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sábado, 16 de mayo de 2020

Folclore paleontológico italiano (12)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida

Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (2)

Determinadas secciones de los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (2)



Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (II)


Restos fósiles de megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos legendarios, en el norte de Italia (1)


Introducción

En la anterior entrada, se presentaron de forma introductoria, algunos de los aspectos básicos del folclore paleontológico italiano, relacionado con los restos fósiles de los  moluscos de tipo megalodóntido, del Triásico superior, 
publicada el pasado 16 de febrero de 2020, en este blog. Se dieron a conocer las diferentes interpretaciones populares de tal tipo de fósiles y los diversos nombres vulgares que, en función de las mismas, se les aplicaron en diferentes localidades del norte de Italia.
En la entrada de hoy se inicia la presentación de una serie de relatos de tipo legendario, cuya invención estuvo motivada, hace siglos, por la interpretación fabulosa de las figuras en forma de pezuña, generadas por la sección erosiva del molde interno y de la pseudoconcha de ciertos géneros de moluscos megalodóntidos triásicos, en las localidades más septentrionales del norte de Italia.
Se ha rastreado Internet, durante meses, a la búsqueda de todo tipo de narraciones semifantasiosas, surgidas en torno a la atribución popular de un origen no natural a los restos fósiles de moluscos megalodóntidos triásicos,  generalmente pertenecientes a los géneros Conchodus (Conchodon) y Megalodus (Megalodon), sensu lato, ya que poder llegar a identificar los géneros o especies implicados, con mayor precisión taxonómica, nos resulta absolutamente imposible y además nos parece innecesario.
Tales enigmáticas figuras paleontológicas, presentes y bien visibles en la superficie de las rocas calizas, en diversas localidades de las regiones alpinas y subalpinas italianas, resultaban muy sorprendentes por su forma, tamaño, constitución y posición, por que sus contorno se asemejaba y asociaba con la huella de los pies de ciertas clases de animales. Se consideraban un indicio seguro de su paso por aquel lugar ya fuese sobre la superficie blanda del barro, en la época del Diluvio o en tiempos más recientes, sobre la dura roca. Lo más extraordinario de todo aquello, era que las supuestas pisadas que aparecían impresa sobre la dura superficie de las rocas y con frecuencia en superficies verticales, en diferentes lugares, parecían estar lanzando un mensaje de advertencia moral a la generaciones posteriores. Es decir tenían una finalidad didáctica moralizante.

Dibujo esquemático, representando un conjunto de secciones de pseudoconchas y moldes internos de restos fosilizados de moluscos megalodontidos, del género Conchodus gumbelii, del Triásico superior, con un aspecto que por su forma y tamaño se asemejan a la de una pezuña bovina o caprina.
La concentración de marcas de tales pezuñas, interpretada en clave mítica, parecerían indicar un lugar en el que se han reunido o que ha sido frecuentado, por un tipo de seres dotado de pies bovinos o caprinos y dotados de capacidades sobrehumanas.
Este esquema fue dibujado a partir de una losa pulida, existente en el Museo de Historia Natural de Viena. Aquella losa procedía de la zona montañosa, austriaca, de Tennengebirge (Modificado a partir de Zapfe, 1957).
Imagen: 
Fossil shells sections 

Antiguamente, en el norte de Italia, desde finales del siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XX, fueron consideradas como marcas de origen extraordinario, siendo relacionadas con ciertos sucesos anormales, con determinados personajes sobrehumanos y, en algunos casos, con ciertos tipos de animales

Son habituales las asociaciones causales con el Diablo, los demonios, las brujas y menos habituales las asociaciones con ciertos santos, con Jesús o con la Madre de Dios. También se asociaron causalmente con ciertos animales domésticos propios de actividades rurales o agrarias, cuyas huellas de pisada se asemejaban a las marcas de las rocas, predominando las atribuciones a los animales caprinos, los equinos y los bovinos, pues se decía que el Diablo y los demonios no tenían pies humanos sino pies de animales de pezuña dividida.
Grabado en madera, de época renacentista, representando al rey Salomón, en una audiencia real concedida a diversos tipos de demonios, los cuales le están transmitiendo conocimientos mágicos. Obsérvese que los pies de aquellos demonios que resultan bien visibles, muestran un aspecto no humano, son semejantes a los de diferentes animales: cabra, equino, depredador carnicero, etc.
Imagen: 
Solomon the magician

Durante el periodo histórico comprendido entre finales del siglo XIV y mediados del XIX  conocido modernamente como La Pequeña Edad de Hielo o La Pequeña Era Glacial, se produjo en Europa un enfriamiento generalizado y algunas alteraciones meteorológicas y climáticas muy negativas socialmente. Con una acumulación anormal de irregularidades de efectos catastróficos, desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVIII. Coincidiendo con las mencionadas graves alteraciones climático-meteorológicas , consistentes en un periodo de unos 200 años, en el que el tiempo meteorológico fue anormalmente frío, demasiado húmedo y frecuentemente e irregularmente tempestuoso. Estas anormalidades afectaron muy gravemente a los rendimientos de la agricultura y de la ganadería europeas, con graves efectos sociales sobre la salud y la economía. 

Al buscarse explicaciones a tal situación y las posibles causas de tales alteraciones climáticas y meteorológicas, en una época de escasos conocimientos científicos, abundancia de ideas irracionales, gran influencia de la religión cristiana más conservadora y de la mitología supersticiosa aneja, se creyó ver la poderosa influencia del Diablo, con la colaboración activa de las brujas. Se pretendió ver plasmada la malévola intervención de tales seres infernales en multitud de fenómenos naturales considerados anormales, extraños, inexplicables o dañinos, relacionados con el clima y la meteorología, pero también aquellos relacionados con la presencia o la formación de ciertos tipos de fósiles que por su aspecto pudieran relacionarse con ciertos seres infernales. 

Grabado antiguo mostrando diversas formas de tortura salvaje, aplicada a las personas acusadas de brujería, para conseguir su autoinculpación, fase previa a su juicio sumario y ejecución por diversos procedimientos crueles. 
Imagen: Wikipedia

Durante el periodo histórico central de la Pequeña Edad Glaciar Europea, antes mencionada, en toda Europa y especialmente en la zona central del continente, las persecuciones más brutales y sanguinarias de todos aquellos disidentes sociales, culturales o religiosos que fueron acusados de brujería y pactos con el Diablo, por vecinos, familiares o enemigos personales.
En nuestra opinión, esta convulsa etapa podría ser la época histórica en la que quizás empezaron a ser relacionados esta clase de fósiles de megalodóntidos triásicos, por su aspecto de huellas de pezuñas de determinadas clases de animales, con las brujas, con los demonios y con el Diablo. 


