinetes de rarezas y maravillas naturales de algunos aristócratas y naturalistas de la época.
Desde su época de estudiante de Humanidades, en Copenhague, Steno había estado interesado en la naturaleza de los fósiles. Su tutor, Caspar Bartholin (el Viejo) (1585-1629), había realizado un estudio sobre las propiedades curativas de unas extrañas piedras, abundantes en la cuenca mediterránea, llamadas en aquella época glossopetrae, y poseía una colección de éstos y otros fósiles recolectados por él mismo en la isla de Malta.
Durante los dos años siguientes a la disección de la cabeza del gran tiburón, Steno se dedicó fundamentalmente a los estudios de campo, para comprender la formación de las estructuras geológicas de los terrenos sedimentarios, buscando estratos con fósiles, en diversos lugares de Florencia y sus alrededores, para poder realizar observaciones directas.
Retrato de Nicolás Steno (1666–1667). que forma parte de la serie de retratos de hombres ilustres que formaron parte de la corte de Fernando II y Cosimo III de Médicis. Obra sin firmar, pero probablemente fue pintado por Justus Sustermans. (Galería de los Uffizi, Florencia, Italia)
Imagen: Wikimedia
Aunque los enunciados estratigráficos y geológicos de Steno, hoy día, parecen de sentido común, fueron rechazados por una gran mayoría científicos de su época, quizás atemorizados por la Inquisición.
Durante el siglo XVIII el libro De Solido de Steno fue reimpreso dos veces, en Italia, pero sus principios geológicos fueron ignorados, hasta que a mediados de ese siglo vio la luz la reimpresión de obra de Leibniz: Protogæa, recordando las ideas de Steno sobre el origen de los fósiles y la formación de los estratos rocosos, cuya obra había leído y a quien había conocido personalmente, en 1678, cuando Steno ya era sacerdote y había dejad de lado la ciencia.
A la izquierda, cubierta del libro de N. Steno De solido intra solidum publicado en 1668, poco antes de que Steno abandonase la medicina y la ciencia para dedicarse a la Teología y el apostolado. A la derecha, retrato de N. Steno vestido con ropaje clerical tras ser ordenado como sacerdote católico, a mediados del año 1975.
El obispo Nicolás Steno desempeñó un papel muy activo en las actividades eclesiásticas de la llamada Contrarreforma católica, en el norte de Alemania y paises escandinavos, destinadas a frenar el proceso de luterización de los habitantes católicos de esa región alemana.
- Casanova, Félix. Cómo Nicolás Steno cambió nuestra visión del mundo. Historias de nuestra historia
- Nicolas Steno, 17th century myth buster, gets Google Doodle. Los Angeles Times 11-01-2012
Nicolas Steno (en danés: Niels Steensen; latinizado a Nicolaus Steno o Nicolaus Stenonius en los textos en latín, Niccolò Stenone, en italiano, Nicolaus or Nicholas Steno, en inglés, Nicolas Sténon, en francés) Según unas fuentes habría nacido el 1 de enero de 1638 y fallecido el 25 de noviembre de 1686, pero según otras fuentes habría nacido el 11 de enero de 1638 y fallecido el 5 de diciembre de 1686. Es decir que solamente vivió 48 años.
Moderna placa conmemorativa colocada en la casa natal de Steno, por el Ayuntamiento de Copenhague. Dice: Aquí nació Niels Stensen, 1638 a 1686; anatomista, geólogo, obispo. El corazón asimétrico, coronado por una cruz, alude a la investigación anatómica de Steno y a sus profundas creencias cristianas. El diente de tiburón alude a su identificación de las glossopetras y el cristal bipiramidal, alude a sus estudios cristalográficos del cuarzo
Imagen: Wikimedia
En 1660 comenzó el estudio de la medicina en la Universidad de Leiden (Paises Bajos), luego pasó a estudiar anatomía bajo la dirección del célebre médico y anatomista holandés Gerars Blasius, en Amsterdam, en 1661, mientras era alumno de Blasius descubrió el conducto parotideo, luego renombrado "Canal de Sténon" como homenaje a su trabajo.
A pesar de su doctorado en medicina en Leiden, y de que su fama como anatomista se había extendido por toda Europa, Nicolás Steno no estaba interesado en practicar la Medicina, pues había llegado a la conclusión de que la mayoría de los tratamientos tradicionales de su época eran inútiles y muchos de ellos incluso contraproducentes para la salud del enfermo.
