sábado, 3 de abril de 2021

Folclore paleontológico italiano (15)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (4)

Determinadas secciones de las pseudoconchas y los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (4)

Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (IV)

Megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos etiológicos, en el norte de Italia (3)

Leyendas etio-paleontológicas de la región de Lombardía (3)


Interpretaciones fabulosas y relatos legendarios en algunas localidades de la prov. de Bérgamo, Reg. de Lombardía (1)

Recapitulación

Se prosigue con la presentación de algunos relatos populares generados en localidades de la provincia lombarda de Bérgamo con los que se pretendía reflejar, con finalidad didáctica, ciertos sucesos sobrenaturales, supuestamente verídicos, protagonizados por personajes míticos y por humanos inventados. Desde el punto de vista histórico y científico, todos aquellos relatos eran totalmente imaginarios, pura ficción, productos de la creatividad literaria popular, de tipo legendarios, pues la trama ficticia para ganar verosimilitud incorpora ciertos elementos reales, localizados geográficamente y fácilmente visibles. 
En todos los casos, las verdaderas protagonistas eran unas marcas o señales testimoniales, probatorias del supuesto suceso histórico. Se trataba de unas curiosas figuras, existentes y muy visibles en la superficie de determinadas rocas, cuya forma peculiar permitía identificar al personaje autor del prodigio o causante de tales marcas y asegurar que, ciertamente, estuvo allí. La interpretación mítica de tales figuras pétreas, daría origen a una explicación justificadora, de naturaleza prodigiosa, que quedaría recogida en la memoria colectiva y transmitida a la siguiente generación por medio de una narración ejemplarizante, creada con una finalidad de tipo moralizador, en defensa de "las buenas costumbres tradicionales y mayoritarias".


Las huellas dejadas sobre determinadas rocas bergamascas por el Diablo, un mujeriego impenitente, hábil seductor de jovencitas y excelente bailador

Existen varios lugares en la provincia de Bérgamo en los que la interpretación de las figuras con aspecto de pezuña bovina, visibles en la superficie de las rocas, no sólo se asociaron con el Diablo, sino también con el baile, al considerarlo un invento de satanás, ideado para seducir a las mujeres jóvenes y apartarlas del camino correcto. Las narraciones halladas despiden un intenso olor a prejuicios patriarcales, clericales y machistas y deben ser una pequeña muestra de otras muchas del mismo tipo.

La primera de las leyendas de seducción diabólica que se presentan, aún aparecía recogida, en letra impresa, en un libro que se publicó en 194o y, por entonces, aún se podían contemplar las marcas dejadas por los pies del diablo y la gran roca rectangular, plana, que las contenía impresas. Situados ambos testimonios diabólicos, por entonces, junto al camino carretero que unía las localidades de Aviatico y Costa Serina, en la zona montañosa denominada la Val Serina. Desgraciadamente para la credibilidad de la leyenda, a principios de la década de 1950, el viejo camino se modernizó y se transformó en carretera y cuando se construyó el nuevo ramal de carretera que va desde Aviatico hasta la pequeña aldea de Trafficanti [núcleo agregado de Costa Serina], aquella roca que contenía las legendarias marcas diabólica, testimonio de la vieja narración, desapareció para siempre. 
Antes de su desaparición, cuando las viejas lugareñas transitaban aquel camino carretero y pasaban por aquel diabólico lugar, procuraban protegerse de la posible influencia demoniaca haciendo la señal de la cruz. Cuando las que pasaban por aquel lugar, eran las madres de muchacha en edad de cortejar, no se olvidaban de señalarles aquellas huellas diabólicas y de recordarles la historia, especialmente si las muchachas estaban inclinadas a coquetear. Con la pretensión de protegerlas, para que llegado el momento, pudieran protegerse de los pecados de la vanidad y de la desobediencia.
La leyenda dice así:

«Aquellos que caminan por el sinuoso sendero de mulas que serpentea entre las localidades de Aviatico y Costa Serina, si miran cuidadosamente al lado del camino, en cierto punto encuentran una gran piedra plana y rectangular, en la cual son visibles las huellas características de dos pies bovinos y la forma de una de aquellas lámparas metálicas de aceite [candil], utilizadas en los pueblos de montaña, cuando aún no les llegaba la electricidad. 