Leyendas de motivación paleontológica en la Región de Lombardía (1)


De las diversas regiones administrativas en que se divide la península itálica, por motivos paleogeográficos, litológicos, tectónicos, glaciares y erosivos, es en las regiones del territorio del norte de Italia, donde aflora una mayor cantidad de terrenos con rocas sedimentarias del Triásico superior marino. Algunas capas de roca caliza del Triásico superior muestran bien visibles unas curiosas figuras, con frecuencia en relieve, en forma de corazón, de pezuña equina, cervina, bovina o caprina cuyo origen antiguamente era desconocido y del que hoy sabemos que eran originadas por las secciones de las pseudoconchas y de los correspondientes moldes internos o por los moldes internos libres y de las las concavidades del correspondiente molde externo desprendido, todos estos diferentes restos fósiles de los grandes moluscos megalodóntidos que habitaron el fondo marino, anclados en el cieno calizo de las zonas costeras someras, bajo condiciones de clima tropical, hace entre 200 y 235 millones de años, aproximadamente

Bloque diagrama mostrando, a la derecha, cinco conchas de moluscos megalodóntidos en su hábitat natural, hace más de 200 millones de años, en posición de vida, semienterrada en el lodo del fondo marino. A la izquierda, las secciones transversales de otros tantos moldes internos, con su forma de corazón o de pezuña, que es tal como se pueden ver en las superficies rocosas, en la actualidad 
Imagen: Thenius & Vavra, 1996


En la actualidad contemporánea, las marcas antes citadas aparecen en abundancia en la superficie de las rocas calizas de las regiones alpinas y prealpinas, en diversos lugares de las regiones más septentrionales del norte de ItaliaSiendo en la región de Lombardía en la que se han generado un mayor número de interpretaciones legendarias, de tipo supersticioso, y con un trasfondo religioso. Superando esta región ampliamente a todas las demás regiones norteñas italianas, en cuanto a la producción de interpretaciones fantasiosas basadas en la apariencia morfológica de este tipo de restos fósiles. 




Interpretaciones fabulosas y relatos legendarios en algunas localidades de la prov. de Como, Reg. de Lombardía (1)

Cuando la erupción del volcán del Buco della Rotella, provocó la huída del Diablo y sus demonios y de una manada de caballos


En una zona del monte Dossone, muy cerca de la pequeña localidad montañosa de Nava, agregado perteneciente al municipio de Tremezzo, en la Prov. de Como, en la Reg. de Lombardía, existe una sima o cavidad subterránea vertical, de unos 100 metros de profundidad, en caída vertical, denominada el Buco della Rotella.
Antiguamente, debido a la presencia de unas rocas de coloración rojiza, dispersas en sus alrededores, a las que por su coloración los lugareños interpretaron como rocas volcánicas, la sima fue considerada, muy erróneamente, como una antigua chimenea volcánica. En la superficie de las rocas de su interior y en la de muchas otras de los terrenos circundantes se podían ver numerosos marcas que reproducían la figura de grandes huellas de pezuñas de cabra y muchas otras con la forma y tamaño de huellas de cascos de caballo.


Sección de una concha de megalodóntido, la figura de huella equina que proporciona, tiene la apariencia de la marca dejada por la pezuña de un enorme caballo. A su alrededor existen otras muchas con formas y tamaños muy distintos, pero la fantasía humana escogió aquellas que conectaban mejor con sus mitos y sus miedos.
Imagen: 
La leggenda degli “Zoccoli del Diavolo”  

Como el lector/a aplicad@ que ya se habrá leído el capítulo anterior a este ya se habrá podido imaginar que, en realidad, se trataba de secciones con la inclinación apropiada de conchas o de moldes internos de ciertas clases de megalodóntidos triásicos, en este caso particular, se trataría de infinidad de ejemplares de Megalodus gümbeli. Estas figuras de naturaleza paleontológica estampadas sobre las rocas dieron origen a unas interpretaciones populares de tipo fantasioso y de fundamentación mítica que contribuyeron a inspirar una curiosa leyenda popular.

Según esta leyenda popular, el pozo natural que constituye la sima denominada Buco della Rotella, sería un tubo volcánico que habría quedado vacío tras haberse producido una enorme erupción volcánica, la cual después de expulsar toda la lava que había en el interior de la Tierra, habría dejado aquel enorme y profundo agujero conectado con el Infierno.
Según esa leyenda popular, la caída de las piedras expulsadas por aquella enorme explosión volcánica, habrían provocado la huida de una manada de caballos que pastaban en los prados que había por los alrededores.


Ilustración de la leyenda popular del Buco della Rotella, mostrando gráficamente sus cinco protagonistas: el diablo huyendo del lugar, las pisadas diabólicas que va dejando, la manada de caballos huyendo, las rocas volcánicas cayendo y el volcán en erupción. Todo ello resultado de la más pura imaginación desenfrenada. Ilustración original del naturalista Attilio Selva quien también fue el recolector de la leyenda de boca de un lugareño.
Imagen: 
La leggenda degli zoccoli del diavolo

Además, también huyeron de aquel lugar, el Diablo y todos los demonios del infierno, cuando la lava ardiente penetró en el Infierno. Motivo por el que salieron a la superficie desde el interior de la tierra, huyendo alocadamente por aquel terreno.

Se suponía que los caballos, cuando huyeron del lugar, fueron dejando estampadas en el terreno unas marcas 
características de las pisadas de su especie. Con la forma y el tamaño de las huellas de los casco de un caballo, por esto los habitantes de la localidad de Nava y de otras próximas, llamaban a estas marcas zoccoli di cavallo
Por una interpretación semejante, se suponía que el Diablo y los demonios habrían ido dejando las huellas características de sus pasos por aquel lugar, en forma de marcas de grandes o medianas pezuñas de cabra, a las que los aldeanos llamaban zoccoli del diavolo (pezuñas del diablo).
Todos aquellos seres, animales o infernales, en su alocada huida, habrían ido dejando impresas las huellas de sus pies sobre la superficie de algunas rocas, todavía calientes y blandas, dejando allí impresas sus huellas como testimonio de sus pasos y de la veracidad del relato. 

Vista de un paisaje prealpino, situado en la parte baja de la ladera del monte Dossone di Nava, con abundantes afloramientos de rocas calizas triásicas. En primer término se puede ver una superficie rocosa completamente cubierta de marcas, unas con aspecto de pisadas bovinas y otras con aspecto equino. Estas marcas, en esta zona italiana, fueron interpretadas tradicionalmente como huellas dejadas por los cascos de una legendaria manada de caballos, al pasar por este lugar. Las marcas de aspecto bovino fueron interpretadas como las marcas dejadas por las pezuñas del diablo, al pasar por el lugar.
El animalito negro, es un perrito de raza cocker que permite hacerse una idea aproximado del tamaño real de las supuestas "pisadas" de caballos y del diablo.
Imagen:
Museo Etnografico e Naturalistico Val Sanagra

En la actualidad, aquellas viejas creencias ingenuas y supersticiosas, hoy obsoletas, han sido sustituidas por otras de base científica y contenido paleontológico, divulgadas por los folletos turísticos y las exposiciones museísticas.


