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lunes, 14 de noviembre de 2022

Folclore paleontológico italiano (17)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (7)

Determinadas secciones de las pseudoconchas y los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (7)

Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (VII)


Megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos etiológicos, en el norte de Italia (5)


Introducción

Los restos fosilizados de los grandes moluscos lamelibranquios marinos, de tipo megalodóntido, no fueron los únicos fósiles conocidos y asimilados culturalmente por los habitantes de los territorios alpinos y pre-alpinos del norte de Italia, pero sí fueron los fósiles que generaron mayor número de interpretaciones fabulosas. 
Durante siglos, los montañeses del norte de Italia habían estado encontrando varias clases de piedras en su camino, algunas con formas o marcas curiosas para unos y temibles para otros. Estas piedras de formas extrañas y marcas pétreas intrigantes para unos e inquietantes para otros, siglos atrás, fueron interpretadas de la única manera que les era posible hacerlo en aquella época histórica y en aquella zona geográfica, de manera equivocada y a menudo supersticiosa. 
De aquellos fósiles y de sus diversas interpretaciones populares se tratará en esta y en las próximas entradas, puesto que fueron capaces de interesar a los humanos e impulsarlos a generar una gran cantidad de productos culturales inmateriales, tales como fueron creencias,  usos y narraciones legendarias explicativas (etiológicas). Todas esas producciones culturales, en ocasiones, resultan muy semejantes entre si, pero tratándose de los mismos tipos de fósiles y de una zona geográfica no demasiado extensa, las creencias, usos y narraciones acompañaron a sus portadores-narradores en su periplo vital, siendo distribuidas por el territorio visitado y compartidas con su audiencia, la cual repitió el proceso transfiriendo estas creencias, usos y narraciones en su entorno social y a las siguientes generaciones.


Bucólica vista panorámica estival de un típico paisaje alpino, en las proximidades de las montañas Dolomitas. Se trata del idílico paisaje que rodea 
a la población de Funes-Villnöß (Villnoess), en la Provincia Autónoma de Bolzano. 

Leyendas etio-paleontológicas en algunas localidades de la prov. de Belluno, Reg. del Véneto (2)

Se prosigue con la exposición de interpretaciones populares de tipo fabulosos o legendario surgidas de la observación perpleja de las extrañas marcas, en relieve positivo o negativo, con figuras en forma de pezuñas de animales domésticos o salvajes, visibles en la superficie de las rocas calizas de muchos lugares montañosos de la región. Tales formas curiosas, determinadas por las secciones erosivas de los moldes interno o externos de las conchas bivalvas de los  megalodones triásicos (Megalodon gümbeli), incluidos en la matriz rocosa, fueron interpretadas de manera muy equivocada y alejada de la realidad, en épocas y lugares en los que se desconocía su verdadera naturaleza paleontológica. Pues realmente se trataba de los restos fosilizados de unos moluscos marinos que habitaron los fondos fangosos de mares prehistóricos, hace aproximadamente unos 220 millones de años, durante el Triásico inferior.

Répica natural de una concha bivalva de un megalodóntido triásico. Se trata de un ejemplar de la especie Gemmellarodus seccoi Parona 1887, procedente de Val di Brenta, Solagna (VI),   Veneto, Italia. Su forma característica de pezuña dividida, en siglos anteriores, dio origen a interpretaciones muy bizarras para nuestra actual mentalidad racionalista. Imagen: http://www.musesplorando.it/

La omnipresencia dominante de un fuerte contexto cultural  de tipo mítico-religioso y supersticioso junto con la escasa presencia de un contexto racionalista, naturalista o científico, condujeron a los observadores rústicos hacia interpretaciones irracionales que prontamente favorecieron la producción de las correspondientes narraciones fabulosas, de tipo explicativo-justificativo, congruentes con la mentalidad predominante en la sociedad de aquel medio geográfico, en aquella época.


Huellas de pisadas de "anguane"

En algunas localidades de la provincia de Belluno existió una curiosa relación entre la paleontología y la mitología antigua, pagana, puesto que las improntas dejadas por las antiguas conchas de los bivalvos megalodóntidos no fueron vinculadas por la fantasía popular con santos cristianos o sus animales domésticos, como se vio en la entrada anterior dedicada a este tema, publicada el 14 de enero de 2022, sino que se vincularon con los residuos de viejas divinidades menores del antiguo paganismo. En tales lugares belluneses, las huellas de las conchas de los bivalvos megalodones, tan constantes y abundantes en los estratos de roca caliza blanquecina que constituye la capa de la Dolomita principal, tan extendidas por todo el territorio dolomítico, antiguamente, fueron interpretados como las huellas dejadas por el paso de unos misteriosos espíritus femeninos acuáticos, activos en horarios crepusculares y 
nocturnos. En esta zona alpina los habitantes de aquellos lugares las denominaban "anguane" (pl.) y "anguana" (s.) por su relación con el medio acuático. En esos lugares se creía que estas misteriosas y ambiguas figuras femeninas, ligadas a los curso y masas de agua de aquellas montañas tenían la mitad superior del cuerpo de forma humana, mientras y la mitad inferior de su cuerpo como el de las cabras montesas, razón por la que sus pies dejaban al pasar un rastro de marcas de pezuñas de aspecto caprino, tales marcas también aparecían en la superficie de las piedras, siendo denominadas "impronte d'anguana", es decir, "marcas o pisadas de anguana".

Fotocomposición formada superponiendo un dibujo que representa una anguana sobre una fotografía de un remanso bajo una pequeña cascada alpina. Puede verse que este ser mitológico femenino es híbrido de humano y cabra, con un aspecto muy semejante al de un fauno.
Imagen: Museo Etnográfico de la Provincia de Belluno y Parque de los Dolomitas de Belluno:   http://patrimonio.museodolom.it/items/show/3772

 
Parece obvio recordar que tales interpretaciones populares  sobre la naturaleza de las improntas dejadas por las conchas fósiles de megalodones triásicos, realizadas durante los siglos XVII a XIX, bien visibles en la superficie de las rocas, parecen ser una antigua herencia o residuo cultural de tiempos antiguos, muy anteriores a la época citada. Probablemente un residuo cultural de antiguos mitos y cultos precristianos que posiblemente eran muy comunes en aquella región, un milenio y medio o dos antes de la época moderna y contemporánea.
Por tanto los restos fósiles de los bivalvos megalodóntidos contribuyeron a la formación de una creencia errónea y supersticiosa sobre la existencia real de unos seres míticos femeninos, emparentados con los faunos de la mitología romana y con otros seres de la mitología celta, venerados y temidos, hace más de 2000 años, entre los montañeses alpinos, más crédulos y supersticiosos. Esos  mismos fósiles contribuyeron a mantener viva la creencia supersticiosa en su existencia real, hasta tiempos tan recientes como el siglo XIX e inicio del s. XX

Aspecto de una impronta de megalodón en la superficie de la roca dolomítica blanquecina que constituye la capa denominada la "Dolomía principal". Este tipo de fósiles, debido a su forma y siendo del tamaño adecuado, fueron confundidos con la huella dejada por la pisada de una cabra montesa. 
Imagen: Museo Etnográfico de la Provincia de Belluno y Parque de los Dolomitas de Belluno:  http://patrimonio.museodolom.it/items/show/3772

En la zona de las Dolomitas de Belluno, las "anguanas" eran una clase de criaturas míticas, ligadas al medio acuático, con características morfológicas y funcionales que las hacían, en parte, similares a las ninfas de la mitología griega y romana. Pero las "anguanas" de la mitología alpina veneciana, eran imaginadas con un aspecto físico particular que las hacía asemejarse, físicamente, a los faunos de la mitología romana.
En la mayoría de los lugares eran consideradas como seres inmateriales, pertenecientes al mundo de los espíritus nocturnos que podían materializarse con aspecto humano o de seres híbridos, medio humanos y medio animales y cuyo encuentro no solía presagiar nada bueno, generalmente.

Otra representación del supuesto aspecto corporal de las "anguane" de la zona bellunesa. En este caso, su cuerpo femenino adolescente, solamente manifiesta rasgos bestiales en la parte inferior de sus piernas, con unas pezuñas de 
aspecto totalmente caprino. 

Se creía que caminar de noche cerca de los lugares donde habitan estas criaturas era una imprudencia muy peligrosa, pues a menudo atraían a los ingenuos caminantes y luego los ahogan, si no les gustaba su trato, pero si les gustaba 
su compañía, los hacían prisioneros en su mundo acuático subterráneo, fuera del tiempo de los mortales.

Con frecuencia se describe a las "anguanas" como mujeres muy jóvenes, a menudo muy atractivas, capaces de seducir a los hombres que las sorprendían haciendo la colada o peinándose su larga melena, a la luz de la luna, junto al espejo del agua. Otras veces las describen como seres adolescentes, en algunas ocasiones con la mitad superior de mujeres jóvenes y la mitad inferior de serpiente o de pescado. Sin embargo, en otras ocasiones, se las describe como viejas horribles, capaces de aturdir gritando muy fuerte y de forma muy desagradable. En la región del Veneto existiño, hasta hace poco tiempo, la expresión popular "Sigàr come n'anguana", es decir, "gritar como una anguana" para referirse a una persona que vociferaba.