Después de un año en París, en el otoño de 1665 decidió unirse al grupo de científicos experimentales que constituían la Accademia del Cimento, la primera institución académica en el mundo, dedicada a la ciencia experimental, de la que fue elegido miembro. El grupo de científicos de varias ramas de las ciencias naturales y de la medicina, planteaban experiencias inspiradas en los enfoques científicos experimentales de Galileo.
Sus brillantes estudios anatómicos, atrajeron la atención del Gran Duque de Florencia, Fernando II de Médicis, quien le dio un trabajo bien remunerado como anatomista en el hospital de la ciudad, ocupación que le permitía continuar investigando en sus propios estudios experimentales. Para Steno aquel era un lugar perfecto para la disección anatómica, pues siempre estaban a su disposición cuerpos procedentes de los ajusticiados en la horca o de fallecidos en el hospital de pobres, así como una gran variedad de cadáveres de animales que le hacía llegar el Gran Duque.
En esa época sus estudios en anatomía experimental se centraban en conocer cómo se producía la contracción muscular. Utilizó la geometría y la volumetría para demostrar que un músculo en contracción cambia de forma, pero no de volumen.
Sin embargo, a los pocos meses de estar en Florencia, cuando Steno se encontraba trabajando en una teoría de la contracción muscular, ocurrió un hecho que cambió el rumbo de sus intereses científicos. En octubre de 1666, un tiburón gigante fue capturado por pescadores de la costa toscana, y el Duque Fernando II de Médicis eligió a Steno para realizar una disección de la cabeza de aquel enorme animal marino.
Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667. En la que en la parte superior aparece la cabeza reseca y deformada de tiburón, con la boca abierta, mostrando todos sus dientes triangulares. Debajo aparecen dos dientes aislados.
Steno se dio cuenta que los dientes de aquel animal marino eran idénticos a algunos tipos de las llamada "piedras lengua" o glossopetras que había visto en los gabinetes de rarezas y maravillas naturales de algunos aristócratas y naturalistas de la época.
Desde su época de estudiante de Humanidades, en Copenhague, Steno había estado interesado en la naturaleza de los fósiles. Su tutor, Caspar Bartholin (el Viejo) (1585-1629), había realizado un estudio sobre las propiedades curativas de unas extrañas piedras, abundantes en la cuenca mediterránea, llamadas en aquella época glossopetrae, y poseía una colección de éstos y otros fósiles recolectados por él mismo en la isla de Malta.
Durante los dos años siguientes a la disección de la cabeza del gran tiburón, Steno se dedicó fundamentalmente a los estudios de campo, para comprender la formación de las estructuras geológicas de los terrenos sedimentarios, buscando estratos con fósiles, en diversos lugares de Florencia y sus alrededores, para poder realizar observaciones directas.
Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667.
Mostrando diversos tipos de grandes "piedras lenguas" o "Glossopetrae maiores" que luego son comparadas con los dientes de un gran tiburon contenporáneo, atribuyendo un origen natural y muy antiguo, a las piedras que anteriormente se consideraban de origen prodigioso.
Ilustración extraida del Catálogo de las colecciones geológicas del Papa Clemente XI, titulado "Metallotheca Vaticana", realizado por el responsable de las mismas: Michael Mercati, este catálogo se publicaría en forma de libro en 1717.
Imagen: Arcana naturae
Probablemente Steno había leído el estudio publicado un siglo antes por un médico de Montpellier llamado Guillaume Rondelet, que decía que los dientes de los tiburones grandes eran exactamente iguales a las piedras llamadas glossopetrae.
Así que en el informe que realizó sobre la disección de la cabeza del gran tiburón añadió una digresión sobre el origen de las glossopetrae y de otros fósiles, en la cual, de una manera cautelosa, decía que "aquellos que adoptan la posición de que las glossopetrae son dientes petrificados de tiburón, pueden no estar lejos de la verdad". Además para Steno esta cuestión de los dientes petrificados era solo una parte del problema general de las conchas marinas fósiles y otros "cuerpos marinos petrificados" encontrados en el interior de la tierra y de las rocas, incluso en lugares alejados del mar o en las cimas de montañas elevadas.
Para Steno la forma y aspecto inalterados de las conchas fósiles, demostraba que cuando quedaron enterradas, la roca que ahora las contiene, entonces todavía no era sólida. Esas rocas debían haber sido originalmente un sedimento blando, dejado por el agua de un mar que hubiera cubierto antes esa tierra. Los fósiles habrían sido las partes duras de criaturas marinas que habían vivido en esas aguas.