Cuando Noé estuvo pilotando el Arca sobre los Alpes italianos, cargando y descargando animales 

En el municipio de Tremezzina muy próximo al de Tremezzo, en las orillas del lago de Como, sobre la localidad de Bonzanigo, existe un monte denominado Monte degli Stampi debido a que en la parte alta del cual existe una explanada rocosa, en la superficie de la que se ven unas figuras marcadas en la piedra que, por su forma, recuerdas pisadas de diferentes animales. A esa zona rocosa debido a la presencia de esas marcas se le llamaba Rocca delle Stampe, Sasso degli Stampi o Saso delle Stampe
El nombre del lugar alude, precisamente, a la presencia de una clase muy particular de "estampaciones" en la superficie de las rocas del lugar, consistentes en las variadas figuras estampadas en relieve, positivo o negativo, sobre la superficie de las rocas. Antiguamente, los habitantes de la localidad,  creyeron reconocer en aquellas figuras la forma característica de las huellas de pisadas de diversos tipos de animales domésticos (caballos, mulas, asnos, cabras, vacas, etc.) o salvajes (ciervos).

 Grabado del s. XVII, representando una dramática escena del Diluvio. Al fondo, bajo un cielo tempestuoso y una lluvia incesante, el Arca de salvación, se mantiene flotando sobre las aguas crecidas. En primer y segundo término, personas y animales domésticos, se muestran aterrorizados al ver el avance de la gran inundación y tomar consciencia de que están a punto de perecer ahogados. Se pueden ver varios caballos en diferentes situaciones. Grabado del artista italiano Antonio Tempesta, Estampado en 1606.
Imagen:
Alamy stocks


En relación con este tipo de interpretación faunística y naturalística, se han podido encontrar y recoger dos relatos legendarios locales, en los que se vincularon las marcas de las secciones de conchas fósiles de moluscos megalodóntidos triásicos que son visibles cerca de la cumbre denominada La Cresta, que forma la parte más alta de una montaña denominada il Monte degli Stampi, que está situada sobre la localidad de Bonzanigo, con el paso por el lugar del bíblico patriarca Noé, navegando con el Arca diluviana, cargada de animales, sorteando las cumbres de los Alpes italianos, realizando labores de carga y descarga de animales.

El primero de los dos relatos legendarios, está protagonizado por el rescate de los últimos caballos alpinos. Por este motivo a las grandes secciones redondeadas de las conchas de Megalodus gümbeli, en el dialecto local, comasco, se les llama "pè de cavai" o piedi de cavallo, en italiano, es decir, pie de caballo.Según cuenta una leyenda local, esa clase particular de marcas con aspecto de huellas de pezuñas equinas que aparecen estampadas sobre las rocas de esa peña, pertenecen a los cascos de los últimos caballos que quedaban vivos, por que habían podido refugiarse en ese lugar elevado, huyendo de morir ahogados en las aguas crecientes del océano diluviano. Aquellos últimos caballos fueron rescatados por Noé, durante el episodio bíblico del Diluvio universal, cuando un día en que Noé amarró el Arca, casualmente, cerca de este lugar, escuchó a lo lejos los tristes relinchos de aquellos animales pidiendo auxilio. Noé pilotó el Arca hasta dar con el paradero de aquellos caballos y los hizo subir al barco. Gracias a este providencial acontecimiento que sucedió cuando Noé y el arca navegaban por esta zona del mundo ahora disponemos de caballos. 

En el cuarto superior izquierdo de la imagen, aparece una de las supuestas marcas de pezuñas equinas que son visibles en las calizas triásicas de megalodontes. A su alrededor, otras muchas secciones de conchas de ejemplares más pequeños  de  Megalodon gümbeli
Fotografía original de Milo Manica, tomada en rocas de las orillas del lago de Como.
Imagen: Flickr

Existe, sin embargo, una segunda narración legendaria popular, de origen local y de temática muy semejante, que resulta mucho más razonablemente creíble y coherente con la disparidad de formas y tamaños que muestran las huellas que, en forma de incontables marcas de huellas de pies de animales que aparecen visibles sobre las rocas, de la explanada peñascosa llamada il Sasso delle Stampe. Supuestamente tales marcas fueron causadas por las pisadas de las diversas clases de animales domésticos y salvajes que por allí pasaron y pisaron. 

Esta narración popular cuenta que cuando finalizó el Diluvio universal y el arca de Noé navegaba a la deriva, casualmente, sucedió que quedó embarrancada en la parte alta de un monte, llamada La Cresta, que está situada a media milla de distancia y por encima de la pequeña localidad de Bonzanigo. 
Cuando Noé hubo reunido todas las pruebas necesarias para saber con certeza que el Diluvio universal había finalizado, hizo desembarcar a todos los animales que transportaba en el interior del Arca. Aquel desembarco y el tránsito de tantas especies de animales sería el motivo por el que ahora se pueden ver estampadas sobre la zona peñascosa llamada il Sasso delle Stampe, las innumerables y diversas huellas, que pertenecen a todo tipo de animales, que entonces descendieron del interior del Arca de Noé y luego se dispersaron por todo el mundo. 

Grabado antiguo en el que se ha representado el Arca de Noé embarrancada sobre la cima de un monte, tras finalizar el Diluvio universal. A su alrededor, el paisaje aparece sembrado de cadáveres de personas y de animales, ahogados en el transcurso de la gran inundación del mundo. Cuando los diversos animales cuadrúpedos abandonen el Arca, dejarán impresas sus huellas sobre el terreno embarrado y blando.
Ilustración de la Biblia Sacra,   realizada por el artista  Bernard Salomon. Libro bellamente ilustrado,  impreso por Jean de Tournes,  en Lyon, en 1558. 
Imagen: Escenas bíblicas

En ambos relatos legendarios, la explicación razonable a cómo era posible que hubieran podido quedar marcadas las pisadas de animales en aquel lugar, sería que originalmente aquel terreno estaba formado por barro, en el primer caso porque el terreno ya se había empezado a inundar y en el segundo, porque aún estaba embarrado, en cualquier caso  era un terreno blando, susceptible de quedar marcado por el paso de diversos tipos de animales.


Cuando las brujas larianas se reunían con el Diablo, en un prado alpino, y le ofrecían sacrificios humanos 


En otro lugar cercano a la aldea de Bonzanigo, localidad antes mencionada y que como ya se ha dicho, es un núcleo agregado del municipio de Tremezzina y relativamente muy cercana a los dos localidades citadas anteriormente, y por las mismas causas paleontológicas, se hallan estampadas sobre la superficie de unas rocas que rodean un prado de siega, unas figuras que se asemejan a las huellas de pisadas de animales de pezuña dividida. 