En la actualidad la anguana es un personaje de ficción cuyo recuerdo se conserva en algunas narraciones fantásticas para jóvenes y niños y recopilaciones de leyendas tradicionales. Cubierta de un libro moderno (2010) que reúne viejos cuentos y leyendas populares protagonizadas por "anguanas". Se trata de un recopilatorio de narraciones originadas o conservadas en la región del Veneto y en otras partes del noreste itálico. Redactadas con un estilo y  lenguaje adaptados a los gustos de los lectores de los tiempos actuales.
Imagen: Amazon

También se creía que tenían la capacidad de convertirse instantáneamente en animales semiacuáticos, tales como serpientes, peces, nutrias o salamandras, capaces de escapar a la primera señal de peligro lanzándose y sumergiéndose en el agua. De este supuesto comportamiento derivaba la expresión popular veneciana "Ndar via come n'anguana", es decir, "escaparse rápido como una anguana"

En cualquier caso, todas las leyendas sobre las "anguane" tienen en común que estas criaturas presentaban uno o más rasgos no humanos sino bestiales: patas de cabra, de gallina, de pato o piernas escamosas, un lomo "ahuecado" que disimulaban cubriendo su espalda con un manto y rellenando la concavidad con musgo y trozos de corteza.
El otro elemento común en el que coinciden todas las leyendas es que las "anguane" vivían cerca de manantiales, surgencias cársticas, cascadas, lagos y arroyos, siendo seres protectores de las aguas y de los animales acuáticos y anfibios que las habitaban, como también la pesca, castigando a quienes abusaban de ellas. Pero pueden traer buena suerte a los pescadores, si las habían sabido hacer propicias a su actividad, tratándolas con respeto, con oraciones y ofrendas de veneración.
Muchas leyendas cuentan cómo, antiguamente, las "anguane" eran seres femeninos afables que enseñaron a los primeros habitantes que llegaron para colonizar aquellas montañas muchas de las actividades artesanas tradicionales, como criar ganado adaptado a las duras condiciones de aquel territorio, esquilar e hilar lana o hacer mantequilla y queso, a cambio de un pacto de silencio y de un compromiso inviolable.
Según cuentan las viejas leyendas, algunas "anguane" se llegaron a casar con un mortal y a tener hijos con él, imponiendo unas condiciones muy estrictas para poder realizar y mantener el matrimonio, el pacto matrimonial disponía que el marido no podía realizar determinadas acciones, contraria a los intereses de su mujer no humana, bajo pena de disolución inmediata del matrimonio y abandono del hogar. Generalmente, todas esas historias, terminan con que los humanos rompen el acuerdo pactado, o no se muestran suficientemente agradecidos por los dones recibidos y la "anguana" consorte, patrocinadora y protectora del patrimonio familiar, se marchaba de casa ofendida, regresando al medio acuático del que procedía, en medio del bosque y las montañas. Esta clase de seres 
femeninos legendarios del folclore alpino italiano, muestran muchos paralelismos con la leyenda francesa del hada Melusina.
Las mícas "anguane" no solo fueron conocidas en la región del Véneto, sino también en las de Friuli y en ciertas parte de Lombardía, Emilia y Trentino, pero a menudo recibieron otros nombres, tales como "acquane, agane, angane, ogane, gane, vivane, pagane, subiane, zubiane, longane", etc.


Leyendas etio-paleontológicas de la región de Trentino-Alto Adige/Bozen-Südtirol (1)

Se han podido localizar tres relatos etiológico populares, con una probable antigua raíz mítica. Uno protagonizado por unos seres forestales de apariencia humana. masculina, que tiene un cierto paralelismo con el mostrado en el caso anterior. Los otros dos relatos legendarios, relacionados con el Diablo, tienen ciertas semejanzas con algunos de los mostrados anteriormente en varias entradas publicadas en 2020 y 2021. En aquellos, y en este, las marcas caprinas habían sido originadas por el contacto de las pezuñas diabólicas con el suelo, prueba irrefutable del paso del Diablo por aquel lugar. En la próxima entrada que se dedique a tratar este tema, se expondrán estos dos relatos.
El cuarto relato etiológico popular hallado, por su concepción, es en cierto modo de tipo naturalista, pues las marcas son causadas por seres comunes, las vacas, fueron generadas por actividades corrientes, durante su tránsito sobre el terreno, y en condiciones ordinarias.


Huellas de pisadas de "salvàns"
 
En la zona alpina de los montes de las montañas Dolomitas, los geólogos consideran como el fósil guía de las capas de edad triásica a una concha bivalva de forma muy curiosa por su forma característica de pezuña de animal ungulado, cuyo nombre culto es megalodón o megalodonte. Esa forma tan particular e intrigante, hace siglos, inspiró entre los montañeses numerosas leyendas populares sobre sus supuestos orígenes extraordinarios. 
Los primeros habitantes que colonizaron estas montañas, llegados de tierras más bajas o meridionales, que nunca antes habían visto nada semejante, creían que aquella clase de marcas en la roca, eran las huellas dejadas por el paso de unos personajes míticos, misteriosos y sobrehumanos que deambulaban por el bosque y sus márgenes, en horas crepusculares y nocturnas. Eran los llamados “salvàns” (hombres selváticos u hombres forestales salvajes) unos seres masculinos, misteriosos, cubiertos de pelo oscuro, con largas barbas y cabelleras, de conducta ambigua, malévola o benévola, según la actitud y el comportamiento del humano con el que se tropezaban. Este comportamiento era motivo de inquietud entre las personas que tenían necesidad de transitar o pernoctar en zonas en las que se decía que vivían estos seres impredecibles. Las leyendas relataban casos en los que su encuentro casual podía ser causa de alegría o de desgracia para el caminante y por lo tanto de que fueran seres más temidos que apreciados, entre los montañeses supersticiosos. 

"La pelea en el bosque", dibujo de Hans Burgkmair. National Gallery of Art, Washington. El hombre salvaje o ser de los bosques es una figura mitológica que aparece en obras de arte y literatura medieval europea. Imagen: Wikipedia

El hecho de que sus pisadas dejaran huellas en forma marca de pezuña caprina o bovina, indicaría que sus piernas no eran humanas, sino animales y que su naturaleza era híbrida, es decir se trataba de seres monstruosos y por tanto relacionados con el mundo mágico o diabólico.
La ciencia ya descubrió, hace casi dos siglos, que aquellas marca con forma de huella de pezuña hendida, en realidad, era una replica natural de la concha de un molusco prehistórico. Se había formado por la acumulación de un depósito mineral que ocupaba la cavidad dejada por la concha original del molusco, previamente disuelta durante el proceso de litificación de los antiguos sedimentos marinos, a la que sustituía, moldeada por la cavidad en la que se acumulaba.

Grabado antiguo, xilográfico, representando el supuesto aspecto de un "wildermann" u "hombre salvaje", habitante de los bosques más densos y solitarios, situados en los territorios montañosos de los Alpes. Los "salvàns" eran una clase  de seres míticos localizados en la zona dolomítica, en el norte de Italia, muy emparentados con todas las demás variedades de "hombres salvajes" forestales de otras partes de Europa.   Imagen: Fotostock de Alamy.

Según cuentan las viejas leyendas, cuando los primeros hombres llegaron a las inmediaciones de los Alpes, descubrieron que la tierra a la que habían llegado no estaba deshabitada, sino que desde tiempos inmemoriales, los bosques de estos lugares habían estado habitados por una raza de hombres peludos, más fuertes y hábiles que los hombres recién llegados. Los hombres llamaron a estos seres selváticos "salvàns". 
Inicialmente, la convivencia entre los dos pueblos fue fácil. Los "salvàns" enseñaron a los hombres todo lo que ellos sabían sobre agricultura de montaña, cría de ganado, transformación de la leche y la caza de montaña, pero a medida que pasaba el tiempo, más hombres fueron llegado y se instalaron en aquellas tierras, prontamente enriquecidos y fortalecidos por sus nuevos conocimientos, comenzaron a aislar a los "salvàns" y expulsarlos de sus tierras. Esos seres, antes tan amistosos y cooperadores, pronto se convirtieron en seres agresivos, rencorosos y peligrosos de los que había que deshacerse. Y así comenzó el conflicto entre estos dos grupos de viejos amigos. Los "salvàns" empezaron a aprovechar las noches para interferir en todos los trabajos de los hombres, para hacerlos fracasar en su intento de colonización de sus antiguos territorios, e incluso se acercaban a los pueblos para robar niños pequeños, pero los hombres resistieron y nunca se marcharon para regresar a sus tierras de origen, por lo que los "salvàns" tuvieron que refugiarse en lo más profundo de los bosques más alejados del mundo humanizado.

Fragmento de roca mostrando la sección de una pseudoconcha de megalodonte, con su forma característica de pezuña bovina o caprina, según como se mire. Esta clase de piedras debieron ser muy valoradas, buscadas y utilizadas como amuleto por los montañeses dolomíticos, más supersticiosos, en la proximidad de las zonas densamente forestales.
Imagen: Adler Mountain Lodge

En siglos anteriores, los pastores que ascendían en verano con sus rebaños hasta estos lugares solitarios, para aprovechar los pastos naturales de la alta montaña, buscaban y recogían piedras con este tipo de marcas de pezuña caprina, convencidos que era la huella del pie de un "salvàn" y las usaron como amuletos para proteger el contenido de sus cabañas estivales de la mala influencia de cualquier clase de espíritus malignos que pudieran estar al acecho, con malas intenciones, por los alrededores, fuesen ladrones de ganado, lobos u osos, brujas, demonios o "salvàns" malignos. Por tal motivo colocaban las piedras con las marcas de la pisada de los salvàns en los cimientos o las incrustaban en los muros de sus cabañas.
Por las pisadas en forma de huella de pezuña de cabra o de toro, parece ser que se identificaba a los salvàns con una especie de seres semejantes a faunos o sátiros. Incluso en algunas fuentes se dice que la raza de mujeres que compartía con los "salvàns" el territorio situado en torno a las montañas de las  Dolomitas eran las "anguanas", también con pies en forma de pezuña caprina.