Así que en el informe que realizó sobre la disección de la cabeza del gran tiburón añadió una digresión sobre el origen de las glossopetrae y de otros fósiles, en la cual, de una manera cautelosa, decía que "aquellos que adoptan la posición de que las glossopetrae son dientes petrificados de tiburón, pueden no estar lejos de la verdad". Además para Steno esta cuestión de los dientes petrificados era solo una parte del problema general de las conchas marinas fósiles y otros "cuerpos marinos petrificados" encontrados en el interior de la tierra y de las rocas, incluso en lugares alejados del mar o en las cimas de montañas elevadas.
Para Steno la forma y aspecto inalterados de las conchas fósiles, demostraba que cuando quedaron enterradas, la roca que ahora las contiene, entonces todavía no era sólida. Esas rocas debían haber sido originalmente un sedimento blando, dejado por el agua de un mar que hubiera cubierto antes esa tierra. Los fósiles habrían sido las partes duras de criaturas marinas que habían vivido en esas aguas.
Otra vez de manera muy precavida, para no atraerse enemigos entre los lectores más reaccionarios, señala en su escrito: "si alguien pudiera creer que partes del suelo de aquellos lugares en los que dichos fósiles han sido excavados, han cambiado su situación en algún momento, no se le puede imputar que piense algo contrario a la razón y la experiencia", pues Steno en sus observaciones directas de los terrenos sedimentarios, había reconocido que estaban formados por varias capas superpuestas o estratos de roca que se habrían formado con el paso del tiempo, primero como estructuras horizontales, en forma de capas blandas de sedimentos en el fondo del mar, que luego, con el paso del tiempo, se habrían ido alterando, con la formación de pliegues, de fracturas y de dislocaciones en algunas de las capas terrestres. En consecuencia se dio cuenta de que la tierra no era inmutable como se afirmaba mayoritariamente en su época, sino que habría ido cambiando con el paso del tiempo. Estas ideas originales e innovadoras de Steno chocaban frotalmente con los conceptos admitidos en aquella época.
Según las Sagradas Escrituras el mundo había permanecido inalterable desde su creación. Las montañas, los ríos y los mares habían sido creados por Dios en su configuración actual, y tenían una antigüedad calculada en unos 6.000 años. Este corto periodo no permitía pensar que hubieran ocurrido grandes cambios, y además la Biblia describe muchos accidentes geográficos que no han cambiado hasta hoy.
La existencia de conchas marinas en las montañas era un problema difícil de entender. La mayoría seguían la doctrina de Aristóteles, según el cual las conchas marinas crecían de manera espontánea, tanto en la tierra seca como en el mar. Para otros, las conchas marinas se habían depositado durante el diluvio universal. Y aún para otros, los fósiles eran piedras con formas caprichosas colocadas por Dios para adornar la Tierra.
Según las Sagradas Escrituras el mundo había permanecido inalterable desde su creación. Las montañas, los ríos y los mares habían sido creados por Dios en su configuración actual, y tenían una antigüedad calculada en unos 6.000 años. Este corto periodo no permitía pensar que hubieran ocurrido grandes cambios, y además la Biblia describe muchos accidentes geográficos que no han cambiado hasta hoy.
La existencia de conchas marinas en las montañas era un problema difícil de entender. La mayoría seguían la doctrina de Aristóteles, según el cual las conchas marinas crecían de manera espontánea, tanto en la tierra seca como en el mar. Para otros, las conchas marinas se habían depositado durante el diluvio universal. Y aún para otros, los fósiles eran piedras con formas caprichosas colocadas por Dios para adornar la Tierra.
Sin embargo, no abandonó completamente los estudios anatómicos, y de hecho, en este tiempo realizó uno de sus más importantes descubrimientos: la existencia de los óvulos femeninos en los ovarios de cadáveres de mujeres diseccionados por él. Hasta ese momento los anatomistas habían creído que los ovarios femeninos eran solamente testículos
degenerados.
Imagen: Wikimedia
Finalmente, en 1668, Steno publicó su obra maestra, el primer tratado sobre estratigrafía: De solido intra solidum naturaliter contento dissertationis prodromus ("Discurso preliminar de una disertación sobre los cuerpos sólidos de manera natural contenidos en un sólido") por la cual es considerado el padre de la geología. Hasta ese momento la Tierra no tenía historia. A partir de ese momento la edad de la Tierra comenzó a expandirse (solo se acentuó desde Cuvier en el siglo XIX): pero se mantuvo aún en unos pocos miles de años. Se produjo lentamente hasta llegar a los 4.600 millones de años considerados actualmente.