Aspecto actual del legendario prado de siega  denominado Pràa de la Taca, en Bonzanigo, el avance del bosque que le rodea, amenaza con engullirlo. Antiguamente se decía que era el lugar en donde se reunían las brujas del lago de Como con el Diablo, para celebrar unas sanguinarias orgías nocturnas, en días señalados.
Imagen: il curiosone varese

En este caso particular, parece ser que de todas las formas visibles, predominan aquellas marcas que tenían aspecto de impronta de huella caprina, cervina o bovina. Según la interpretación popular de este tipo de marcas, serían las huellas dejadas por las pezuñas del Diablo y sus demonios que se habría paseado sobre aquel lugar. Debido a tal interpretación fabulosa y supersticiosa, aquellas figuras se denominaron impronte degli zoccoli del Diavolo (huellas de las pezuñas del Diablo) o simplemente  zoccoli del Diavolo (pezuñas del Diablo). 

Vista panorámica sobre el lago de Como, desde el legendario Pràa de la Taca, en Bonzanigo. En primer término las cercana localidad de Mezzegra y, al otro lado del lago, la de Lenno. 
Imagen: Argegno e Tremezzina Trekking

Esta zona rocosa está situada alrededor de un prado alpino de siega, que antiguamente fue llamado Pràa de la Taca, en el dialecto local comasco il Prato delle Tacheen italianoes decir, el Prado de la Mancha. Este mismo lugar, también fue conocido como  il Prato delle streghe (el Prado de las Brujas)

Debido a la proximidad entre ambos lugares y a la existencia de algunas creencias supersticiosas sobre lugares de reunión de brujas, se generó una narración popular de tipo legendario, asociada a este lugar. Como ya se ha dicho, la causa de ello fue la existencia de una interpretación de los mismos objetos paleontológicos, de una manera bastante distinta a la utilizada en las dos ocasiones anteriores. 


Grabado antiguo representando gráficamente los supuestos personajes participantes en las reuniones sabbáticas y las supuestas variadas actividades realizadas, protagonizadas por las brujas y brujos, conjuntamente, con el Diablo y sus demonios. Gran lámina desplegable del libro: Tableau de l’inconstance des mauvais anges et demons, de Pierre de Lancre (1613).  Grabado en plancha de cobre, realizado por el artista polaco Jan Ziarnko.
Imagen: Cornell University Library

El topónimo comasco Pràa de la Taca o el italiano Prato delle Tache hacen referencia a una supuesta mancha rojiza que aparecía en la piel de las víctimas sacrificadas al Diablo, por las brujas que se reunían en aquel prado, procedentes de diversas localidades de las orillas del lago de Como, para celebrar en aquel lugar los habituales encuentros nocturnos del Sabbat. Sucedía durante unas supuestas reuniones nocturnas de tipo festivo y ambiente satánico-brujeril, dedicadas a la veneración de Satanás como divinidad y a la práctica de actividades maléficas y orgiásticas. Además de programar su calendario maléfico y distribuir turnos de actuación para perjudicar a los habitantes de las poblaciones de los valles vecinos, se creía que realizaban diversos tipos de sacrificios humanos

Grabado antiguo representando   las diferentes actividades, reales e imaginarias, supuestamente realizadas durante una reunión de brujas, brujos y demonios, en la celebración del sabbat​. Según muestra una ilustración en un panfleto alemán, impreso contra la brujería, publicado en 1594. Relacionado con los famosos juicios celebrados en la ciudad alemana de Triers, entre 1581 y 1593.
Imagen: Wikipedia

Según la creencia y el relato popular, aquellas desgraciadas víctimas que aparecían muertas en el Pràa de la Taca, eran personas que habían sido raptadas, previamente, en alguna de las localidades del entorno. Se decía que habían sido trasladadas, mágicamente, hasta aquel lugar solitario y recóndito del monte, donde eran asesinadas por la reina de las brujas, quien le clavaba un fino estilete en el corazón. Se decía que este instrumento diabólico, no dejaba ningún orificio en la piel de las víctimas, a pesar de que a través del cual las brujas le iban sorbiendo la sangre, hasta dejarla completamente exangüe. Sobre la pálida piel de aquella desgraciada persona, solo quedaba una pequeña mancha rojiza (una taca o tache), con una forma semejante a la que dejarían los labios humanos, tras un fuerte beso (de succión). 

Se decía que las brujas de la cercana localidad de Lezzeno, población muy famosa por la supuesta concentración de brujas que allí vivían, situada al otro lado del lago de Como, llegaban a la reunión brujeril en el Pràa de la Taca, volando. Unas viajaban montadas sobre sus mágicas escobas voladoras, mientras que otras lo hacían cabalgando a lomos de infernales machos cabríos (capronivoladores, que no eran otra cosa que sus demonios tutelares transformados en animales, quienes luego también participaban en aquellas animadas reuniones festivas de tipo religioso-orgiástico. 

Representación gráfica de un grupo de brujas, cruzando el cielo, al anochecer, en dirección a uno de sus lugares de reunión sabbática. Cabalgan diversas monturas voladoras, según contaba la tradición e imaginaba la fabulación popular, de siglos pasados. 
Ilustración del pintor alemán Hans Thoma, titulada: "Cabalgata de brujas", de 1870.
Imagen: Hexentanz auf dem Brocken Walpurgisnacht

Se decía que todas las marcas con aspecto de huellas de pezuñas  caprinas o bovinas, que podían observarse sobre la superficie de las peñas circundantes a aquel prado, correspondían a las marcas dejadas por los pies los asistentes infernales, amigos y compañeros de las brujas asistentes. 

En realidad, tal como propone el historiador social Carlo Ginzburg en su trabajo Storia notturna: Una decifrazione del sabba, posiblemente se trataba de discretas concentraciones nocturnas, en lugares apartados y temidos por el común de la gente, de los últimos  disidentes religiosos de aquella época. Tal vez eran reuniones secretas de núcleos residuales de creyentes en mitos paganos y practicantes de los restos de antiguos cultos precristianos, que no habían resultado asimilados por el Sistema social-religioso dominante, ni cristianizados de forma verdadera y completa.

Quizás estas secretas reuniones nocturnas, estuvieron potenciadas con el consumo ritual de ciertas plantas solanáceas y/o hongos alucinógenos y/o bufotoxinas, cuyos efectos psicotrópicos proporcionaron los correspondientes estados alterados de la consciencia, en los asistentes consumidores, generando visiones alucinatorias que eran consideradas como auténticas vivencias reales, por todos aquellos participantes intoxicados por sus efectos alucinatorios. 