Huellas antiguas de pisadas de vacas

En el Alpe di Siusi, el altiplano alpino más grande de los montañas Dolomitas, también se han hallado un par de nombre populares modernos y una interpretación popular asociada a ellos y a este tipo de fósiles con forma de pezuña.  
En este caso parece evidente que la cultura vaquera del "Tirol del Sur" debió influir en el momento de interpretar popular de este tipo de fósiles, en una época relativamente cercana a la actual, pues tanto la interpretación como las denominaciones populares, halladas, no contienen indicios que puedan vincularlos con la fantasía mítica o legendaria, sino con las actividades comunes de la vida cotidiana de los ganaderos de vacuno.

l fósil guía que utilizan los geólogos, en la zona de las Dolomitas, para identificar la capa de caliza blanquecina denominada Dolomia principal, de edad triásica, son los grandes bivalvos triásicos denominados megalodones o megalodontes. Tales fósiles debido a su característica  forma de pezuña de vaca, cuando aparecían incluidos en la superficie rocosa eran denominados por los pastores y vaqueros de la zona, en su dialecto alemán "Kuhtritte", es decir, "pisada o huella de pie de de vaca" y también "versteinerte Kuhtritte", es decir, "pisada o huella de vaca petrificada" Los pastores y vaqueros italohablantes se refieren a ellos como "peste di mucca" o "impronte di vacca“ y  también como "impronte di mucca pietrificate", con el mismo significado

Dibujo esquemático, representando un conjunto de secciones de pseudoconchas y moldes internos de restos fosilizados de moluscos megalodontidos, del género 
Conchodus gumbelii, del Triásico superior, con un aspecto que por su forma y tamaño se asemejan a la de una pezuña bovina o caprina. La concentración de marcas de una tal clase de pezuñas, al ser interpretada en clave naturalista, parecería indicar que es un lugar en el que se han reunido o que ha sido frecuentado, por un tipo de seres naturales dotado de pies bovinos o caprinos, es decir, rebaños de vacas o de cabras.
Este esquema fue dibujado a partir de una losa pulida, existente en el Museo de Historia Natural de Viena. Aquella losa procedía de la zona montañosa, austriaca, de Tennengebirge (Modificado a partir de Zapfe, 1957).

Este tipo particular de fósiles, a menudo, se encuentra bien visibles, en la superficie de los bancos masivos de una clase de roca caliza blanquecina (Dolomía principal), reconocible por su característico color blanquecino pero no pueden extraerse sin romperse. Pueden encontrarse sueltos, individualizados, especialmente en los acúmulos de detritus rocosos, cumulados en la base de las paredes de los acantilados y taludes rocosos, tras haberse desprendido de la roca matriz por efecto de la disolución diferencial o/y de la gelifracción.

En un solitario paisaje alpino del altiplano de Alpe di Siusi (Tirol del Sur), en prados naturales situados a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar. dos vacas pastan tranquilamente, algo alejadas del resto de su rebaño, durante la época estival. Fotografía de Roland Mayr
Imagen: Mein Bezirk

Hace dos o tres de siglos, en algunos lugares se aplicó una interpretación naturalista a la presencia de este tipo de fósiles, megalodóntidos, partiendo de su aspecto y de su localización. Como tenían la forma y el tamaño aproximados de pezuñas de vaca y de becerro y como su distribución coincidía con ciertas zonas frecuentadas por el ganado vacuno, ya fuese en aquellos lugares donde las vacas transitaban durante sus desplazamientos migratorios estacionales o en los que residían durante el verano, su existencia se atribuyó a esta causa. Tales motivos y explicaciones, hace 200 o 300 años, eran aparentemente lógicos y razonables, por lo que este tipo de fósiles se identificaron con las viejas marcas dejadas sobre el terreno, en la antigüedad, por el paso de los rebaños de vacuno, durante su trashumancia estacional y su estancia estival en los prados de alta montaña.


Fuentes

- Anónimo. Impronte di Megalodon. Museo Etnografico della Provincia di Belluno e del Parco delle Dolomiti Bellunesi:https://patrimonio.museodolom.it/items/show/3772 
- Anónimo. Anguana. Wikipedia: https://it.wikipedia.org/wiki/Anguana
- Anónimo. Una conchiglia chiamata "Zoccolo del diavolo" provincia de Bolzano Region de Trentino-Alto Adige. Adler resorts: https://www.adler-resorts.com/it/adler-lodge-alpe/unesco/368-53957.html
- Anónimo. (2011) Parchi naturali Alto Adige: Parco naturale Puez-Odle.  Editore: Provincia autonoma di Bolzano-Alto Adige. Regione Trentino-Alto Adige: http://www.provincia.bz.it/natura-ambiente/natura-territorio/pubblicazioni.asp?publ_action=300&publ_image_id=215206
- Jori, Francesco (2018)). Storia del Veneto dalle origini ai giorni nostri. Biblioteca dell'Immagine.
- Mornese, Michele (2010). L’uomo selvatico ci parla ancora. Lo sguardo di Massimo Centini. FORESTA, MITO, MESSAGGIO. FOCUS ARGOMENTI:  http://archivio.cai.it/fileadmin/documenti/Comunicati_Stampa_2010/Resoconti/Lo_sguardo_di_Massimo_Centini.pdf
- Schweiggl, Martin & Unterholzner, Leo (2011 ) Naturparks Südtirol. Naturpark Puez-Geisler. Herausgeber: Autonome Provinz Bozen-Südtirol Abteilung Natur und Landschaft Amt für Naturparke:
http://www.provinz.bz.it/natur-umwelt/natur-raum/publikationen.asp?publ_action=300&publ_image_id=215207
-Zenn (2022) Le anguane, le mitiche creature dei filò. Veneto storia, 19-03-2022 . https://www.venetostoria.com/?p=20378

sábado, 3 de abril de 2021

Folclore paleontológico italiano (15)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (4)

Determinadas secciones de las pseudoconchas y los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (4)

Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (IV)

Megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos etiológicos, en el norte de Italia (3)

Leyendas etio-paleontológicas de la región de Lombardía (3)


Interpretaciones fabulosas y relatos legendarios en algunas localidades de la prov. de Bérgamo, Reg. de Lombardía (1)

Recapitulación

Se prosigue con la presentación de algunos relatos populares generados en localidades de la provincia lombarda de Bérgamo con los que se pretendía reflejar, con finalidad didáctica, ciertos sucesos sobrenaturales, supuestamente verídicos, protagonizados por personajes míticos y por humanos inventados. Desde el punto de vista histórico y científico, todos aquellos relatos eran totalmente imaginarios, pura ficción, productos de la creatividad literaria popular, de tipo legendarios, pues la trama ficticia para ganar verosimilitud incorpora ciertos elementos reales, localizados geográficamente y fácilmente visibles. 
En todos los casos, las verdaderas protagonistas eran unas marcas o señales testimoniales, probatorias del supuesto suceso histórico. Se trataba de unas curiosas figuras, existentes y muy visibles en la superficie de determinadas rocas, cuya forma peculiar permitía identificar al personaje autor del prodigio o causante de tales marcas y asegurar que, ciertamente, estuvo allí. La interpretación mítica de tales figuras pétreas, daría origen a una explicación justificadora, de naturaleza prodigiosa, que quedaría recogida en la memoria colectiva y transmitida a la siguiente generación por medio de una narración ejemplarizante, creada con una finalidad de tipo moralizador, en defensa de "las buenas costumbres tradicionales y mayoritarias".


Las huellas dejadas sobre determinadas rocas bergamascas por el Diablo, un mujeriego impenitente, hábil seductor de jovencitas y excelente bailador

Existen varios lugares en la provincia de Bérgamo en los que la interpretación de las figuras con aspecto de pezuña bovina, visibles en la superficie de las rocas, no sólo se asociaron con el Diablo, sino también con el baile, al considerarlo un invento de satanás, ideado para seducir a las mujeres jóvenes y apartarlas del camino correcto. Las narraciones halladas despiden un intenso olor a prejuicios patriarcales, clericales y machistas y deben ser una pequeña muestra de otras muchas del mismo tipo.

La primera de las leyendas de seducción diabólica que se presentan, aún aparecía recogida, en letra impresa, en un libro que se publicó en 194o y, por entonces, aún se podían contemplar las marcas dejadas por los pies del diablo y la gran roca rectangular, plana, que las contenía impresas. Situados ambos testimonios diabólicos, por entonces, junto al camino carretero que unía las localidades de Aviatico y Costa Serina, en la zona montañosa denominada la Val Serina. Desgraciadamente para la credibilidad de la leyenda, a principios de la década de 1950, el viejo camino se modernizó y se transformó en carretera y cuando se construyó el nuevo ramal de carretera que va desde Aviatico hasta la pequeña aldea de Trafficanti [núcleo agregado de Costa Serina], aquella roca que contenía las legendarias marcas diabólica, testimonio de la vieja narración, desapareció para siempre. 
Antes de su desaparición, cuando las viejas lugareñas transitaban aquel camino carretero y pasaban por aquel diabólico lugar, procuraban protegerse de la posible influencia demoniaca haciendo la señal de la cruz. Cuando las que pasaban por aquel lugar, eran las madres de muchacha en edad de cortejar, no se olvidaban de señalarles aquellas huellas diabólicas y de recordarles la historia, especialmente si las muchachas estaban inclinadas a coquetear. Con la pretensión de protegerlas, para que llegado el momento, pudieran protegerse de los pecados de la vanidad y de la desobediencia.
La leyenda dice así:

«Aquellos que caminan por el sinuoso sendero de mulas que serpentea entre las localidades de Aviatico y Costa Serina, si miran cuidadosamente al lado del camino, en cierto punto encuentran una gran piedra plana y rectangular, en la cual son visibles las huellas características de dos pies bovinos y la forma de una de aquellas lámparas metálicas de aceite [candil], utilizadas en los pueblos de montaña, cuando aún no les llegaba la electricidad. 