Aspecto de las supuestas huellas de las pisadas del Diablo, dejadas impresas en la roca, al pasar por aquel lugar. A donde habría acudido para realizar alguna fechoría relacionada con los habitantes de aquella localidad. Fotografía de Galdino Rota.

Antiguamente, entre las buenas familias más respetables de la zona prealpina, el baile era una diversión mucho más condenada y denostada de lo que lo es hoy día. Una joven frívola y caprichosa de la localidad de Trafficanti, pero a pesar de la estricta prohibición de los padres, algunas tardes de domingo, había encontrado la manera de escabullirse e ir hasta Aviatico, para bailar en cierta taberna de mala fama. 
Un atardecer de domingo, después del baile, al regresar a casa fue acompañada por un joven compañero de baile desconocido para ella. Cuando llegaron a una gran roca plana y rectangular, semejante a un podio, después de haber dejado encima la lámpara de aceite que traía con él para iluminar el camino, el acompañante invitó a la muchacha a realizar un último baile, encima de aquella piedra

Una imagen atemorizante de película 'La bella y la bestia' que podría servir, perfectamente, para recordar a la pareja de personajes danzantes, protagonistas de la leyenda etiológica bergamasca. Una narración fabulosa que servía para interpretar y justificaban la presencia de las inexplicables figuras, con apariencia de huellas bobinas, visibles en una roca.
Imagen: Disney.

La muchacha accedió y subió, pero después de dar los primeros pasos de baile notó que el aspecto de su acompañante había cambiado mucho, ahora tenía cuernos y pies bovinos. Al mirarlo a la cara, ahora vio que tenía una apariencia horrible, entonces comprendió que estaba bailando con el demonio. En ese momento, súbitamente, la piedra se abrió por la mitad, como una trampa y el orificio formado se tragó a la bailarina y su danzante infernal hacia el infierno. Todo fue tan rápido que la desgraciada muchacha no tuvo tiempo ni siquiera de emitir un grito de horror.

De hecho, en esa zona, no es raro encontrar a lo largo de los senderos de la montaña algunas grandes piedras en las que se pueden ver unas marcas curiosas por que tienen la forma de grandes huellas dejadas por pezuñas bovinas, que parecen estar excavadas en la superficie de piedra. Estas figuras extrañas o inquietantes, no son más que los restos fósiles de unas grandes conchas bivalvas de moluscos marinos triásicos, conocidas con el nombre de "conchodones" [Conchodon o Conchodus]. Las enormes rocas muestran el negativo de estas conchas [molde externo], que por su forma recuerdan las grandes huellas dejadas por las pisadas bovinas... o diabólicas. 

Esta leyenda y los comentarios adjuntos están tomados del libro de Carlo Traini titulado "Storie e leggende bergamasche", publicado en 1940. En el año 1977 fue reeditado de nuevo por Edizioni Il Conventino, de Bérgamo.

La segunda de las leyendas de seducción diabólica es casi totalmente idéntica a la anterior, el mismo tipo de marcas bovinas como testimonio de veracidad del suceso relatado, unos personajes de idéntico tipo y la misma trama narrativa, la única diferencia remarcable con respecto al relato precedente es el cambio de localización geográfica del escenario de los hechos relatados. En este caso, los hechos y los personajes se sitúan en la Val Brembana, muy próxima a la zona anterior y la gran piedra con las huellas dejadas por los pies del Diablo, también se hallaba situada junto al camino, en esta ocasión el que conducía desde la localidad de Brembilla hasta la de Gerosa, en un lugar en el que se retorcía formando una gran curva.