En cuanto a los supuestos sacrificios humanos, también es posible que la combinación de prácticas sexuales incontroladas y/o el consumo de ciertas sustancias sicotrópicas tóxicas,  pudieran causar la muerte accidental de algun@s de l@s participantes, en algunas ocasiones. Los fallecimientos accidentales de este tipo, en unas circunstancias consideradas tan inconvenientes como poco honorables, para alejar la atención de los inquisidores locales, se acostumbraban a achacar al rapto de la víctima por las brujas de la comarca y su posterior sacrificio diabólico, en algún lugar recóndito de la montaña.


Fuentes

- Amoretti, Carlo (1817). Viaggio da Milano ai tre laghi: Maggiore, di Lughano, e di Como e ne'monti che li circondano. Milano. Giovanni Silvestre. 

- Anónimo (2016). Praa de la Taca: Stregoneria e mistero sul lago di Como. Argegno e Tremezzina Trekking
- Anónimo. Historia nocturna: Un desciframiento del aquelarreWikipedia
- Anónimo. Stregoneria italianaWikipedia
- Attilio e Orlando (2013). Praa de la Taca. Youtube
- Balbiani, Antonio (1877). Como, il suo lago, le sue valli e le sue ville. Milano-Napoli. Editore Francesco Pagnoni 
- Bossi, Luigi (1818). Guida di Milano: o sia descrizione della città e de' luoghi più osservabili ai quali da Milano recansi i forestieri. Milano. Pietro e Giuseppe Vallardi
- Cùnsolo, Felice  &  Brenna, Gian Giuseppe (1966). Viaggio in Tremezzina. Edizioni Azienda Soggiorno e Turismo di Tremezzo.
- Fontana, Cristina (2011). Lario magico da scoprireGuide turistiche. Corriere di Como 28/06/2011
- Rampoldi, Giovanni B. (1832). Corografia dell'Italia, Volumen 1. Milano. Antonio Fontana.
- Selva, Attilio (2006 )La leggenda degli “Zoccoli del Diavolo".  Natura e Civiltà Nº 1 
- Selva, Attilio La leggenda degli zoccoli del diavolo” 
- Sordi, Italo (1997). Leggende sulle acque in Lombardia. La Ricerca Folklorica, 36:   
Miti e Leggende dei fossili. Museo Val Sanagra
Taddia, Monica (2011). Il Monte degli Stampi, tra leggenda e realtàItalia parallela 03/02/2011

domingo, 16 de febrero de 2020

Folclore paleontológico italiano (11)

Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida


Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (1)


Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de macho cabrío, de ciervo y también de pisadas de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (I)


Introducción

El tema que hoy se presenta tiene conexiones culturales y geográficas con el que se trató en la entrada del 24 de enero del año 2012, titulado: Las huellas de La cacería salvaje”(Die Wilde Jagd), marcadas sobre las rocas, en  aquella ocasión, relacionado con el folclore paleontológico austriaco y alemán. En el tema que se presenta hoy, se tratará sobre el mismo tipo de fósiles y sobre percepciones fabulosas, pero con resultados interpretativos ligeramente distintos. La población del norte de Italia, comparte con la población alemana, austriaca y suiza de las zonas alpinas limítrofes, el mismo tipo de influencias geográficas naturales y muchas de las influencias históricas y culturales, por eso no es extraño que existan bastantes coincidencias y algunas diferencias, en cuanto a las respectivas concepciones mágicas del mundo físico, natural o social. En comparación con el contenido de la entrada de 2012, antes citada, la entrada de hoy ofrecerá bastantes diferencias, en cuanto a las diversas interpretaciones en clave mítica o legendaria, atribuidas en territorio italiano, al mismo tipo de fósiles. Resulta sorprendente que siendo tan semejante la apariencia de determinadas secciones de los moldes internos de los diferentes géneros de grandes moluscos lamelibranquios megalodóntidos (Bivalvia, Hippuritoida) del Triásico, en ambos territorios, se haya podido llegar a interpretaciones tan diferentes.  

Fósiles con aspecto semejante al de pezuñas petrificadas de algunos tipos de ungulados. Son los moldes internos de las conchas de megalodóntidos, de la subespecie Rhaetomegalodon bajotensis alpinus. Imágenes izqda. y centro, vistas laterales de un mismo molde interno entero, visto por la parte anterior y por la posterior. A la derecha, vista lateral, solo resulta aparente de medio molde, el correspondiente al relleno de una de las dos valvas del ejemplar.
Imagen: Compuesta a partir de 3 tomadas de
 Zapfe, 1969.

Este tipo de moluscos triásicos, cuyas conchas podían alcanzar grandes dimensiones, llegando incluso hasta 30 cm, vivían en el fondo de un mar tropical, hace más de 200 millones de años (208-236 MA), en una época en la que los territorios protoitalianos emergidos del mar, en lugar de constituir la actual península italiana, en forma de bota alta, solamente constituían un archipiélago alargado de islas. Las huellas de este tipo de grandes moluscos son muy comunes en las rocas triásicas de las montañas prealpinas y alpinas italianas, como son los Dolomitas y su periferia. Antiguamente los habitantes de la zona las tuvieron que interpretar fantasiosamente, al no poderse apoyarse en ningún otro tipo de argumento que los procedentes de sus mitos ancestrales y de sus observaciones cotidianas.


Representación esquemática de cuatro tipos de huellas dejadas por la pisada de cuatro tipos de ungulados, a cuyo paso se ha atribuido tradicionalmente la aparición de ciertos tipos de marcas en las rocas. En realidad se trata de determinadas secciones de los moldes internos y también de las cavidades correspondientes a secciones de los moldes externos, de varios géneros de megalodóntidos que pueden hallarse en la zona. 
Imagen: Composición a partir de 4 imágenes tomadas de Jeneses Imre

Para complicar todavía más el proceso de interpretación popular de las figuras y marcas de las rocas triásicas, las conchas de estos moluscos se disolvieron durante el proceso de litificación de los antiguos sedimentos marinos en que estaban incluidas. Además en muy pocos casos la primitiva concha original de aragonito fue substituida por una pseudoconcha de dolomita, normalmente el espacio dejado por la disolución de la concha original, fue ocupado por calcita masiva o por cristales de calcita. 

Cuando la acción milenaria de la erosión, la meteorización o la gelifracción, consiguieron desmoronar la roca matriz y liberar este tipo de fósiles de su interior, se fue generando un tipo de piedras de formas extrañas y sin ninguna apariencia de conchas bivalvas, puesto que las antiguas valvas se habían disuelto durante el proceso de litificación del antiguo sedimento marino calcáreo. Además como estos moluscos estaban emparentados con los bivalvos  rudistas, de grandes conchas, con valvas muy desiguales, los correspondientes moldes internos de aquellas antiguas conchas marinas de gran tamaño y formas muy particulares daban origen a unas piedras de formas muy "curiosas, raras o inquietantes". 