Aspecto de las supuestas huellas de las pisadas del Diablo, dejadas impresas en la roca, al pasar por aquel lugar. A donde habría acudido para realizar alguna fechoría relacionada con los habitantes de aquella localidad. Fotografía de Galdino Rota.

Antiguamente, entre las buenas familias más respetables de la zona prealpina, el baile era una diversión mucho más condenada y denostada de lo que lo es hoy día. Una joven frívola y caprichosa de la localidad de Trafficanti, pero a pesar de la estricta prohibición de los padres, algunas tardes de domingo, había encontrado la manera de escabullirse e ir hasta Aviatico, para bailar en cierta taberna de mala fama. 
Un atardecer de domingo, después del baile, al regresar a casa fue acompañada por un joven compañero de baile desconocido para ella. Cuando llegaron a una gran roca plana y rectangular, semejante a un podio, después de haber dejado encima la lámpara de aceite que traía con él para iluminar el camino, el acompañante invitó a la muchacha a realizar un último baile, encima de aquella piedra

Una imagen atemorizante de película 'La bella y la bestia' que podría servir, perfectamente, para recordar a la pareja de personajes danzantes, protagonistas de la leyenda etiológica bergamasca. Una narración fabulosa que servía para interpretar y justificaban la presencia de las inexplicables figuras, con apariencia de huellas bobinas, visibles en una roca.
Imagen: Disney.

La muchacha accedió y subió, pero después de dar los primeros pasos de baile notó que el aspecto de su acompañante había cambiado mucho, ahora tenía cuernos y pies bovinos. Al mirarlo a la cara, ahora vio que tenía una apariencia horrible, entonces comprendió que estaba bailando con el demonio. En ese momento, súbitamente, la piedra se abrió por la mitad, como una trampa y el orificio formado se tragó a la bailarina y su danzante infernal hacia el infierno. Todo fue tan rápido que la desgraciada muchacha no tuvo tiempo ni siquiera de emitir un grito de horror.

De hecho, en esa zona, no es raro encontrar a lo largo de los senderos de la montaña algunas grandes piedras en las que se pueden ver unas marcas curiosas por que tienen la forma de grandes huellas dejadas por pezuñas bovinas, que parecen estar excavadas en la superficie de piedra. Estas figuras extrañas o inquietantes, no son más que los restos fósiles de unas grandes conchas bivalvas de moluscos marinos triásicos, conocidas con el nombre de "conchodones" [Conchodon o Conchodus]. Las enormes rocas muestran el negativo de estas conchas [molde externo], que por su forma recuerdan las grandes huellas dejadas por las pisadas bovinas... o diabólicas. 

Esta leyenda y los comentarios adjuntos están tomados del libro de Carlo Traini titulado "Storie e leggende bergamasche", publicado en 1940. En el año 1977 fue reeditado de nuevo por Edizioni Il Conventino, de Bérgamo.

La segunda de las leyendas de seducción diabólica es casi totalmente idéntica a la anterior, el mismo tipo de marcas bovinas como testimonio de veracidad del suceso relatado, unos personajes de idéntico tipo y la misma trama narrativa, la única diferencia remarcable con respecto al relato precedente es el cambio de localización geográfica del escenario de los hechos relatados. En este caso, los hechos y los personajes se sitúan en la Val Brembana, muy próxima a la zona anterior y la gran piedra con las huellas dejadas por los pies del Diablo, también se hallaba situada junto al camino, en esta ocasión el que conducía desde la localidad de Brembilla hasta la de Gerosa, en un lugar en el que se retorcía formando una gran curva.

La tercera de las leyendas de seducción diabólica procede de otra zona también muy cercana a las dos anteriores, situada en el territorio adyacentes a la localidad de Zogno, en ua zona que antiguamente fue conocida como la "Val Pagana", nombre que nos devuelve el recuerdo de antiguas creencias y prácticas inquietantes y misteriosas, durante la Alta Edad Media, entre la población resistente a la cristianización de las zonas urbanas y costeras. 
En esta área, entre los municipios actuales de Algua, Costa Serina, Bracca y Miragolo, se encuentra una roca que presenta unas marcas extrañas poseedoras de una curiosa forma, son llamadas las “Pisadas del Diablo” ("le Peste del Diavolo"). Esa roca está situada en el borde de un precipicio, que se abre sobre un oscuro, lóbrego y profundo barranco, ocupado por una densa vegetación boscosa de aspecto  impenetrable. Se abre como una grieta del terreno, en medio del bosque, que condujese hacia el infierno. Se trata de un lugar solitario, sugerente y pavoroso, sobre un cañón rocoso situado en el término de la localidad de Poss Castello, entre Miragolo y Zogno y que si se desciende por él conduce hacia Val Pagana. 
Las supuestas huellas bovinas, dejadas por el paso del Diablo, se asocian a la siguiente narración:

«En un lugar situado entre las localidades de Miragolo y Perello, vivía una familia que tenía una única hija, una hermosa muchacha, caprichosa y malcriada que pasaba la mayor parte de su tiempo libre dedicándose a practicar los bailes más extraños y, a veces, a asistir a reuniones nocturnas en las que las danzas debían ser del tipo más salvajes, por el estado en que ella regresa a casa de madrugada. 
Sus padres y hermanos, temerosos de las malas influencias causadas por las malas compañías con quienes debía reunía reunirse, intentaban persuadirla para que se apartara de aquellas personas y dejase de reunirse con ellas, en el boque. Los padres pretendían detener la conducta impropia de su hija, obstaculizando sus salidas nocturnas de la casa familiar, mediante sus razonamientos, sus consejos o sus lágrimas y sus peticiones de buen juicio y los hermanos menores mediante la fuerza física. Pero ella era más astuta y siempre conseguía escaparse de casa, sin ser descubierta, sin hacer ningún caso de las recomendaciones de sus padres. 

Xilografía antigua representando brujos y brujas bailando con demonios, durante una celebración nocturna del Sabbat
En varias ocasiones, su padre había tratado de seguirla a escondidas para saber a dónde iba y con quién se reunía para bailar, pero siempre sucedía lo mismo, después de un trecho de camino, de repente, la muchacha desaparecía en medio del denso bosque, sin dejar ni rastro. 
Cierta tarde, el padre exasperado por el mal comportamiento incorregible de su hija y las lágrimas de la madre angustiada por la posibilidad de verla partir, una vez más hacia el bosque, para asistir a otra noche más de danzas alocadas, decidieron tomar medidas drásticas. El padre y los hermanos la llevaron al sótano, a la fuerza, y la ataron fuertemente a la pata de una grande y pesada mesa que allí había. Luego, bloquearon de manera impenetrable, la puerta y la ventana de aquella habitación, para que nadie pudiera entrar o salir de allí. 
A la medianoche oyeron, unos ruidos espantosos y unas risas escalofriantes que provenían de fuera de la casa. Todos quedaron como petrificados y atemorizados en sus camas, en el interior de la casa, sin tener el coraje suficiente para levantarse y salir fuera para ver qué estaba pasando. Cuando se rehicieron y se atrevieron a asomarse a la ventana, ocultos detrás de las persianas, vieron a un joven misterioso, alto y guapo, que estaba abriendo a golpes, la ventana del sótano, sin ninguna dificultad. Luego vieron cómo aquel desconocido penetraba en el sótano y cómo, una vez que la muchacha estuvo liberada por aquel joven, ambos huían a toda prisa en dirección al bosque. Pero después de haber dado unos cuantos pasos, mientras la muchacha lo abrazaba cariñosamente, el joven se volvió hacia la casa para verificar si alguien de la familia los iba siguiendo. 

Una imagen del musical 'La bella y la bestia' que muestra a "la bestia" abrazando a la bella muchacha" y que podría servir perfectamente para recordar a la pareja de personajes danzantes, protagonistas de la leyenda etiológica bergamasca. 
Imagen: Revista Godot

Los atemorizados familiares de la muchacha fugada, que se habían quedado como petrificados, en las ventanas, pudieron notar la aterradora transformación que había ocurrido en el aspecto de aquel joven desconocido. Los ojos se habían dilatado convirtiéndose en dos grandes círculos en llamas, en la cabeza le habían surgido dos pequeños cuernos puntiagudos y todo su cuerpo estaba completamente cubierto de un pelo largo y leonado. ¡Era el Diablo! 

El padre y los hermanos de la muchacha, se armaron de valor y salieron corriendo de la casa, en un intento desesperado de ayudar a su ser querido, pero el diablo huyó corriendo, mucho más rápido, mientras mantenía a su presa levantada, sin tocar el suelo. La muchacha también se había dado cuenta de la horrible naturaleza de su compañero de bailes y comenzó a gritar, pidiendo ayuda y tratando de liberarse de aquel férre abrazo que, de repente, se había vuelto mortífero.  
Después de algunos pocos pasos más, el Diablo alcanzó corriendo el borde del acantilado que se abre bajo el santuario de Perello y saltó. En el fondo del barranco se abrió un abismo flameante por el que la infernal criatura entró, llevándose a la desafortunada muchacha. 

