El Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria), es el autor del texto original, en alemán.
Heraclio ASTUDILLO-POMBO, del Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, de la Universitat de Lleida, ha realizado a la traducción y adaptación, al español, del texto original alemán, así como la elección de todas las imágenes ilustrativas, de los comentarios explicatorios y de los diversos enlaces, con documentos existentes en Internet
Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras”(Schutzsteine) (Continuación, 11ª parte)
Las “piedras lenguas” (Zungensteine), “lenguas de serpiente“ (Natternzungen) y “glosopetras” (Glossopetren)
Durante la Edad Media, los dientes fósiles de tiburón, de diversos tamaños, fueron interpretados como lenguas petrificadas y, en consecuencia, denominados “piedras lengua” (Steinzungen) y “lenguas de piedra” (Zungensteine) y, también, en su versión culta, de origen latino, glosopetras (Glossopetren), también se las conoció como "lenguas de serpiente" (Natternzungen). (1)
Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667. Mostrando diversos tipos de grandes "piedras lenguas" o "Glossopetrae maiores" que luego son comparadas con los dientes de grandes tiburones contenporáneos, atribuyendo un origen natural y muy antiguo, a las piedras que anteriormente se consideraban de origen prodigioso. Imagen: Arcana naturae
Debido a su asociación con las serpientes, se creía que las “piedras lengua” protegían contra todo tipo de envenenamientos alimentarios y mordeduras venenosas, si se situaban cerca de la fuente del veneno. (2)
Lujoso lenguario del tipo denominado "árbol de lenguas", elaborado entre los siglos 15 y 16, con dientes fósiles de tiburón, colgados de una rama de coral rojo, sobre una base de plata dorada, con aspecto de cáliz. El recipiente hexagonal era un salero. Pertenece al tipo de objetos llamados, en alemán, "Natternzungenkredenz" ("credenciario o acreditador"" de lenguas de serpiente). Forma parte del Tesoro de la Orden Alemana, en Viena, Austria.
Imagen: Wolfgang Sauber-Wikimedia
También se creyó que las “lenguas de piedra” podían proteger contra los efectos de la brujería y del "mal de ojo", por lo que fueron usados como amuletos protectores y, todavía, hoy en día se siguen usando con esa misma finalidad de defensa mágica, contra los males causados a distancia.
Imagen: Wolfgang Sauber-Wikimedia
También se creyó que las “lenguas de piedra” podían proteger contra los efectos de la brujería y del "mal de ojo", por lo que fueron usados como amuletos protectores y, todavía, hoy en día se siguen usando con esa misma finalidad de defensa mágica, contra los males causados a distancia.
Ejemplar de diente fósil de escualo, engarzado en plata y adaptado para ser llevado como colgante. Joya amulética elaborada y usada en Francia, posiblemente, en el s. XVIII.
Colección de Amuletos, del Pitt Rivers Museum, University of Oxford (Reino Unido)
Imagen: Virtual colection. Pitt Rivers Museum,
Hay quien, hoy en día, sigue usando dientes fósiles de tiburón con fines supersticiosos. Otros usuarios dicen hacerlo, solamente, por motivos estéticos, como elemento de adorno personal, colgadas del cuello o de la muñeca, como simples objetos hermosos, realzados por el trabajo artístico de de artesanos o joyeros.
Pendientes actuales, elaborados con pequeños dientes fósiles de tiburón, engarzados en oro, suspendidos de una cadenita.
Imagen: Elizabeth Lydon Studio
En tiempos de Plinio "el Viejo", según recogió en su famosa obra Naturalis Historia, los romanos y grecorromanos del siglo I, consideraban las glosopetras (“lengua de piedra”) como un producto prodigioso, resultante de un raro fenómeno astronómico-meteorológico.
Se creía que se formaban en el cielo nocturno, durante aquellas noches, en las que la luna había menguado de tamaño, lentamente (fases de cuarto menguante y luna nueva) o rápidamente (eclipse lunar, parcial o total).
Se suponía que aquel extraño tipo de piedras se formaban, en la atmósfera, por influjo de alguna fuerza astrológica y que, luego, se precipitaban hacia el suelo.
Evolución del aspecto de la luna a lo largo de un eclipse lunar penumbral, sucedido el 18 de octubre de 2013, según imágenes tomadas en Argentina.
Imagen: Brújula
Colección de Amuletos, del Pitt Rivers Museum, University of Oxford (Reino Unido)
Imagen: Virtual colection. Pitt Rivers Museum,
Hay quien, hoy en día, sigue usando dientes fósiles de tiburón con fines supersticiosos. Otros usuarios dicen hacerlo, solamente, por motivos estéticos, como elemento de adorno personal, colgadas del cuello o de la muñeca, como simples objetos hermosos, realzados por el trabajo artístico de de artesanos o joyeros.
Pendientes actuales, elaborados con pequeños dientes fósiles de tiburón, engarzados en oro, suspendidos de una cadenita.
Imagen: Elizabeth Lydon Studio
En tiempos de Plinio "el Viejo", según recogió en su famosa obra Naturalis Historia, los romanos y grecorromanos del siglo I, consideraban las glosopetras (“lengua de piedra”) como un producto prodigioso, resultante de un raro fenómeno astronómico-meteorológico.