Aspecto bastante diferente de tres secciones distintas de un  mismo tipo de molde interno de un bivalvo megalodóntido. En este caso, ejemplares de la subespecie Rhaetomegalodon bajotensis alpinus. Nótese el curioso efecto de semejanza, aproximada, de las figuras resultantes, con el de tres tipos distintos de huellas de pisadas, correspondientes a tres tipos de diferentes animales ungulados, poseedores de pezuña hendida. 

Imagen: Composición a partir de 3 imágenes tomadas de Zapfe, 1969.


Mitología cristiana vs. mitología pagana o sincrética

Durante el Medievo (siglos v-xv) entre las personas de tradición cristiana y las de tradición pagana sólidamente cristianizadas, pudo haber existido la creencia de que las conchas marinas que aparecían petrificadas en lugares muy alejados de la costa, eran el resultado del arrastre producido por la gran inundación de los continentes y sus montañas, causado por el Diluvio Universal. Pero entre los paganos no conversos y las personas conversas, de tradición pagana, recién o mal cristianizadas, el origen diluviano de los fósiles no parece haber sido una idea muy extendida. Parece lógico pensar que tanto entre las personas, más cultas, como entre las menos cultas de las zonas rurales y montañosas, la mayoría de ellas aún paganas o mal cristianizadas, habrían predominado las interpretaciones de tipo mítico-fabuloso que supondrían orígenes mucho más fantástico para estos tipos de fósiles. Estando vinculada su formación con los relatos y personajes de la antigua mitología pagana ancestral, que fueran propios de aquella época y de aquellos lugares remotos. Su formación estaría relacionada con determinados eventos extraordinarios y con ciertos personajes imaginarios, siendo recogida en forma de relatos legendarios y dando lugar, ocasionalmente, a ciertos tipos de usos supersticiosos.  


Vista panorámica estival de un típico paisaje italiano, propio del Tirol del Sur, con cimas montañosas alpinas al fondo, bosques en el plano medio y prados, granjas y asentamientos humanos en primer término. Un espacio aparentemente bucólico, pero poblado de seres míticos inquietantes, conservados en el imaginario colectivo hasta épocas recientes, por la tradición oral y algunas creencia populares supersticiosas.
Imagen: Getty Images 

No fue hasta mucho más tarde que la teoría diluviana, durante el periodo histórico que va del siglo XV al XVIII, cuando las conchas fósiles de moluscos marinos, los esqueletos de peces, los huesos petrificados o las petrificaciones de extraños animales de aspecto desconocido, de vida supuestamente marina, encontrados en los valles alpinos más alejados del mar o sobre la cima de las montañas más altas, fueron considerados, de forma mayoritaria, como los restos petrificados de antiguos seres vivos que perecieron durante la gran conmoción de los mares del mundo, causada por el Diluvio Universal. Es precisamente en esa época cuando se acuña y utiliza la palabra antediluviano para referirse a los restos de toda clase de organismos fósiles, por suponérselos viviendo con anteriores a la ocurrencia del Diluvio. Además, sus numerosos y diferentes hallazgos en muy distintos lugares del Globo, fue usada como una prueba irrefutable de la veracidad literal de los hechos narrados en la Biblia y de que la Gran inundación, había sido de extensión universal.

Grabado del s. XVII, representando una dramática escena del Diluvio. Al fondo, bajo un cielo tempestuoso y una lluvia incesante, el Arca de salvación, se mantiene flotando sobre las aguas crecidas. En primer y segundo término, personas y animales domésticos, se muestran aterrorizados al ver el avance de la gran inundación y tomar consciencia de que están a punto de perecer ahogados. Grabado del artista italiano  Antonio Tempesta, estampado en 1606.
Imagen: Alamy stocks 

Pero los moldes internos de los bivalvos megalodóntidos triásicos, ni siquiera tenían formas típicas de moluscos bivalvos, fácilmente reconocibles como tales, sino que en bastantes casos se asemejaban a objetos familiares como las huellas de pisadas de ganado doméstico o pezuñas petrificadas. Cuando los moldes internos se hallaban enteros y sueltos sobre el terreno, algunos tenían un aspecto sorprendente pues semejaban piedras con forma de corazón a los que se referían como cuori pietrificati o cuori di pietra, por este motivo algunos de los primeros naturalistas que los estudiaron científicamente, en el siglo XIX, los incluyeron en el género Cardium, por su forma y en la especie gigantescum, por su tamaño
Los otros moldes internos, conservados enteros, tenían forma y tamaño de doble pezuña, semejantes a las de ciertos tipos de bóvidos. Estas formas y figuras de pezuñas, simplemente curiosas para unos, podían resultar inquietantes para muchos otros, dotados de una mentalidad supersticiosa, bastante común en las zonas rurales, al poder establecer asociaciones con la intervención de determinados personajes sobrehumanos, presentes en las creencias míticas y religiosas de la comunidad. Tales como demonios y brujas, presentes en muchos relatos legendarios tradicionales, bien conocidos y muy temidos por resultar poco amistosos con los humanos buenos cristianos, devotos y creyentes. 

Aspecto curioso o inquietante, según la mentalidad del observador y un tamaño enorme que sorprende a tod@s l@s visitantes. Presentado por diversos moldes internos de las conchas de diferentes géneros de bivalvos megalodóntidos triásicos, procedentes de las calizas de los Dolomitas, expuestos en el Museo Paleontologico Rinaldo Zardini, en Cortina d'Ampezzo. En este museo se conserva la colección de casi cincomil fósiles de todos los colores, formas y tamaños, encontrados, reunidos y catalogados por el fotógrafo de Ampezzo, Rinaldo Zardini, un entusiasta de la paleontología de la zona. En este mismo museo también se exponen algunos ejemplares excepcionales y memorables reunidos por su amigo Rolando Lancedelli. 
Todos los ejemplares exhibidos se encontraron en los montes Dolomitas y con su presencia cuentan la historia del territorio en una época en que estos altos picos alpinos todavía estaban en el fondo de un gran mar tropical, poblado por multitud de invertebrados marinos, tales como moluscos, braquiópodos, corales, esponjas y varios tipos de peces.
Imagen:
Museo Paleontologico Rinaldo Zardini


Los moldes internos de los bivalvos megalodóntidos triásicos, con su curioso aspecto, fueron el tipo de fósiles que antaño hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia

Aquellos antiguos moluscos bivalvos megalodóntidos, cuyas grandes conchas podían alcanzar dimensiones, de 15 a 30 cm. de amplitud, e incluso más, vivieron en el fondo de un mar poco profundo, bajo condiciones de clima tropical, hace cerca de 220 millones de años. Cuando en aquel mar prehistórico, en  lugar del territorio emergido de la península italiana actual, solo emergían unas cuantas islas que constituían un archipiélago. 