Aspecto de las supuestas huellas de las pisadas del Diablo, dejadas por su paso por aquel lugar, para realizar alguna fechoría en la localidad. Fotografía de Galdino Rota.
Hoy aún se pueden ver, al borde del precipicio, unas grandes huellas de aspecto bovino impresas en la roca, dejadas por el Diablo en el momento de tomar impulso, antes de saltar al abismo»

Esta segunda leyenda, 
en varios aspectos resulta muy similar a la anterior y está tomada del libro titulado “Storie e leggende della Bergamasca” de Wanda Taufer y Tarcisio Bottani, publicada por Editore Ferrari, en Clusone, en 2001.


Las huellas de los pies de la Madonna de Sommaprada 

En la época del s. XVI en que sucedió el prodigio milagroso, los bosques de los alrededores estaban infestados de bandoleros y en el lugar de Sommaprada, donde ahora está la iglesia, solo había una pequeña capilla dedicada a la Madonna, junto a ella había un retén militar para defender el camino y mantener a raya a los bandoleros y una zona de servicio para los viajeros, mayoritariamente, arrieros y carreteros que querían descansar o pasar la noche, junto con su carga y sus animales. Una de las narraciones dice así: 

"Todo sucedió la aterradora noche del 2 de julio de 1533, cuando algunos carreteros que transportaban cargas de madera o de mineral de hierro, procedentes del Valle Scalve hasta el Valle Seriana Inferior estaba a punto de alcanzar la zona de descanso, muy cerca del lugar donde ahora se levanta la capilla de la "Madonna dei Viandanti", en el término de Rovetta. De repente vieron que estaban rodeados por un grupo de temibles criminales armados, se dieron cuenta que un grupo de salteadores de caminos le habían preparado una emboscada, cuando creían que ya estaban a salvo, viendo  que no tenían escapatoria. 
En ese momento terrible, los pobres carreteros indefensos y aterrados, no tuvieron más remedio que invocar la ayuda de la santísima Virgen María, 
De repente, apareció un grandísimo resplandor que procedía de la capillita de la Madonna. Al ver este prodigio, cegados por aquella potente luz y viendo que los soldados del destacamento militar habían sido alertados, los malvados asaltantes huyeron despavoridos y a toda velocidad. Aquel enorme resplandor que surgía de la pequeña capilla se mantuvo durante varios días y noches. La Virgen se apareció a la concurrencia y pidió ser venerada en aquel lugar donde repartiría gracias a todos los que se las pidiesen"

Giambattista Busetti cuenta el episodio en el volumen dedicado a los santuarios marianos del área de Bérgamo. El evento prodigioso relatado por Busetti, fue un suceso que contribuyó a difundir, nutrir y reforzar la devoción mariana a la patrona de aquella pequeña capilla, especialmente entre la población de las dos localidades más próximas al santuario: las de Clusone y Rovetta. Y muy en particular entre los habitantes de Rovetta, la más vinculada al primitivo santuario denominado, a partir del milagro, de la "Madonna dei Viandanti" y que más tarde, después de construir la primitiva iglesia que lo sustituyó, fue denominada de la "Madonna delle Grazie" que es la patrona del actual "Santuario della Vergine di Sommaprada". 
El primer santuario se construyó en 1544. para conmemorar el milagro sucedido el 2 de julio de 1533, pero en 1623 se produjo un corrimiento de tierras en la ladera del monte Bielù que destruyó casi completamente el santuario primitivo que tuvo que ser reconstruido.

Hoy día, en el barrio de Conca Verde, a poca distancia del centro de la localidad de Rovetta, en el lugar de antaño ocupaba la antigua pequeña capilla, hay una pqueña iglesia que es el actual santuario mariano. En el interior de este pequeño templo se conservan antiguos frescos y numerosos exvotos depositados por los devotos agradecidos a los favores recibidos de la Virgen. 
Pero el visitante devoto de la "Madoninna" o el turista curioso, no pueden dejar escapar la oportunidad de visitar una pieza singular que se guarda en la oscura y pequeña cripta, bajo el presbiterio de aquella pequeña iglesia. Allí se expone a la veneración y admiración pública, una gran losa de piedra, protegida por un gran cristal, en la piedra se pueden ver dos figuras semejantes a las plantas del pie humano que aparecen en relieve negativo, sobre la superficie plana de aquella losa de piedra. Esas dos marcas, según la tradición religiosa local, son las huellas dejadas por las pies de la santísima Virgen María ("I piedi della Madonna") que quedaron impresas, milagrosamente, sobre la superficie de la roca sobre la que descendió,  cuando bajó del cielo para acudir en auxilio de unos carreteros devotos que le pidieron ayuda, cuando fuero asaltados por unos bandidos. 

A falta de cualquier imagen de "los pies de la Madonna" de Sommaparada y solo cómo simple ilustración con la que hacerse una idea aproximada, se muestra una imagen sustitutoria. Las marcas que se ven en la fotografía son las supuestas pisadas dejadas por los pies de santa Cristina mártir, expuestas a la veneración en la Basílica de Santa Cristina, cerca de Bolsena (Italia)
El visitante escéptico, con mentalidad naturalistica y el ojo entrenado en la interpretación de las marcas fósiles, en este caso particular de aquellos relacionadas con los "conchodones" triásicos, rápidamente se dará cuenta de que esas figuras sagradas, no son el producto de un milagro celestial, sino más bien de la conjunción del arte y de la naturaleza, ya que muy  posiblemente se trate de una mixtificación. No se sabe quién pudo ser el hábil escultor de este sugerente testimonio pétreo, pero muy posiblemente no fue exclusivamente la naturaleza. Con mucha probabilidad se ha obtenido a partir de unas marcas naturales derivadas de las conchas de unos grandes bivalvos triásicos, llamados conchodones, muy bien seleccionadas, para causar el efecto deseado en el observador crédulo o ignorante, que luego debieron ser hábilmente retocadas. Pero los fieles devotos, amantes de la "Madonna delle Grazie" y respetuosos de la tradición ancestral de la religiosidad popular, nunca pusieron en duda la autenticidad milagrosa de aquella reliquia pétrea.
 

Dos reflexiones personales, para acabar

La primera reflexión es de tipo geológico. Dado que las rocas "marcadas" se presentan como rocas únicas y muy singulares, parece evidente que por su aspecto no se asemejaban a las rocas características del contexto geológico local. Esto nos hace pensar que, tal vez, podría tratarse de "bloques erráticos" de origen glacial. En este caso se trataría de grandes fragmentos de piedra arrastrados o transportados lejos de su lugar de origen, por la masa de hielo de los glaciares alpinos cuaternarios, luego depositados a cierta distancia del lugar de procedencia y a menor altitud, a medida que la lengua glaciar se iba fundiendo. Se trataría de bloques de caliza dolomítica o de dolomía "de conchodon", denominación usada para indicar el alto contenido de esta clase de fósiles, en este tipo de rocas. Se trata de rocas sedimentarias calizas formadas a partir de sedimentos depositados en el fondo de cuencas marinas, durante el Rhaetiense o Raetiano, a finales del Triásico Superior, hace unos 200 millones de años.

La segunda reflexión es de tipo mitológico.  Se ha dicho hoy, y también cuando se presentó este tema, que la cristianización extensa e intensa de la población, en las zonas montañosas fue mucho más tardía que en las zonas costeras, las llanuras interiores y las capitales provinciales o las grandes ciudades, debido a las mejores vías de comunicación,  menores dificultades geográficas y mayor trasiego de ideas. Debido a estas circunstancias, el paganismo se mantuvo vigente mucho más tiempo en las zonas prealpinas y alpinas, llegando incluso a mantenerse de manera residual durante la Edad Media. 
La Iglesia cristiana, reforzada por el poder de los gobernantes cristianizados, identificaría a las viejas divinidades de la antigua religión, con diversos tipos de demonios o con el Diablo y asociaría sus antiguas costumbres religiosas y prácticas rituales con la brujería malévola o satánica. Dando inicio a su prohibición, persecución, eliminación violenta y sustitución forzosa. 
En un territorio boscosos, como es el del norte montañoso de Italia, o el de Bérgamo, no sería nada extraño que el paganismo precristiano, ya hubiese asociado aquellas mismas "marcas bobinas", cervinas, caprinas, porcinas, equinas, etc., con algunas de sus numerosas divinidades zoomórficas, híbridas o que eventualmente podían transformarse en ciertas clase de animales ungulados, transformismo muy útil para esconderse de intrusos o perseguidores, fuesen humanos u otras divinidades. Como por ej. Epona, (yegua), Diana (cierva), Fauno (mitad inferior de macho cabrío), etc.


Fuentes

- Anónimo. Quelle strane orme bovine. Leggende della Valle Brembana
- Anónimo (2019). Le impronte nella roccia. Le diaboliche danze in Val Serina. Storie e leggende delle nostre valli. Prima Bergamo, 11/05/2019 
- Anónimo (2015). Santuario de la Madonna delle Grazie <Conca Verde, Rovetta>.  Le chiese delle Diocesi italiane, 14/09/2015
- Anónimo. Descrizione del territorio della zona della Madonnina all'epoca del Miracolo. Comune di Rovetta
- Corna, Angelo . "Le diaboliche danze in Val Serina". Miti e leggende orobiche
- Pianetti, Denis (2008). Il diavolo e l'inferno nella toponomastica e nella tradizione popolare brembana. Centro Storico Culturale della Val Brembana. Quaderni Brembani 6 (pp. 88-96) 
- Roncalli, Emanuele (2014). Quelle impronte misteriose dei diavoli e della Madonna. L’Ecco di Bergamo, 15/07/2014 

- Rota, Andrea (2014). "Monte Castello – Miragolo S. Marco: Diario delle salite".  Diario delle salite. 10-01-2014
- Stoppani, Antonio (1859). Rivista geologica della Lombardia in rapporto colla Carta geologica di questo paese pubblicata dal cavaliere F. de Hauer. Atti della Società italiana di scienze naturali. Vol. I: 1855-1859. Tipi Giuseppe Bernardoni. Milano 
- Trabucchi, Mirko. Impronte diaboliche ad Aviatico. Terra orobica.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Folclore paleontológico italiano (14)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (4)

Determinadas secciones de los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (4)

Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (IV)

Restos fósiles de megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos legendarios, en el norte de Italia (3)

Leyendas de motivación paleontológica en la Región de Lombardía (3)

Interpretaciones fabulosas y relatos legendarios en localidades de la prov. de Como, Reg. de Lombardía (3)


La muralla de il Sasso Malascarpa, construida por el Diablo, que las brujas transformadas en cabras o cabalgando caballos salvajes o machos cabríos, usaban como trampolín para atajar camino y llegar volando hasta las montañas de los Corni di Canzo, para celebrar allí el Sabbat. Municipio de Canzo, prov. de Como (Segunda parte)


Introducción

Il Sasso Malascarpa, a primera vista y desde la distancia, se asemeja a una especie de muro construido con grandes piedras, sobre una ladera y cresta montañosa que en alguna zona parece coronado por unas figuras que asemejan corpachones de gigantes deformes que vigilan el lugar, cuando se mira de cerca, se ve que son simple bloques de piedra de formas curiosas. 