La tercera de las leyendas de seducción diabólica procede de otra zona también muy cercana a las dos anteriores, situada en el territorio adyacentes a la localidad de Zogno, en ua zona que antiguamente fue conocida como la "Val Pagana", nombre que nos devuelve el recuerdo de antiguas creencias y prácticas inquietantes y misteriosas, durante la Alta Edad Media, entre la población resistente a la cristianización de las zonas urbanas y costeras. 
En esta área, entre los municipios actuales de Algua, Costa Serina, Bracca y Miragolo, se encuentra una roca que presenta unas marcas extrañas poseedoras de una curiosa forma, son llamadas las “Pisadas del Diablo” ("le Peste del Diavolo"). Esa roca está situada en el borde de un precipicio, que se abre sobre un oscuro, lóbrego y profundo barranco, ocupado por una densa vegetación boscosa de aspecto  impenetrable. Se abre como una grieta del terreno, en medio del bosque, que condujese hacia el infierno. Se trata de un lugar solitario, sugerente y pavoroso, sobre un cañón rocoso situado en el término de la localidad de Poss Castello, entre Miragolo y Zogno y que si se desciende por él conduce hacia Val Pagana. 
Las supuestas huellas bovinas, dejadas por el paso del Diablo, se asocian a la siguiente narración:

«En un lugar situado entre las localidades de Miragolo y Perello, vivía una familia que tenía una única hija, una hermosa muchacha, caprichosa y malcriada que pasaba la mayor parte de su tiempo libre dedicándose a practicar los bailes más extraños y, a veces, a asistir a reuniones nocturnas en las que las danzas debían ser del tipo más salvajes, por el estado en que ella regresa a casa de madrugada. 
Sus padres y hermanos, temerosos de las malas influencias causadas por las malas compañías con quienes debía reunía reunirse, intentaban persuadirla para que se apartara de aquellas personas y dejase de reunirse con ellas, en el boque. Los padres pretendían detener la conducta impropia de su hija, obstaculizando sus salidas nocturnas de la casa familiar, mediante sus razonamientos, sus consejos o sus lágrimas y sus peticiones de buen juicio y los hermanos menores mediante la fuerza física. Pero ella era más astuta y siempre conseguía escaparse de casa, sin ser descubierta, sin hacer ningún caso de las recomendaciones de sus padres. 

Xilografía antigua representando brujos y brujas bailando con demonios, durante una celebración nocturna del Sabbat
En varias ocasiones, su padre había tratado de seguirla a escondidas para saber a dónde iba y con quién se reunía para bailar, pero siempre sucedía lo mismo, después de un trecho de camino, de repente, la muchacha desaparecía en medio del denso bosque, sin dejar ni rastro. 
Cierta tarde, el padre exasperado por el mal comportamiento incorregible de su hija y las lágrimas de la madre angustiada por la posibilidad de verla partir, una vez más hacia el bosque, para asistir a otra noche más de danzas alocadas, decidieron tomar medidas drásticas. El padre y los hermanos la llevaron al sótano, a la fuerza, y la ataron fuertemente a la pata de una grande y pesada mesa que allí había. Luego, bloquearon de manera impenetrable, la puerta y la ventana de aquella habitación, para que nadie pudiera entrar o salir de allí. 
A la medianoche oyeron, unos ruidos espantosos y unas risas escalofriantes que provenían de fuera de la casa. Todos quedaron como petrificados y atemorizados en sus camas, en el interior de la casa, sin tener el coraje suficiente para levantarse y salir fuera para ver qué estaba pasando. Cuando se rehicieron y se atrevieron a asomarse a la ventana, ocultos detrás de las persianas, vieron a un joven misterioso, alto y guapo, que estaba abriendo a golpes, la ventana del sótano, sin ninguna dificultad. Luego vieron cómo aquel desconocido penetraba en el sótano y cómo, una vez que la muchacha estuvo liberada por aquel joven, ambos huían a toda prisa en dirección al bosque. Pero después de haber dado unos cuantos pasos, mientras la muchacha lo abrazaba cariñosamente, el joven se volvió hacia la casa para verificar si alguien de la familia los iba siguiendo. 