Vista de un paisaje prealpino, situado en la parte baja de la ladera del monte Dossone di Nava, con abundantes afloramientos de rocas calizas triásicas. En primer término se puede ver una superficie rocosa completamente cubierta de marcas, unas con aspecto de pisadas bovinas y otras con aspecto equino. Estas marcas, en esta zona italiana, fueron interpretadas tradicionalmente como huellas dejadas por los cascos de una legendaria manada de caballos, al pasar por este lugar.  Las marcas de aspecto bovino fueron interpretadas como las marcas dejadas por las pezuñas del diablo, al pasar por el lugar. 
El animalito negro, es un perrito de raza cocker que permite hacerse una idea aproximado del tamaño real de las supuestas "pisadas" de caballos y del diablo.
ImagenMuseo Etnografico e Naturalistico Val Sanagra

Las marcas visibles en ciertos lugares de la superficie de algunos tipos de rocas calizas alpinas, semejantes a las huellas de pisadas dejadas por el paso de determinados animales domésticos o salvajes, o de ciertos seres legendarios, son comunes en las rocas calizas de los Dolomitas y otras montañas de la zona prealpina italiana. Siendo especialmente abundantes en las calizas del Triásico superior y medio, de la Formación Dachstein, y en otras zonas prealpinas. Localidades donde, antaño, los lugareños las interpretaron en clave mítica o legendaria, otorgándole nombres apropiados, según el principio de analogía formal, atribuyéndole un agente causante particular. Además, en muchos casos justificaron su existencia por medio de la creación de los correspondientes relatos legendarios, congruentes con las interpretaciones populares.


Interpretaciones bovinas 

En ciertos lugares, las figuras de gran tamaño que aparecían en la superficie de las rocas, con forma de pezuña profundamente hendida, es decir, con aspecto de pisadas bovinas, las asociaron con el paso por aquel lugar de animales domésticos muy familiares, como vacas y bueyes, pues las llamaron en ciertos lugares peste de mucca, o sea, pisada de vaca, mientras que en las zonas de lengua alemana, las llamaron versteinert Kuhtritt  es decir, pisada de vaca petrificada, o simplemente Kuhtritt, es decir, pisada de vaca.  

En otras localidades del norte montañoso de Italia, a ese mismo tipo de marcas en las rocas, supuestamente dejadas por los pasos, las pisadas o los pies de bovinos domésticos como la vaca o el buey, se las denominaba en consecuencia. Así en unos lugares se las llamó  piede di vacca, es decir pie de vaca, en otros orma di mucca impronte de mucca , es decir,  huellas o pisadas de vaca
En otras localidades a ese mismo tipo de marcas en las rocas, se las asoció con el macho vacuno, siendo denominadas: pisc d'bò, es decir pisada de buey, en su dialecto trentino local, mientras que también se las conoció, en italiano, como impronte di bue, es decir,  huellas o pisadas de buey.

Dibujo esquemático, representando un conjunto de secciones de pseudoconchas de pelecípodos megalodontidos del género Conchodus gumbelii, del Triásico superior, con una forma semejante a la de pezuña bovina o caprina. La concentración de marcas de pezuñas, interpretada míticamente, parecerían indicar un lugar en el que se han reunido un grupo de "seres sobrehumanos" o que es frecuentado por un ser dotado de pies bovinos o caprinos.
Este esquema fue dibujado a partir de una losa pulida, existente en el Museo de Historia Natural de Viena. Esta losa procedía de la zona montañosa, austriaca, de Tennengebirge (Extraido de Zapfe, 1957).
Imagen: Fossil shells sections


Interpretaciones cervinas y caprinas

En otros lugares de la región, el mismo tipo de marcas hendidas, fueron atribuidas al paso de ciervos y, por tanto, denominadas, en italiano, piede di cervo, es decir, pie de ciervo
Mientras que marcas semejantes de menor tamaño se atribuyeron al paso de cabras, siendo denominadas en unos casos piede di capra, en italiano, o pè de cavra, en el dialecto lombardo local. 
En ciertos lugares en los que la fantasía popular suponía la concentración sabatina de brujas, a la que se imaginaban llegando al lugar cabalgando machos cabríos voladores es decir el demonio, se les llamó zoccolo di caprone en italiano, es decir, pezuña de macho cabrío.


Interpretaciones equinas

Además existían otras marcas de mayor tamaño y de contorno casi circular con una pequeña hendidura que se interpretaron como marcas dejadas  porel paso de équidos (caballos, mulas o asnos) por el lugar, recibiendo en unos lugares el nombre de zoccoli de cavallo, es decir, pezuñas de caballo, en italiano, y  en otros lugares, en el dialecto lombardo local, pè de cavai, o sea, pie de caballo. En otros lugares, el mismo tipo de marcas fueron atribuidas al paso de un tipo de équidos más vulgares, como asnos y mulos, por esto pueden encontrarse marcas con denominaciones tales como piede d’asino y piede di mulo, es decir pie o pisada de asnopie o pisada de mulo, en otras localidades prealpinas italianas.

Figura incisa en la roca caliza, con una forma y tamaño bastante semejantes a los de la huella de una pisada dejada por un equino. Corresponde a la sección del molde interno de la concha de un ejemplar adulto de bivalvo megalodóntido, de la especie  Conchodon infraliasicus. Este tipo de secciones de aspecto equino, existentes en algunas rocas, tradicionalmente fueron  interpretadas como la huella dejada por el impacto de la pezuña de algún caballo, asno o mulo mítico o legendario que había pasado por aquel lugar. En este caso particular eran denominadas popularmente, en italianozoccolo de cavallo. Foto original de Attilio Selva
Imagen:  Natura e civiltà


Interpretaciones sagradas

En dos lugares en los que hay un santuario mariano, había unas marcas de esta clase, de las que no conocemos ningún detalle sobre su forma exacta. Debe suponerse que debían tener un aspecto particular, en nada semejante al de un animal. Estas marcas se asociaron con una aparición de la Virgen María y se les llamaba piedi della Madonna es decir huellas de pies o pisadas de Ntra. Señora.

En determinados lugares, las marcas de aspecto bovino o caprino, no se atribuyeron al paso de ganado doméstico sino que se relacionaron con el paso del diablo por aquel lugar, recibiendo nombres apropiados, tales como  zoccoli del diavolo, es decir, pezuñas del diablo o peste del diavolo, o sea, pisadas del diablo, también orme del Diavolo o impronte del Diavolo, es decir huellas o pisadas del Diablo. Siendo acompañadas tales denominaciones populares de las correspondientes leyendas justificativas.