Aspecto de la zona inferior izquierda del afloramiento del estrato calizo, denominado il Sasso Malascarpa, visto por su lado meridional, yendo en dirección a las tres cimas denominadas Corni di Canzo. El conjunto rocoso, observado desde una cierta distancia, muestra su innegable semejanza con una muralla ciclópea, en ruinas. Fotografía original de Sergio Scanzioli.
Imagen: Obiettivo Orobie

Cuando alguien ha buscado algún sentido o explicación de utilidad a esta muralla, teniendo en cuenta su situación aislada y lejos de cualquier núcleo humano habitado, antiguamente o modernamente, parecería que nunca habría tenido alguna utilidad estratégica, de uso militar, pero tampoco se le ve una organización estructural que permita suponer alguna utilidad residencial. Puestos a especular fabulosamente, tal vez podría tratarse de una construcción levantada con una función puramente monumental, quizá creada para que sirviera de señal visual y recordatorio del poder de su propietario y constructor, pues dada su posición elevada, su extensión, altura y coloración grisácea de tonalidad blanquecina, su figura destaca muy claramente en el paisaje montañoso y resulta bien visible desde desde diversos lugares, bastante alejados.


Vista panorámica tomada desde las proximidades de il Sasso Malascarpa, en sentido norte. Se han señalado las principales cimas. En el lado derecho de la imagen, aparecen los tres Corni di Canzo, lugares asociados por la fantasía popular y la tradición local, con reuniones del Diablo y las brujas.
Imagen: Renato Magni: Sasso Malascarpa anello

Antiguamente, en las tradiciones populares, existieron ciertas tendencias sociales prejuiciosas, según las cuales se tendían a relacionar ciertas formas naturales del paisaje, particularmente raras, por su extraña forma, su origen desconocido y su inexplicable función, con determinados personajes míticos negativos y peligrosos, como eran los demonios, el diablo o las brujas. En este caso particular, según la opinión de algunos lingüistas, el nombre  del lugar señalaría al Diablo, los demonios o las brujas como responsables de su existencia o en relación a algunas características particulares, de este elemento singular del paisaje, como eran las raras marcas indelebles que presentaba dispersas por toda su superficie.

Una vista de la Foresta dei Corni di Canzo en la que Il Sasso Malascarpa, aparece situado casi en el centro de la imagen, como un afloramiento de roca pelada, formando parte de una pequeña cresta montañosa. Por su extraño aspecto fue considerado por la fantasía popular como un trampolín aéreo, usado por las brujas y el Diablo. Algo más lejos, y a mayor altitud, aparecen dos cimas, corresponden a il Corno di Canzo Centrale (izqda.) y il Corno di Canzo Orientale (ctro), supuestos lugares de concentración de brujas para la celebración del Sabbat.

Buscando información en Internet, se han podido hallar y recopilar una serie de relatos populares, de tipo legendario, más o menos similares entre sí, asociados a este curioso elemento geológico con aspecto de fragmento de muralla.
En la mayoría de los casos las interpretaciones populares del murallón y de las sorprendentes marcas en forma de pezuña animal, estaban sustentadas sobre una doble base argumental justificativa. Una era de tipo onomástico, se basaba en el extraño nombre del lugar o topónimo y la otra era de tipo mítico y folclórico, los causantes eran ciertos personajes maléficos y sus actividades y capacidades sobrehumanas. Esta serie de relatos populares, de tipo legendario, parecen haber servido convincentemente, durante varias generaciones anteriores para explicar el origen de este singular elemento paisajístico o/y justificar la presencia de las curiosas marcas que muestran las superficies de sus aparentes e imaginarios bloques ciclópeos, de piedra caliza.

Los grandes bloques de roca caliza que parecen constituir el imaginario muro diabólico, muestran marcas de figura extraña sobre la superficie de la piedra. Su interpretación fabulosa dio origen a leyendas protagonizadas por seres fabulosos temibles: diablos y brujas
Imagen: Un, due, trek

El primer grupo de interpretaciones y explicaciones legendarias está caracterizado por estar protagonizadas únicamente por la presencia y actividad constructora y marcadora del Diablo y sus demonios y por no hacer ninguna referencia a las brujas, ni a sus caballos trepadores, ni a sus cabras voladoras. Este tipo de interpretaciones legendarias de il Sasso Malascarpa, existente en el término de Canzo, empezó a desarrollarse al final de la entrada anterior, que también estuvo dedicada a este singular lugar, que desde hace siglos ha resultado ser un hito paisajístico emblemático, entrada que fue publicada el 20 de julio de 2020

Escultura de un demonio sosteniendo y encajando un bloque de piedra, en uno de los pilares del llamado Puente del Diablo, en Cahors (Francia). Esta figura fue hecha esculpir por el arquitecto Paul Gout que era el responsable de las obras de  restauración del puente, realizadas en 1879. Con ella se hace alusión a la antigua leyenda popular relativa a su construcción diabólica. Es una lástima que esta figura demoniaca no tenga  pies con pezuñas, sino pies de aspecto humano.
Imagen: The devil's bridge of Cahors

Existe un segundo grupo de leyendas populares inspiradas por la posible etimología de la palabra "malascarpa", por el aspecto muralliforme de las peñas de il Sasso Malascarpa y por las figuras visibles en la superficie de las rocas, imaginadas como marcas de pezuñas de seres infernales. Está formado por una serie de relatos populares de tipo etiológico o explicativo, coprotagonizados por el Diablo y por su grupo de brujas seguidoras, cabalgando sobre diversos tipos de animales salvajes o domésticos, cabalgaduras que, en realidad, eran demonios con apariencia animal, usados por las brujas como medio de transporte terrestre y aéreo, para acudir y regresar, desde sus localidades originarias, al lugar de celebracuón del sabbat o aquelarre.

En esta imagen, resulta visible en el cuarto inferior izquierdo, casi en primer término, un fragmento de il Sasso Malascarpa, con su característico aspecto de vieja muralla derruida. Por encima y por detrás, alineadas en el plano medio, se ven las tres cimas llamadas Corni di Canzo, lugares donde se decía que se reunían las brujas con el Diablo, en las noches del Sabbat. Fotografía original de Davide Pitto 
Imagen: Luoghi da sogno


Marcas dejadas por los pies de los constructores  diabólicos de il Sasso Malascarpa

Según la opinión de algunos estudiosos de las tradiciones lombardas locales y de la cultura popular del norte de Italia, supuestamente, buenos conocedores de la interpretación del significado de la etimología toponímica y del dialecto lombardo local, resultaría que la denominación italiana Sasso Malascarpa sería el resultado de una adaptación distorsionada del nombre primitivo de aquella peña, que en el dialecto lombardo se denomina: Sass de la Mascarpa
Según la opinión de estos mismos estudiosos, etimológicamente, la palabra Mascarpa derivaría del término lombardo mascha (pronunciado masca) con el significado de mancha, impronta o figura estampada, relacionado con las formas estampadas que presenta aquella peña. 

Aspecto caprino de dos de las muchas marcas, en relieve positivo, visibles en la superficie de las rocas de la base de il Sasso Malascarpa. Los dedos de la mano que aparece en la parte inferior permite hacerse una idea aproximada del tamaño de las supuestas pezuñas que habían dejado estas marcas. 


Por tanto, según esta interpretación, el nombre del elemento topográfico considerado, estaría relacionado con la presencia de las curiosas figuras que aparecen estampadas sobre la superficie de sus rocas, reconocidas como formas semejantes a pezuñas de ciertas clases de animales

Además esta idea de base filológica e iconográfica, estaría reforzada o confirmada por la existencia de varios relatos populares, de tipo legendario, protagonizados por ciertas clase de seres infernales dotados de pezuñas, es decir el Diablo o/y sus demonios, los cuales eran capaces de trepar por la superficie, casi vertical, de aquella muralla, para subir cargando sobre sus espaldas los pesados bloques de roca y luego irlos distribuyendo y colocándolos. es sus lugares correspondientes, dejando estampadas las marcas de las pezuñas de sus pies, mientras trabajaban en la construcción de aquella obra.