Una imagen del musical 'La bella y la bestia' que muestra a "la bestia" abrazando a la bella muchacha" y que podría servir perfectamente para recordar a la pareja de personajes danzantes, protagonistas de la leyenda etiológica bergamasca. 
Imagen: Revista Godot

Los atemorizados familiares de la muchacha fugada, que se habían quedado como petrificados, en las ventanas, pudieron notar la aterradora transformación que había ocurrido en el aspecto de aquel joven desconocido. Los ojos se habían dilatado convirtiéndose en dos grandes círculos en llamas, en la cabeza le habían surgido dos pequeños cuernos puntiagudos y todo su cuerpo estaba completamente cubierto de un pelo largo y leonado. ¡Era el Diablo! 

El padre y los hermanos de la muchacha, se armaron de valor y salieron corriendo de la casa, en un intento desesperado de ayudar a su ser querido, pero el diablo huyó corriendo, mucho más rápido, mientras mantenía a su presa levantada, sin tocar el suelo. La muchacha también se había dado cuenta de la horrible naturaleza de su compañero de bailes y comenzó a gritar, pidiendo ayuda y tratando de liberarse de aquel férre abrazo que, de repente, se había vuelto mortífero.  
Después de algunos pocos pasos más, el Diablo alcanzó corriendo el borde del acantilado que se abre bajo el santuario de Perello y saltó. En el fondo del barranco se abrió un abismo flameante por el que la infernal criatura entró, llevándose a la desafortunada muchacha. 

Aspecto de las supuestas huellas de las pisadas del Diablo, dejadas por su paso por aquel lugar, para realizar alguna fechoría en la localidad. Fotografía de Galdino Rota.
Hoy aún se pueden ver, al borde del precipicio, unas grandes huellas de aspecto bovino impresas en la roca, dejadas por el Diablo en el momento de tomar impulso, antes de saltar al abismo»

Esta segunda leyenda, 
en varios aspectos resulta muy similar a la anterior y está tomada del libro titulado “Storie e leggende della Bergamasca” de Wanda Taufer y Tarcisio Bottani, publicada por Editore Ferrari, en Clusone, en 2001.


Las huellas de los pies de la Madonna de Sommaprada 

En la época del s. XVI en que sucedió el prodigio milagroso, los bosques de los alrededores estaban infestados de bandoleros y en el lugar de Sommaprada, donde ahora está la iglesia, solo había una pequeña capilla dedicada a la Madonna, junto a ella había un retén militar para defender el camino y mantener a raya a los bandoleros y una zona de servicio para los viajeros, mayoritariamente, arrieros y carreteros que querían descansar o pasar la noche, junto con su carga y sus animales. Una de las narraciones dice así: 

"Todo sucedió la aterradora noche del 2 de julio de 1533, cuando algunos carreteros que transportaban cargas de madera o de mineral de hierro, procedentes del Valle Scalve hasta el Valle Seriana Inferior estaba a punto de alcanzar la zona de descanso, muy cerca del lugar donde ahora se levanta la capilla de la "Madonna dei Viandanti", en el término de Rovetta. De repente vieron que estaban rodeados por un grupo de temibles criminales armados, se dieron cuenta que un grupo de salteadores de caminos le habían preparado una emboscada, cuando creían que ya estaban a salvo, viendo  que no tenían escapatoria. 
En ese momento terrible, los pobres carreteros indefensos y aterrados, no tuvieron más remedio que invocar la ayuda de la santísima Virgen María, 
De repente, apareció un grandísimo resplandor que procedía de la capillita de la Madonna. Al ver este prodigio, cegados por aquella potente luz y viendo que los soldados del destacamento militar habían sido alertados, los malvados asaltantes huyeron despavoridos y a toda velocidad. Aquel enorme resplandor que surgía de la pequeña capilla se mantuvo durante varios días y noches. La Virgen se apareció a la concurrencia y pidió ser venerada en aquel lugar donde repartiría gracias a todos los que se las pidiesen"