Grabado en madera, del siglo XVII, representando a un sátiro, en actitud de estar amenizando, con su instrumento musical, el baile de un grupo de ninfas. Esta clase de antiguo evento imaginario y mitológico, de tipo orgiástico, sirvió muchos siglos más tarde para inspirar y describir las actividades sabáticas que eran típicas de los akelarres o reuniones campestres de brujas y brujos, presididas por el diablo con aspecto de sátiro o de macho cabrío. Reuniones de este tipo se produjeron y se imaginaron, en diversos países de Europa, entre los siglos XVI al XVIII, según consta en documentos de las inquisiciones católicas y protestantes de diverso países europeos. Alguna de las leyendas populares del norte de Italia asociadas a las curiosas marcas visibles en las rocas, con aspecto de huellas de pisadas bovinas y caprinas, generadas en en las zonas montañosas del norte de Italia, tienen una justificación de este tipo.
Imagen:
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Rareza y abundancia, sobre el terreno, de los fósiles de megalodóntidos

Las marcas causadas por las secciones de moldes internos de conchas de megalodóntidos acostumbra a aparecer concentradas en ciertos lugares de la roca, no teniendo una distribución homogénea en un mismo nivel de la capa rocosa. 
En aquellos lugares donde abundan las rocas con marcas de megalodóntidos  resulta mucho más difícil el poder encontrar los moldes internos conformados en el interior de las primitiva conchas y constituidos por el antiguo sedimento marino, que hoy se halla petrificado y moldeado por la cavidad interna de cada concha. La razón de esta rareza se debe a que los moldes internos son relativamente frágiles, por lo que suelen fragmentarse fácilmente o se desmoronan con rapidez. Por lo que la mayoría de aquellos que que se hayan podido desprender del interior de las rocas, de forma natural, raramente  pueden hallarse bien conservados y enteros, formando acumulaciones en las concavidades del terreno o en la base de las pendientes. Básicamente, los moldes internos que pueden recogerse, son de dos tipos, unos se asemejan a corazones de piedra y otros a pezuñas de de animales. Antiguamente los unos y los otros recibieron nombres apropiados según su apariencia y el lugar del territorio italiano en el que aparecían.

Vistas laterales de los moldes internos de las conchas de diversos megalodóntidos triásicos. 
A- Arriba a la izquierda molde interno de Paramegalodus travenanzensis. Se puede comprobar en el flexómetro de la izquierda que el ejemplar mide unos 35 cm.
B- Arriba la derecha molde interno de Ampezania zardinii. También de grandes dimensiones
Imágenes: Fotos de Dario Bellodis

C- Abajo a la izquierda, vistas laterales de dos moldes internos de Dicerocardium ragazzonii, fotografiados por su parte anterior y posterior. 
Imagen: Giorgio Teruzzi  

Hoy día, con la totalidad de la población escolarizada y la información científica difundida por los medios de comunicación, la mayor parte de los habitantes del norte de Italia sabe que no tienen nada de sobrenatural ni amenazante, aquellas curiosas marcas que se pueden ver en la superficie de cierto tipo de rocas, ni aquellas piedras con aspecto de pezuñas o corazones petrificadas, existentes en determinados lugares del norte montañoso del país. A diferencia de sus tatarabuelos, ahora saben que en realidad, se trata de marcas, objetos y cavidades totalmente naturales, causadas por el curioso aspecto del contorno de la sección erosiva de los moldes internos de las conchas primitivas de un tipo de grandes bivalvos prehistóricos denominados megalodóntidos. Vivieron sobre el fondo fangoso de un mar cálido, hace unos 220 millones de años aproximadamente, cuando las rocas que los muestran y contienen eran sedimentos blandos del fondo marino.

Las especies más frecuentes en esta zona italiana que con sus conchas fosilizadas más contribuyeron, posteriormente, a estimular la imaginación fantasiosa de los habitantes de esta zona montañosa del norte de Italia, fueron los megalodones, especialmente la especie Neomegalodus gümbeli y los conchodones, especialmente la especie Conchodus infraliasicus.
Las conchas de los megalodóntidos, primitivamente formadas de aragonita, luego desaparecieron por disolución durante el proceso de litificación de los antiguos sedimentos marinos que las incluían, dejando un espacio vacío que generalmente fue ocupado por calcita masiva o cristalizada y mucho más raramente fue ocupado por dolomita dando origen a una pseudoconcha. En ciertas ocasiones el molde interno se separa naturalmente y luego se desprende de la roca matriz, dando origen a unos tipos de piedras de formas muy curiosas que recuerdan la forma típica de una pezuña bovina, caprina o demoníaca.



Próximamente...

En las dos o tres próximas entradas, se irán mostrando las numerosas leyendas populares italianas, inventadas en diversas localidades de las diferentes provincias alpinas y prealpinas que recogen la existencia del fenómeno natural y sociocultural, mostrando diferentes formas de interpretación legendaria del fenómeno natural de tipo paleontológico, que en la entrada de hoy se ha presentado de forma muy genérica y sintética.
Se indicarán los lugares en los que la presencia de las secciones de las grandes conchas de los fósiles de megalodóntidos, fue interpretada de forma bastante creativa y fantasiosa, fabulando orígenes sobrenaturales. Se relacionaba un hecho natural como era la presencia de unas curiosas figuras o marcas en las rocas, las secciones de moldes internos de bivalvos megalodóntidos, de naturaleza y causa entonces incomprensible e inexplicable, con las concepciones del mundo natural y espiritual aportadas por la mitología ancestral y con las antiguas interpretaciones que posteriormente serían filtradas a través del cedazo ideológico constituido por las concepciones del mundo natural y espiritual aportadas por la mitología cristiana católica.
Aquellos fósiles irían inspirando diferentes tipos de relatos explicativos y justificativos, destinados a desvincular su origen de las antiguas divinidades paganas y viejas creencias precristianas. Además aquellos relatos legendarios servía para apoyar valores, principios y normas propios de la sociedad y de la religión de aquellos lugares y de aquellos tiempos. En definitiva para reforzar el discurso de la iglesia católica y sirviendo para infundir miedo a los niños, a las muchachas jóvenes y a las viejas.
 

Ilustración en la que se muestra a una muchacha bailando con el diablo, para indicar que se trata de una actividad pecaminosa y opuesta a los principios de la correcta moralidad cristiana. Esta idea es apoyada y reiterada por varias de las leyendas populares que se crearon en el norte de Italia, durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX, estaban relacionadas con las marcas con aspecto de pie bovino/caprino que eran visibles en ciertas rocas de determinados lugares.
En este dibujo, se ha representado a un tipo de demonio del folclore navideño austriaco, denominado Krampus, entre otras cosas caracterizado por poseer un solo pie bovino/caprino.
Imagen:
Dance with the devil




Continuará