Se creía que se formaban en el cielo nocturno, durante aquellas noches, en las que la luna había menguado de tamaño, lentamente (fases de cuarto menguante y luna nueva) o rápidamente (eclipse lunar, parcial o total).
Se suponía que aquel extraño tipo de piedras se formaban, en la atmósfera, por influjo de alguna fuerza astrológica y que, luego, se precipitaban hacia el suelo.
Evolución del aspecto de la luna a lo largo de un eclipse lunar penumbral, sucedido el 18 de octubre de 2013, según imágenes tomadas en Argentina.
Imagen: Brújula
En aquella época, las supuestas piedras mágicas, se usaron para intentar influir sobre el comportamiento de las personas. Se creía que su efecto era más o menos intenso según que el día en que deberían ser usadas, resultase más o menos favorable o desfavorable a la finalidad de uso, según que la luna estuviese en una u otra fases de su ciclo mensual. (3)
En tiempos muy antiguos, cuando los germanos todavía eran paganos, creían que los dientes fósiles de gran tamaño, procedían de las fauces del denominado “lobo de la luna” (Mondwolf), cuyo nombre era Fenrir o Fenris.
Se trataba, supuestamente, de un lobo gigantesco, que según relataba la mitología nórdica se dedicaba a perseguir, incansablemente, a la luna, para devorarla. El astro nocturno había sido personificado en una divinidad masculina, benéfica, que viajaba por el firmamento nocturno sobre un carro celestial, tirado por dos caballos. La persecución de Fenris se mantenía a lo largo de toda la noche.
Imagen: Wikimedia
Se suponía que el enorme lobo celeste, cuando había dado algunos mordiscos había perdido alguno de sus grandes dientes, los cuales una vez desprendidos de las fauces, caían hasta la superficie terrestre, en donde de vez en cuando, eran encontrados por los humanos. Debido a estas creencias míticas, los grandes dientes de Carcharocles (Carcharodon) megalodon, en algunas zonas fueron interpretados y denominados “dientes del lobo de la luna” (Zähne der Mondwolfes). (4)
Después de la cristianización de los paganos germanos, las mismas "piedras lenguas" que, anteriormente, habían sido interpretadas como "dientes de dragón", "dientes del lobo de la luna" o “lenguas de serpiente” petrificadas, pasaron a ser denominadas “lenguas de San Pablo” (Zähne der st. Paulus) o “lenguas de serpiente” (Schlangenzungen, Natternzungen). El cambio se debió a la influencia de una leyenda maltesa que acompañó a los dientes fósiles de tiburones que, desde Malta, se comercializaban por toda Europa como remedio, pretendidamente, milagroso para todo tipo de emponzoñamientos. (5)
Pintura románica, al fresco, de autor anónimo, denominada "San Pablo y la víbora de Malta", del Siglo XII, existente en la capilla de San Anselmo, en la Catedral de Canterbury. Representa un suceso legendario que dio origen a varias supersticiones asociadas a los dientes fósiles de tiburones.
Imagen: Ciudad de la pintura
Todos los tipos de dientes fósiles de tiburones que se han mencionado, una vez pulverizados y añadidos a los alimentos y bebidas o, simplemente, sumergidos en cualquier bebida analcohólica o alcoholólica, fueron usados para tratar diferentes problemas de salud, intentando reducir o evitar sus consecuencias. Así es que fueron usados para combatir dolencias tan diversas como las crisis epilépticas, las fiebres malignas, la viruela o las lombrices intestinales y otros muchos problemas:
“Las lenguas de serpiente son de color pardo y los ojos de serpiente de color amarillento/ pueden encontrarse por toda la isla/ y pueden comprarse cmo remedio.
Las lenguas y los ojos, así como, posiblemente la tierra/ tienen virtudes muy milagrosas / resistiendo a todos los tipos de venenos /Son capaces de preservar, no sólo de los bocados y sorbos venenosos / sino también de la peste y de muchas otras enfermedades.
Aspecto de los llamados "ojos de serpiente", conocidos en otros muchos lugares como "piedras de sapo".
En relación a las llamadas "piedras de sapo", véase lo ya dicho sobre Krötensteine o Bufoniten, en la entrada del 21 de marzo de 2013, de “Huevos de serpiente y lenguas de dragón”
Imagen: Crapaudines
La forma en que se deben utilizar es la siguiente: los ojos se suelen llevar engarzadas en los anillos como gema / pero de tal manera que toquen sobre la piel de los dedos / como sucede con otras piedras preciosas protectoras. La lengua de serpiente se acostumbra a llevar colgada en el cuello o de los brazos. La Tierra acostumbra a dispersarse en vino o agua / para ser bebida junto con los mismos.”
(Valentini, 1704, citado de Hagn, 1985)
Nota informativa del traductor
Dado que existe, publicada, una amplia información, relacionada con este tipo de fósiles, el traductor ha creído conveniente aportar más datos y se ha tomado la libertad de ampliar, ligeramente, el contenido del texto original. Con la intención de que el fenómeno pueda resultar más comprensible y atractivo a l@s lectores/as no especializados.
La citada ampliación se redactara en forma de notas explicativas, en correspondencia con la numeración que aparece en este texto, a final de determinados párrafos.
Se publicará, en un breve plazo, en la próxima entrada.
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