Giambattista Busetti cuenta el episodio en el volumen dedicado a los santuarios marianos del área de Bérgamo. El evento prodigioso relatado por Busetti, fue un suceso que contribuyó a difundir, nutrir y reforzar la devoción mariana a la patrona de aquella pequeña capilla, especialmente entre la población de las dos localidades más próximas al santuario: las de Clusone y Rovetta. Y muy en particular entre los habitantes de Rovetta, la más vinculada al primitivo santuario denominado, a partir del milagro, de la "Madonna dei Viandanti" y que más tarde, después de construir la primitiva iglesia que lo sustituyó, fue denominada de la "Madonna delle Grazie" que es la patrona del actual "Santuario della Vergine di Sommaprada". 
El primer santuario se construyó en 1544. para conmemorar el milagro sucedido el 2 de julio de 1533, pero en 1623 se produjo un corrimiento de tierras en la ladera del monte Bielù que destruyó casi completamente el santuario primitivo que tuvo que ser reconstruido.

Hoy día, en el barrio de Conca Verde, a poca distancia del centro de la localidad de Rovetta, en el lugar de antaño ocupaba la antigua pequeña capilla, hay una pqueña iglesia que es el actual santuario mariano. En el interior de este pequeño templo se conservan antiguos frescos y numerosos exvotos depositados por los devotos agradecidos a los favores recibidos de la Virgen. 
Pero el visitante devoto de la "Madoninna" o el turista curioso, no pueden dejar escapar la oportunidad de visitar una pieza singular que se guarda en la oscura y pequeña cripta, bajo el presbiterio de aquella pequeña iglesia. Allí se expone a la veneración y admiración pública, una gran losa de piedra, protegida por un gran cristal, en la piedra se pueden ver dos figuras semejantes a las plantas del pie humano que aparecen en relieve negativo, sobre la superficie plana de aquella losa de piedra. Esas dos marcas, según la tradición religiosa local, son las huellas dejadas por las pies de la santísima Virgen María ("I piedi della Madonna") que quedaron impresas, milagrosamente, sobre la superficie de la roca sobre la que descendió,  cuando bajó del cielo para acudir en auxilio de unos carreteros devotos que le pidieron ayuda, cuando fuero asaltados por unos bandidos. 

A falta de cualquier imagen de "los pies de la Madonna" de Sommaparada y solo cómo simple ilustración con la que hacerse una idea aproximada, se muestra una imagen sustitutoria. Las marcas que se ven en la fotografía son las supuestas pisadas dejadas por los pies de santa Cristina mártir, expuestas a la veneración en la Basílica de Santa Cristina, cerca de Bolsena (Italia)
El visitante escéptico, con mentalidad naturalistica y el ojo entrenado en la interpretación de las marcas fósiles, en este caso particular de aquellos relacionadas con los "conchodones" triásicos, rápidamente se dará cuenta de que esas figuras sagradas, no son el producto de un milagro celestial, sino más bien de la conjunción del arte y de la naturaleza, ya que muy  posiblemente se trate de una mixtificación. No se sabe quién pudo ser el hábil escultor de este sugerente testimonio pétreo, pero muy posiblemente no fue exclusivamente la naturaleza. Con mucha probabilidad se ha obtenido a partir de unas marcas naturales derivadas de las conchas de unos grandes bivalvos triásicos, llamados conchodones, muy bien seleccionadas, para causar el efecto deseado en el observador crédulo o ignorante, que luego debieron ser hábilmente retocadas. Pero los fieles devotos, amantes de la "Madonna delle Grazie" y respetuosos de la tradición ancestral de la religiosidad popular, nunca pusieron en duda la autenticidad milagrosa de aquella reliquia pétrea.
 

