jueves, 1 de marzo de 2018

El registro fósil en la heráldica municipal europea (22)

por Heraclio ASTUDILLO-POMBO,  Universitat de Lleida.


Blasones municipales, de algunas localidades europeas que se muestran orgullosas de su patrimonio paleontológico. (Continuación, parte veintiunava).


El gigantesco tronco fósil de Pinuxylon, del Mioceno, de Ipolytarnóc (Hungría) (3ª y última Parte)


Historia y circunstancias del expolio, destrucción y casi desaparición del tronco petrificado del árbol gigante de Ipolytarnóc

La mayoría de las actividades extractivas causantes de la mayor devastación del tronco fosilizado de Ipolytarnóc se iniciaron en el año 1836, coincidiendo con la divulgación de su descubrimiento científico. Las noticias sobre el excepcional descubrimiento publicadas por los principales medios de comunicación de la época, produjeron un efecto de llamada, para los expoliadores de toda Europa y de algún otro continente, acudiendo hasta la localidad de Ipolytarnóc. Una multitud de expoliadores de toda condición, formación y con diversas intenciones visitaron durante años el barranco de Borókás, atraídos por la singularidad y la magnificencia del hallazgo y todos querían obtener su preciado trofeo desgajando un pedazo más o menos grande del tronco fosilizado que yacía al alcance de todos. 

Grabado antiguo, publicado en 1850, cerca de la época de su hallazgo científico y primeros estudios. En la parte inferior se ha representando el tronco petrificado del árbol gigante de Ipolytarnóc, en su entorno natural. Atravesado sobre el barranco del torrente de Borókás, con algunas personas situadas cerca del portentoso fósil. Dibujo original de Marko Karoly, realizado hacia 1840. (Foto: Veronika Bokor )
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5 Minutos de geología


Los habitantes locales y comarcales recogieron fragmentos del tronco petrificado para poder usarlos como llamativos detalles arquitectónicos de adorno, encastrados 
en los muros de piedra de las nuevas construcciones que estaban realizando. Otros propietarios locales, tomaron fragmentos de mayor tamaño que luego usaron como adornos curiosos en sus jardines particulares. Los recolectores locales más humildes y prosaicos recolectaban fragmentos pequeños para elaborar con ellos prácticas piedras de afilar. 
Enjambres de forasteros supuestamente "coleccionistas de recuerdos" se presentaban en tropel y rompían en pedazos pequeños los grandes fragmentos con los que poder elaborar exóticos "souvenirs" que luego pensaban ofrecer y vender a compradores caprichosos y coleccionistas de lugares lejanos.

Secciones pulidas de troncos petrificados de árboles prehistóricos, hallados en el barranco Borókás y expuestas en el Parque Paleontológico de Ipolytarnóc. Arriba, a la derecha, la sección vertical de un tocón fósil, mostrando el veteado característico de la madera silicificada, y abajo, a la izquierda, la sección horizontal de un tronco, mostrando los anillos concéntricos de crecimiento anual. Fotografía original de Robert Németh
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Paleontological ehxibition site


El curioso aspecto de la piedra en que se había convertido la madera fósil, lisa, dura, reluciente y hermosamente veteada, estimuló la creatividad y fantasía comercial de los lapidarios de la región, de tal modo que el tronco petrificado se convirtió en una mina a la que acudían para extraer grandes fragmentos de aquella piedra tan rara y atractiva, destinados a elaborar unas originales y valoradas lápidas funerarias con las que decorar las tumbas de gente adinerada. 
Además también se sumaron los recolectores especializados en objetos naturales para uso museístico que por encargo de diversos museos europeos y americanos, visitaron el lugar del hallazgo y con sus recolectas contribuyeron a la destrucción del magnífico y raro ejemplar paleontológico.

Dándose cuenta de la grave situación de expolio masivo e imparable que afectaba a la conservación del tronco fósil, Ferenc Kubinyi inicialmente, pensó que la mejor solución sería aplicar con urgencia el sistema de la protección de los restos fosilizados “ex situ”. Varias grandes porciones del gigantesco tronco petrificado que restaban al descubierto, fueron extraídas del yacimiento, arrastrándolas fuera del barranco por medio de un sistema de cables y poleas accionado por un tiro de 11 pares de bueyes. Luego, los grandes fragmentos del tronco se rompieron en grandes pedazos y los numerosos fragmentos resultantes fueron transportados hasta diverso museos privados, relativamente cercanos con la intención de que los restos del tronco petrificado fueran conservados en territorio húngaro.