Como no se dispone de ilustraciones de demonios o diablos constructores, cargando piedras, relativas al Sasso Malascarpa, se ha tenido que recurrir a un caso muy distinto, pero similar en cuanto al tipo de trabajo realizado y el material utilizado. 
En esta imagen que es un detalle ilustrativo existente en una de las 4 hojas que componen un gran mapa de Suiza, ilustrado con diferentes escenas referentes a sucesos históricos y hechos legendarios que se titula Nova Helvetiae Tabula Geographica, que fue diseñado por Johann Jakob Scheuchzer y dibujado e ilustrado por Johann Melchior Füssli. Se publicó en 1712, en Zúrich, por los impresores Emanuel Schalch & Johann Heinrich Huber 
Arriba, a la derecha, se muestra al Diablo cargando un enorme bloque de roca, sobre sus espaldas, dirigiéndose enfurecido a destruir el puente que aparece a la izquierda (Teufelsbrücke o puente del Diablo) y que él mismo había construido la noche anterior, a cambio del alma del primer viandante, pero los aldeanos hicieron pasar una cabra. Una anciana, con una cruz, se interpuso en su camino, poniéndolo en fuga, evitando que pudiera llevar a cabo sus maléficos planes y perjudicar a los humanos que lo podrían utilizar, a diario, para llegar hasta el Paso de san Gotardo y comerciar con Italia con más facilidad que antes de su construcción.
Imagen: Wikimedia


Relatos legendarios coprotagonizados por el Demonio, las brujas, los caballos o las cabras salvajes. 

Este investigador ha podido hallar un grupo de relatos explicativos populares, de tipo legendarios asociados a este elemento geológico y topográfico que siguen estando sustentados sobre una base de tipo toponomástico, mítico y folclórico, pero que a diferencia de los anteriores se caracterizan por estar coprotagonizados por una serie de personajes y animales fabulosos, como son el Diablo, las brujas maléficas y ciertos animales extraordinarios como son caballos y cabras salvajes, capaces de escalar paredones y volar. 

Según la opinión de algunos estudiosos de las tradiciones legendarias locales y de la cultura popular del norte de Italia que, supuestamente, son buenos conocedores de la etimología toponímica y del dialecto lombardo local, resultaría ser que la actual denominación italiana: Sasso Malascarpa usada para referirse al singular elemento geológico, sería el resultado de una adaptación distorsionada del auténtico nombre autóctono de aquella peña, que  se denominarí Sass de la Mascarpa, en el dialecto lombardo comasco
Según la opinión de los estudiosos antes mencionados, la palabra Mascarpa derivaría del término lombardo masca (bruja). Por tanto, tal elemento mítico y topográfico estaría relacionado culturalmente con las brujas y/o con la brujería. Además, esta idea fundamentada sobre la lingüística y la etimología, estaría confirmada por la literatura oral, ya que existen varios relatos populares, de tipo legendario, asociados a esos peñascos que están protagonizados por brujas, denominadas masca/masque, en el dialecto comasco o stregha/streghe, en idioma italiano.

Ilustración representando uno de los supuestos vuelos nocturnos de las brujas, cabalgando sobre diversos seres y objetos, según las descripciones de los relatos fabulosos populares.
Ilustración de Bernard Zuber para “La vida execrable de Guillemette Babin, bruja” novela histórica de Maurice Garçon, publicada en 1926.

El particular nombre de esta singular peña lombarda, con toda la mitología demoniaca y brujeril que le ha sido asociada por la fantasía popular y por la imaginación de ciertos lingüistas, sería un buen ejemplo de todos los tipos de influencias culturales, que a lo largo de la historia, los fósiles han ido inspirando en la población de infinidad de lugares, dispersos por toda Europa.
En este caso particular, la denominación aplicada a un elemento paisajístico singular, por su aspecto aparente de muralla ruinosa, formada por la aparente acumulación ordenada de bloques de piedra caliza gigantescos, marcados con unas señales de formas y orígenes inquietantes.


Marcas dejadas por las cabalgatas nocturnas de las brujas sobre unos extraordinarios caballos diabólicos

En esos relatos se afirma que ciertas marcas en forma de huella de pezuña de caballo que aparecen estampadas sobre la superficie de algunas de las rocas de il Sass de la Mascarpa, aunque en realidad son muy poco numerosas, eran el resultado del paso por el lugar de unos caballos salvajes, con capacidad trepadora o voladora, que montaban las brujas. 

Aspecto de las marcas que cubren la superficie de algunas calizas triásicas de la zona. Arriba, a la izquierda, una de las de mayor tamaño, supuestamente la huella dejada por la pisada de la pezuña de uno de los caballos montados por las brujas.
Pero como es evidente, esta interpretación legendaria parece haber obviado las demás "huellas de pezuñas" más pequeñas, de aspecto caprino, porcino o cervino... En realidad, todas ellas corresponden a secciones transversales de conchas bivalvas de de moluscos del género Conchodon, de diferentes dimensiones y edades. Foto de Milo Manica
Imagen: Flickr

Tal cosa sucedía, cuando desde diversas localidades del fondo de los valles vecinos, ascendían las brujas para reunirse con el Diablo, en la cima de una montaña próxima, de las tres que constituyen los llamados Corni di Canzo (Cuernos de Canzo). Tal cosa sucedía, ciertas noches de luna llena en las que las brujas acudían para realizar sus concentraciones festivas, nocturna, cuando celebraban el sabbat, presidido por el Diablo.
Según contaba el relato popular, al anochecer del día en que las brujas celebraban su reunión festiva nocturna o sabbat, coincidiendo con el primer día de luna llena, las brujas ascendían por la ladera de la montaña, desde varias localidades del fondo del valle, iban montadas sobre sus infernales cabalgaduras. 


Cabalgata aérea de brujas, surcando el cielo a lomos de unos portentosos caballos voladores, dirigiéndose hacia el lugar de reunión, para celebrar su diabólica fiesta del Sabbat, bajo la dirección de Satanás y con la participación de sus demonios. 
Imagen de producción propia, obtenida por modificación de otra muy semejante, en la que se ha suprimido una parte inconveniente e innecesaria. 

Cuando estaban cercanas al Sass de la Mascarpa, las brujas, por pura diversión o como demostración de su poder sobrehumano, espoleaban y jaleaban a sus caballos que se lanzaban, a la carrera, contra las paredes casi verticales de aquella muralla, consiguiendo superarla con una prodigiosa facilidad y con una velocidad vertiginosa, gracias a la diabólica capacidad de sus caballos. Era en esas ocasiones cuando las huellas de los cascos de los caballos que cabalgaban quedaban estampadas sobre la superficie de la piedra, como testimonio de su hazaña diabólica.


Marcas dejadas por las brujas, transformadas en un rebaño de cabras conducido por un cabrón diabóloico

La trama y desarrollo de estos relatos es muy semejante a la de los citados y resumidos anteriormente, pero existen dos diferencias importes. La primera consiste en que las marcas que son visibles sobre las paredes rocosas de il Sass de la Mascarpa, no tendrían forma de huella de pezuñas de caballo, sino de de pezuñas de cabra montesa. La segunda diferencia consiste en que quienes ascendían en alocada carrera, ladera arriba, no eran un grupo de caballos diabólicos montados por brujas, sino que eran las mismas brujas transformadas en cabras montesas, formando un enloquecido rebaño diabólico que era guiado por el mismo Diablo, en persona, transformad en un enorme macho cabrío. 

Lámina zoológica representando un grupo de ejemplares de diversas edades y sexos de cabra montesa de los Alpes o íbice (Capra ibex). Se puede apreciar muy fácilmente el dimorfismo sexual existente en esta especie, los machos con grandes cornamentas, más corpulentos y musculosos, mientras que las hembras son todo lo contrario.
Grabado de G. Madsen, titulado "Alpensteinbock" (cabra montesa de los Alpes) de 1890.
Imagen:
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Cuando el infernal rebaño llegaba, a gran velocidad, al lugar donde se hallaba la muralla de il Sasso Malascarpa que les cortaba el paso, las cabras conseguían superar aquel obstáculo con toda facilidad, ascendiendo sobre sus empinadas paredes, casi verticales, mientras iban dejando estampadas sobre la roca las huellas de sus pezuñas, a su paso.
Luego, el diabólico rebaño caprino continuaba su itinerario, orientando sus pasos hacia la cima de un monte próximo, en donde, se congregaban en festivo concilio con el Diablo y sus demonios. Allí se dedicaban cantar, bailar, fornicar y a enumerar y vanagloriarse de sus hazañas maléficas más recientes y a programar maldades que debían ejecutar en los próximos días, antes de su siguiente sabbat.

Abajo, en primer término un fragmento de il Sasso Malascarpa, con su característico aspecto de vieja muralla derruida, detrás, en el plano medio, se ven dos de las tres cimas o "cuernos" conocidos como Corni di Canzo, son el C. centrale y el C, orientale, supuestos lugares de reunión de las brujas con el Diablo, en las noches de luna llena del Sabbat. Fotografía original de Davide Pitto
Imagen:
Luoghi da sogno



Marcas dejadas por las pezuñas de unos prodigiosos machos cabríos voladores  

Se ha hallado otra narración legendaria de bases toponomástica, mítica y fabulosasegún la cual el nombre del elemento paisajístico derivaría de luna palabra lombarda referente el al macho de la cabra: masche de cavra (ital. maschio di capra o caprone). Pues según la creencia y los relatos populares, algunas brujas acudían a sus reuniones del sabbat montadas sobre el lomo de unos enormes machos cabríos. Estas extrañas cabalgaduras eran capaces de sobrevolar el territorio, transportando a las brujas desde sus lugares de origen hasta el lugar de reunión con el Diablo, sin importar lo lejano que fuese el viaje o áspero el camino. 