Dos reflexiones personales, para acabar

La primera reflexión es de tipo geológico. Dado que las rocas "marcadas" se presentan como rocas únicas y muy singulares, parece evidente que por su aspecto no se asemejaban a las rocas características del contexto geológico local. Esto nos hace pensar que, tal vez, podría tratarse de "bloques erráticos" de origen glacial. En este caso se trataría de grandes fragmentos de piedra arrastrados o transportados lejos de su lugar de origen, por la masa de hielo de los glaciares alpinos cuaternarios, luego depositados a cierta distancia del lugar de procedencia y a menor altitud, a medida que la lengua glaciar se iba fundiendo. Se trataría de bloques de caliza dolomítica o de dolomía "de conchodon", denominación usada para indicar el alto contenido de esta clase de fósiles, en este tipo de rocas. Se trata de rocas sedimentarias calizas formadas a partir de sedimentos depositados en el fondo de cuencas marinas, durante el Rhaetiense o Raetiano, a finales del Triásico Superior, hace unos 200 millones de años.

La segunda reflexión es de tipo mitológico.  Se ha dicho hoy, y también cuando se presentó este tema, que la cristianización extensa e intensa de la población, en las zonas montañosas fue mucho más tardía que en las zonas costeras, las llanuras interiores y las capitales provinciales o las grandes ciudades, debido a las mejores vías de comunicación,  menores dificultades geográficas y mayor trasiego de ideas. Debido a estas circunstancias, el paganismo se mantuvo vigente mucho más tiempo en las zonas prealpinas y alpinas, llegando incluso a mantenerse de manera residual durante la Edad Media. 
La Iglesia cristiana, reforzada por el poder de los gobernantes cristianizados, identificaría a las viejas divinidades de la antigua religión, con diversos tipos de demonios o con el Diablo y asociaría sus antiguas costumbres religiosas y prácticas rituales con la brujería malévola o satánica. Dando inicio a su prohibición, persecución, eliminación violenta y sustitución forzosa. 
En un territorio boscosos, como es el del norte montañoso de Italia, o el de Bérgamo, no sería nada extraño que el paganismo precristiano, ya hubiese asociado aquellas mismas "marcas bobinas", cervinas, caprinas, porcinas, equinas, etc., con algunas de sus numerosas divinidades zoomórficas, híbridas o que eventualmente podían transformarse en ciertas clase de animales ungulados, transformismo muy útil para esconderse de intrusos o perseguidores, fuesen humanos u otras divinidades. Como por ej. Epona, (yegua), Diana (cierva), Fauno (mitad inferior de macho cabrío), etc.


Fuentes

- Anónimo. Quelle strane orme bovine. Leggende della Valle Brembana
- Anónimo (2019). Le impronte nella roccia. Le diaboliche danze in Val Serina. Storie e leggende delle nostre valli. Prima Bergamo, 11/05/2019 
- Anónimo (2015). Santuario de la Madonna delle Grazie <Conca Verde, Rovetta>.  Le chiese delle Diocesi italiane, 14/09/2015
- Anónimo. Descrizione del territorio della zona della Madonnina all'epoca del Miracolo. Comune di Rovetta
- Corna, Angelo . "Le diaboliche danze in Val Serina". Miti e leggende orobiche
- Pianetti, Denis (2008). Il diavolo e l'inferno nella toponomastica e nella tradizione popolare brembana. Centro Storico Culturale della Val Brembana. Quaderni Brembani 6 (pp. 88-96) 
- Roncalli, Emanuele (2014). Quelle impronte misteriose dei diavoli e della Madonna. L’Ecco di Bergamo, 15/07/2014 

- Rota, Andrea (2014). "Monte Castello – Miragolo S. Marco: Diario delle salite".  Diario delle salite. 10-01-2014
- Stoppani, Antonio (1859). Rivista geologica della Lombardia in rapporto colla Carta geologica di questo paese pubblicata dal cavaliere F. de Hauer. Atti della Società italiana di scienze naturali. Vol. I: 1855-1859. Tipi Giuseppe Bernardoni. Milano 
- Trabucchi, Mirko. Impronte diaboliche ad Aviatico. Terra orobica.

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