En De Solido propuso una serie de principios geológicos que hoy son conocidos como los "Principios de Steno". El primero es el principio de la superposición: cuando existen varias capas de sedimentos sucedió de manera que la inferior fue depositada primero, y la superior la última. Es decir, las capas de la corteza terrestre contienen una narrativa histórica. El segundo principio es el de la horizontalidad original: no importa cuál sea la orientación actual de un estrato, fue creado por un depósito de agua, y por tanto, fue originalmente horizontal. El tercero es el principio de la continuidad lateral: el agua deposita sedimentos en una capa continua que termina solamente en el borde de su cuenca. Por tanto, capas de rocas correspondientes a ambos lados de un valle fueron originalmente una sola capa.
Además indica que para que se acumulen espesores tan grandes de sedimentos, como para formar diversas capas superpuestas tal como se ve en muchas montañas o para que se modifiques su disposición horizontal original, es necesario que hayan pasado miles de años.
En la parte final de su escrito, Steno se preocupa de que alguien pueda pensar que sus propuestas naturalistas son impías, pues según algunos autores que calculaban la antigüedad del mundo, a partir de las sucesivas generaciones de patriarcas bíblicos, el mundo tenía una antigüedad de 6000 años y trata de conciliarlas con lo que dicen las Sagradas Escrituras. Además indica que para que se acumulen espesores tan grandes de sedimentos, como para formar diversas capas superpuestas tal como se ve en muchas montañas o para que se modifiques su disposición horizontal original, es necesario que hayan pasado miles de años.
Aunque los enunciados estratigráficos y geológicos de Steno, hoy día, parecen de sentido común, fueron rechazados por una gran mayoría científicos de su época, quizás atemorizados por la Inquisición.
Durante el siglo XVIII el libro De Solido de Steno fue reimpreso dos veces, en Italia, pero sus principios geológicos fueron ignorados, hasta que a mediados de ese siglo vio la luz la reimpresión de obra de Leibniz: Protogæa, recordando las ideas de Steno sobre el origen de los fósiles y la formación de los estratos rocosos, cuya obra había leído y a quien había conocido personalmente, en 1678, cuando Steno ya era sacerdote y había dejad de lado la ciencia.
A la izquierda, cubierta del libro de N. Steno De solido intra solidum publicado en 1668, poco antes de que Steno abandonase la medicina y la ciencia para dedicarse a la Teología y el apostolado. A la derecha, retrato de N. Steno vestido con ropaje clerical tras ser ordenado como sacerdote católico, a mediados del año 1975.
En 1669, estudiando los cristales de cuarzo de diferentes formas y orígenes, se dio cuenta de que sus caras formaban siempre los mismos ángulos entre ellas. Este descubrimiento fue retomado años más tarde por Jean-Baptiste Romé de L'Isle que lo generalizó a todos los cristales, marcando el comienzo de la cristalografía moderna.
Desgraciadamente para la ciencia, Nicolás Steno que había nacido en el seno de una familia luterana, en 1667 se convirtió al catolicismo Después de su conversión al catolicismo, su interés por las ciencias naturales disminuyó muy rápidamente, dando paso a un enorme interés por la teología católica y a una obsesión por la salvación de las almas de los cristianos.
A principios del año 1675, decidió hacerse sacerdote y cuatro meses después, en la Pascua de 1675, fue ordenado en sacerdote del clero católico. Más tarde fue nombrado por el papa Inocencio XI vicario apostólico para la organización de misiones catequizadoras en los países nórdicos (Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia) y obispo titular de la diócesis de Titopolis o Titiopolis hoy territorio de Turquía. Desgraciadamente para la ciencia, Nicolás Steno que había nacido en el seno de una familia luterana, en 1667 se convirtió al catolicismo Después de su conversión al catolicismo, su interés por las ciencias naturales disminuyó muy rápidamente, dando paso a un enorme interés por la teología católica y a una obsesión por la salvación de las almas de los cristianos.
El obispo Nicolás Steno desempeñó un papel muy activo en las actividades eclesiásticas de la llamada Contrarreforma católica, en el norte de Alemania y paises escandinavos, destinadas a frenar el proceso de luterización de los habitantes católicos de esa región alemana.
A partir de finales del XVIII, el comienzo de la revolución industrial condujo a un interés creciente por localizar las riquezas minerales del subsuelo, para lo cual era necesario conocer mejor las estructuras geológicas del subsuelo e investigar la naturaleza de los estratos rocosos que las contenían. Así que las razones económicas acabaron eliminando las barreras religiosas o filosóficas que contrarias a las ideas racionalistas y a las observaciones naturalistas modernas, contrarias la inmutabilidad del mundo desde el día de su creación y a la interpretación literal de la cronológía bíblica, según la cual la creación del universo y del mundo, se había realizado en seis días de 24 horas.
- Nicolas Steno, 17th century myth buster, gets Google Doodle. Los Angeles Times 11-01-2012
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