Grupo de geoturistas actuales, situados ante uno de los venerables fragmentos del tronco fósil gigante de Ipolytarnóc, hallados en el barranco de Borókás. Están escuchando atentamente las expertas y didácticas explicaciones del guía de la visita paleontoturística a las instalaciones del Parque paleontológico de Ipolytarnóc. Fotografía de Robert NémethImagen: Paleontological ehxibition site 


 Hacia 1860, Ferenc Kubinyi tras más de dos décadas observando los estragos que sobre los restos fósiles del árbol gigante  seguían causando las variadas y masivas formas de explotación minera desenfrenada, quiso proteger "in situ" aquellas partes del tronco fósil del árbol gigante que resultaban más accesibles y por lo tanto más amenazadas de expolio. Puesto que como en esa época no había ninguna ley que protegiese aquel patrimonio natural que aún permanecían en el lugar y al alcance de los excavadores, ya habían sido desenterradas y puestas al alcance de la legión de expoliadores que estaban extrayendo innumerables porciones de la atractiva roca con destino a sus diversos aprovechamientos. 
Con su razonada y persistente insistencia, Ferenc Kubinyi consiguió que los responsables de la Academia Real y del Museo Nacional dieran los pasos necesarios para que en 1866 se construyera un sólido edificio de bloques de piedra arenisca, obtenida en ese mismo lugar, sobre los restos que aún quedaban del tronco fósil, con la finalidad de albergar, proteger y conservar lo que aún quedaba del gigante fósil. Gracias a esta operación se descubrió que esta masa de roca arenisca contenía multitud de dientes fósiles de tiburones, innumerables impresiones fósiles de fragmentos de plantas y numerosas huellas fósiles de pisadas de mamíferos prehistóricos.
Algunos años más tarde, viendo Ferenc Kubinyi que no se detenían las variadas formas de devastación ejercidas sobre aquellos restos del majestuoso y venerable tronco del árbol gigante fósil porque habían quedado fuera de la construcción protectora y porque eran los más superficiales y por lo tanto más susceptibles de ser fácilmente excavables y expoliables, consiguió que fueran recubiertos de una gruesa capa de piedras y tierra "para evitar que los restos que quedan sin protección caigan en manos de expoliadores o que sean presa fácil de vándalos, ya que ambas acciones lamentables, son muy comunes en este país en nuestra época."

Todas las acciones extractivas ejercidas sobre los restos fósiles del tronco del árbol gigante que se han mencionado en entradas anteriores, mantenidas durante varias décadas de forma muy activa, contribuyeron a que el singular fósil llamado "tronco gigante petrificado de Ipolytarnóc" se fuera fraccionando, trasportando y desapareciendo paulatinamente del yacimiento, porque sus innumerables fragmentos iban siendo trasladados lejos del lugar de su afloramiento original. Solamente se conservaron aquellas parte que permanecían profundamente enterradas en el terreno.
Desafortunadamente para la preservación del famoso tronco del árbol gigante petrificado de  Ipolytarnóc, los denodados esfuerzos realizados por Ferenc Kubinyi, para llevarse lejos del barranco del Enebro, las partes más expuestas y frágiles del tronco gigante no surtieron demasiado efecto. Tampoco sirvió de mucho la construcción de un edificio protector en 1866 para albergar y conservar a las partes restantes, puesto que aquel primitivo edificio considerado como la última oportunidad de ofrecer un refugio efectivo para la protección de lo que aún quedaba del árbol petrificado, resultó destruido dos décadas después, durante una revuelta popular armada en el inestable y violento imperio austro-húngaro de la época, quedando nuevamente desprotegidos frente las variadas e insidiosas formas de expoliación y de vandalismo de las que se le pretendía defender. 
Como la zona del Barranco del Enebro, no fue declarada oficialmente como Reserva de Patrimonio Natural de interés científico e histórico hasta el año 1944, el expolio se mantuvo activo hasta ese mismo año, reduciéndose significativamente los restos fósiles del tronco del árbol gigante de Ipolytarnóc conservados en el lugar. A partir de ese año, la protección del gobierno estatal, permitió conservar lo que quedaba y ponerlo en valor.