Estos animales prodigiosos, en realidad, eran sus demonios tutelares, asignados por el propio Diablo, a cada una de las brujas que estaban a su servicio, que podían transformarse en animales cuando les convenía a ellos o a sus amas. 
En algunos lugares, antaño, se denominaba a las marcas con aspecto de huella caprina, con el descriptivo nombre de zoccolo di caprone, es decir, pezuña de cabrón o macho cabrío.

Ilustración xilográfica antigua representando a una bruja, cabalgando sobre un animal de aspecto caprino, en medio de una nube, en realidad, su cabalgadura aérea es su 
demonio tutelar, transformado en cabra montesa y transportando a su bruja tutelada. En este grabado aparecen envueltos en una nube y sobrevolando un campo de cereal. Esta imagen representa una creencia antigua muy extendida, según la cual las brujas podían conducir las tormentas más destructivas hacia los lugares o personas donde ellas deseaban causar graves perjuicios. Tormentas productoras de vientos huracanados, rayos incendiarios o granizo triturador, arrasando construcciones o lugares productivos, para perjudicar a los propietarios.
Imagen: MACBA


Las causas paleontológica, geográfica y religiosa de tanta fantasía

El verdadero motivo que ha inspirado la gran cantidad y cierta diversidad de interpretaciones fabulosas, todas de tipo legendario, que han sido expuestas en los párrafos anteriores, fue la presencia de las extrañas marcas acorazonadas o apezuñadas que eran visibles en la superficie de los bloques de roca constituyentes de aquella peña con aspecto de fragmento de antigua muralla arruinada.
Pues aunque, en realidad, se trataba de las secciones de los moldes internos y de las pseudoconchas de un tipo de moluscos bivalvos, prehistóricos, del género Conchodon, su particular aspecto, solamente podía servir para confundir a aquellas supersticiosas gentes montañesas, poco ilustradas, que vivían en zonas aisladas, en invierno, y mal comunicadas el resto del año, de cultura fundamentalmente ganadera. 
 Aquellas figuras les recordaban la forma de la huella dejada por la pisada de un caballo, de un buey, de una cabra montesa o de un macho cabrío. De ninguna manera podían imaginarse que aquellas formas tan semejantes a una pisada de animal terrestre, pudieran relacionarse con un animal marino que había vivido en un antiguo mar, existente en aquel lugar, millones de años atrás.

Diferentes aspecto del molde interno formado por el relleno de sedimento o depósito mineral dentro de la cavidad interna de una concha bivalva de Conchodon, según diferentes puntos de vista. Sus secciones transversales, incluidas en la roca caliza, darían lugar a diversas figuras, las cuales habitualmente fueron interpretadas de forma fabulosa, dando lugar a diversas leyendas. Ilustración de un libro del s. XIX.
Imagen: Abhandlungen der Geologischen Bundesanstalt (1892)

También sabían por sus propias vivencias y observaciones cotidianas, que ninguna pezuña de cualquier clase de animal "normal", nunca sería capaz de marcar la dura superficie de la roca caliza de aquella peña. Por tanto había que pensar que los probables causantes no podían ser ningún tipo de animal de pezuña "normal".
En los alrededores, había y aún se conservan varios conventos monásticos, santuarios y eremitorios (santuario di San Miro al Monte, eremo di San Miro al Monte, santuario di San Martino, chiesa di santo Stefano, convento di S. Francesco, cappella di San Michele Arcangelo), cuyos ocupantes obsesionados con el poder e influencias de "El Maligno" y sus servidores infernales y terrenales, quizás tuviesen alguna influencia notable sobre la imaginación y las concepciones del mundo natural de los lugareños, induciendo la aplicación de interpretaciones sobrenaturalistas y fantásticas a muchos de los fenómenos naturales existentes en su entorno cotidiano.

Antiguamente, todos los habitantes de la comarca sabían por la abundante formación e información religiosa recibida desde su infancia que solamente un ser como era el Diablo y sus demonios, poseían unos pies con esa forma bestial tan característica. Que solamente ellos, debido a sus capacidades sobrehumanas, eran capaces de volar por los aires o trepar por superficies verticales. Esta mentalidad supersticiosa, corriente antiguamente, explicaría por qué, hace 100 o 200 años, aún había habitantes de la comarca que estaban convencidos de que el mismo Diablo había levantado aquella muralla y que él y sus demonios habían estado pateando las rocas de aquel lugar, en el que había dejado impresos esos rastros de pisadas bestiales. Otros ampliaban el espectro causal e incluían a las brujas y sus demonios tutelares con forma de caballos salvajes o machos cabríos como autores probables. La ignorancia causada por el aislamiento y la falta de información científica, unidas a la superstición religiosa, favoreció interpretaciones fantásticas de los tipos mencionados.

Aspecto de una de las zonas más características del "muraglione", con sus enormes bloques de piedra apilados. Su situación en un punto culminante del terreno y su proximidad a las tres cimas denominadas Corni di Canzo, lugar de aquelarres, hicieron que se le interpretase como una muralla del Diablo, obra de demonios, o como un trampolín de brujas y demonios para alzar el vuelo...
Imagen:
 Brianza web

La forma misma de la peña de il Sasso, que aparece una muralla rocosa, construida con enormes bloques ciclópeos, habría sugerido la intervención de alguna fuerza oscura y poderosa en su construcción... y que personaje popular podía resultar más apropiado para atribuirle la autoría que el mismísimo Diablo. Incluso las extrañas figuras en forma de huellas que presenta estampadas, incisas o en relieve las rocas, causadas por la sección del conjunto de las dos valvas que forman la concha de los numerosos moluscos fósiles, del género Conchodon o Conchodus, las cuales miradas sin prejuicios previos proporcionan unas figuras en forma de corazón, cuando fueron miradas con prejuicios supersticiosos fueron interpretadas como huellas dejadas por los cascos de los caballos salvajes que montaban las brujas que, según los rumores populares, solían lanzarse a la carrera diabólica sobre las paredes de aquella muralla, cuando desde diversas localidades del fondo de los valles ascendían para acudir a reunirse en sus concentraciones nocturna sabatinas, presididas por el Diablo. Según otro rumores populares las marcas habrían sido impresas por las pezuñas de los macho cabríos.


Desmitificando la etimología quizás forzada o demasiado imaginativa

Según la opinión de algunos otros investigadores, tal vez el término "mascarpa" no tenga nada que ver con brujas, zapatos diabólicos, cabrones voladores o manchas misteriosas, sino con algo mucho más humilde, cotidiano y artesanal, ya que podría estar relacionado con la producción de la "maschèrpa", que en el dialecto comasco se pronuncia "masquerpa" y que también se conoce en italiano como "mascarpa"
Se trata de un tipo de requesón elaborado con el suero de la leche de cabra, remanente de la producción de queso. Es un producto típico del aprovechamiento ganadero de los pastos de alta montaña, en la región de Lombardía. 

Recipientes modernos, recién llenos de mascherpa alpina, compactada y a punto para su distribución y comercialización. A pesar de haber sido compactada se puede observar su textura grosera.
Tal vez, el nombre de la mítica peña es el resultado de haberse aplicado la analogía, al comparar el aspecto de la peña cuarteada, con la apariencia tronco-cónica y cuarteada del producto lácteo, recién volcado del molde usado para su moldeado y consolidación.
En este caso, la intervención sobrenatural quizás tendría algo que ver con el fenómeno del cuajado de la leche o del suero sobrante, al aplicarles calor y alguna clase cuajo natural, un fenómeno de causa incomprensible en la antigüedad remota. Quizás antiguamente podría haberse recurrido a la explicación mágica para justificar la transformación de la leche en queso y del suero en requesón.


Fuentes

- Anónimo. Il sasso Malascarpa (Canzo): Riserva Naturale parziale di interesse geomorfologico e paesistico. Triangolo Lariano
- Anónimo. Un Triangolo da Scoprire: Il Sasso Malascarpa. La muraglia di pietra
Comunità Montana Triangolo Lariano
- Anónimo (2005). La Montagna degli ZoccoliPaleoItalia. Newsletter della Società Paleontologica Italiana Numero 12. Maggio 2005. Supplemento al Bollettino della Società Paleontologica Italiana v.44 n.3 
- Anónimo. Il sentiero geologico “Giorgio Achermann” in Val Ravella. Gruppo Naturalistico Brianza
- Anónimo. Riserva Naturale Sasso Malascarpa e Monte Cornizzolo (1240 m) 
- Anónimo.  Il sasso Malascarpa, Canzo. Riserva Naturale parziale di interesse geomorfologico e paesisticoComunità Montane: Triangolo Lariano, Lario Orientale    
- Avanzini, Marco & Kustatscher, Evelyn (2016). Giganti di pietra: alle radici dei miti. In Nani e giganti. Studi Storico Culturali Castel Roncolo, volume 10, Chapter 1, Fondazione Castelli di Bolzano. Editori H. Rizzolli.
- Carozzi, Daniele (1993). Leggende e storie comasche. Edit. Meravigli 
- Molteni, Gianni (2016). Sasso Malascarpa e Campi solcati.  Un, due, trek 16/09/2016 
- Pianetti, Denis (2008). Il diavolo e l'inferno nella toponomastica e nella tradizione popolare brembanaQuaderni Brembani 6 (pp. 88-96) 
Selva, Attilio (2006). La leggenda degli  “Zoccoli del Diavolo”Natura e civiltà, Periodico trimestrale, Nº 1, (pp. 10-11)
- Stoppani, Antonio (1859). Rivista geologica della Lombardia in rapporto colla Carta geologica di questo paese pubblicata dal cavaliere F. de Hauer. Atti della Società italiana di scienze naturali. Vol. I: 1855-1859. Tipi Giuseppe Bernardoni. Milano 
- Villa, Marta (2010). I racconti delle pietre. Marta Villa 1