Entrada al moderno edificio del Museo de los Fósiles de Ipolytarnóc, en el que se conservan y exponen los restos del gigantesco tronco de árbol petrificado de Ipolytarnóc. También se conservan y exponen muchos otros restos  como son las impresiones vegetales fosilizadas, las huellas fósiles de pisadas de mamíferos o los dientes fósiles de tiburones hallados en la misma localidad.
Imagen: Ipolytarnóci Ősmaradványok 


El tronco  petrificado del árbol gigante de Ipolytarnóc, en la actualidad

Hoy día solamente se conservan tres grandes fragmentos de aquel admirable, legendario, primitivo y gigantesco tronco de árbol petrificado, pero nada comparable con lo que era en la época de su descubrimiento. Los restos del tronco fosilizado del árbol gigante se mantienen protegidos de la acción destructiva de la intemperie y de la acción depredadora de los expoliadores profesionales y aficionados, en un moderno edificio de reciente creación, en el que están expuestos a admiración de los numerosos visitantes del Geoparque. También se conservan y exponen muchos otros restos como son las impresiones vegetales fosilizadas, las huellas fósiles de pisadas de mamíferos o los dientes fósiles de tiburones hallados en la misma localidad. Los restos del tronco fosilizado se muestran en tres espacios distintos de las instalaciones del Parque Paleontológico de Ipolytarnóc. La parte actualmente conservada que corresponde a la zona basal del tronco gigante, está expuesta en una sala subterránea, mientras que la parte conservada que corresponde a la zona central del tronco, está expuesta en una sala de la planta baja y la parte que corresponde a la parte culminal del tronco,  que fue  hallada hace relativamente muy pocos años, en 1994, cuando se excavaba el terreno para construir los fundamentos y la planta subterránea del futuro edificio del museo, está expuesta en la zona entrada y de recepción de los visitantes del museo.
En un almacén subterráneo, también se conservan numerosos fragmentos, relativamente pequeños, procedentes de diferentes partes del tronco que han sido recuperados durante los últimos años como donaciones (devoluciones) de los herederos de los antiguos recolectores y primeros propietarios privados, a la espera de poder restaurar con ellos, algunas partes hoy ausentes.
Por supuesto, del venerable y gigantesco tronco petrificado, actualmente también se conserva su representación simbólica en forma gráfica e idealizada, en forma de icono heráldico, en el escudo cívico del municipio y en la imaginación de todas aquellas personas que conocen las leyendas populares surgidas a su alrededor, aquella que está más relacionada con el tronco petrificado, ya fue mostrada aquí en la entrada del 17 de agosto de 2017.


Fuentes:

- Anónimo. Ipolytarnoc fossils. Wikipedia
- Anónimo. Ipolytarnóc. Wikipedia
- Anónimo. Ferenc Kubinyi. Wikipedia
- Anónimo. Ipolytarnoc, National and Historical Simbols of Hungary
- Anónimo. Ősmaradvány mítoszaink. Ipolytarnóci Ősmaradványok.
- Anónimo. Ősvilági Pompeji. Aktív turizmus

- Anónimo. A kövesedett fa matuzsálem (the petrified tree). Osmaradvany-mitoszaink
- Anónimo. La Reserva Natural de Fósiles de Ipolytarnóc. Wikipedia  
- Elter, Thomas. 2015. Ipolytarnóc, a palóc PompejiTurista Magazin
- Fözy, István & Szente, István. 2013. Bridge over Time: A 50-Meter-Long Giant Fossil Tree Trunk in Fossils of the Carpathian Region. Indiana University Press 
- Kubinyi, Ferenc. 1842. "Nógrádmegyében Tarnóczhelység határában találtató óriásnagyságu kövesült fárol és azt környezó kónemekról földisméreti tekintetben"
- Tranquillius. 2015. Ipolytarnóc: 5 perc geologia miocen park. Pangea


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