Interpretaciones, creencias, relatos legendarios y usos populares de algunos fósiles en las regiones alpinas y pre-alpinas italianas (7)
Determinadas secciones de las pseudoconchas y los moldes internos y externos de ciertos bivalvos megalodóntidos, fueron los fósiles que en la antigüedad hicieron volar la imaginación de los montañeses del norte de Italia (7)
Marcas de pisadas de vaca, de buey, de asno, de caballo, de mula, de cabra, de ciervo y también de Jesús, de la Virgen y del diablo, sobre las rocas triásicas de los Alpes y Prealpes italianos (VII)
Megalodóntidos triásicos, interpretaciones fabulosas y relatos etiológicos, en el norte de Italia (5)
Introducción
Los restos fosilizados de los grandes moluscos lamelibranquios marinos, de tipo megalodóntido, no fueron los únicos fósiles conocidos y asimilados culturalmente por los habitantes de los territorios alpinos y pre-alpinos del norte de Italia, pero sí fueron los fósiles que generaron mayor número de interpretaciones fabulosas.
Bucólica vista panorámica estival de un típico paisaje alpino, en las proximidades de las montañas Dolomitas. Se trata del idílico paisaje que rodea a la población de Funes-Villnöß (Villnoess), en la Provincia Autónoma de Bolzano.
Leyendas etio-paleontológicas en algunas localidades de la prov. de Belluno, Reg. del Véneto (2)
Se prosigue con la exposición de interpretaciones populares de tipo fabulosos o legendario surgidas de la observación perpleja de las extrañas marcas, en relieve positivo o negativo, con figuras en forma de pezuñas de animales domésticos o salvajes, visibles en la superficie de las rocas calizas de muchos lugares montañosos de la región. Tales formas curiosas, determinadas por las secciones erosivas de los moldes interno o externos de las conchas bivalvas de los megalodones triásicos (Megalodon gümbeli), incluidos en la matriz rocosa, fueron interpretadas de manera muy equivocada y alejada de la realidad, en épocas y lugares en los que se desconocía su verdadera naturaleza paleontológica. Pues realmente se trataba de los restos fosilizados de unos moluscos marinos que habitaron los fondos fangosos de mares prehistóricos, hace aproximadamente unos 220 millones de años, durante el Triásico inferior.
Répica natural de una concha bivalva de un megalodóntido triásico. Se trata de un ejemplar de la especie Gemmellarodus seccoi Parona 1887, procedente de Val di Brenta, Solagna (VI), Veneto, Italia. Su forma característica de pezuña dividida, en siglos anteriores, dio origen a interpretaciones muy bizarras para nuestra actual mentalidad racionalista. Imagen: http://www.musesplorando.it/
La omnipresencia dominante de un fuerte contexto cultural de tipo mítico-religioso y supersticioso junto con la escasa presencia de un contexto racionalista, naturalista o científico, condujeron a los observadores rústicos hacia interpretaciones irracionales que prontamente favorecieron la producción de las correspondientes narraciones fabulosas, de tipo explicativo-justificativo, congruentes con la mentalidad predominante en la sociedad de aquel medio geográfico, en aquella época.
Huellas de pisadas de "anguane"
En algunas localidades de la provincia de Belluno existió una curiosa relación entre la paleontología y la mitología antigua, pagana, puesto que las improntas dejadas por las antiguas conchas de los bivalvos megalodóntidos no fueron vinculadas por la fantasía popular con santos cristianos o sus animales domésticos, como se vio en la entrada anterior dedicada a este tema, publicada el 14 de enero de 2022, sino que se vincularon con los residuos de viejas divinidades menores del antiguo paganismo. En tales lugares belluneses, las huellas de las conchas de los bivalvos megalodones, tan constantes y abundantes en los estratos de roca caliza blanquecina que constituye la capa de la Dolomita principal, tan extendidas por todo el territorio dolomítico, antiguamente, fueron interpretados como las huellas dejadas por el paso de unos misteriosos espíritus femeninos acuáticos, activos en horarios crepusculares y nocturnos. En esta zona alpina los habitantes de aquellos lugares las denominaban "anguane" (pl.) y "anguana" (s.) por su relación con el medio acuático. En esos lugares se creía que estas misteriosas y ambiguas figuras femeninas, ligadas a los curso y masas de agua de aquellas montañas tenían la mitad superior del cuerpo de forma humana, mientras y la mitad inferior de su cuerpo como el de las cabras montesas, razón por la que sus pies dejaban al pasar un rastro de marcas de pezuñas de aspecto caprino, tales marcas también aparecían en la superficie de las piedras, siendo denominadas "impronte d'anguana", es decir, "marcas o pisadas de anguana".
En la zona de las Dolomitas de Belluno, las "anguanas" eran una clase de criaturas míticas, ligadas al medio acuático, con características morfológicas y funcionales que las hacían, en parte, similares a las ninfas de la mitología griega y romana. Pero las "anguanas" de la mitología alpina veneciana, eran imaginadas con un aspecto físico particular que las hacía asemejarse, físicamente, a los faunos de la mitología romana.
En la mayoría de los lugares eran consideradas como seres inmateriales, pertenecientes al mundo de los espíritus nocturnos que podían materializarse con aspecto humano o de seres híbridos, medio humanos y medio animales y cuyo encuentro no solía presagiar nada bueno, generalmente.
Se creía que caminar de noche cerca de los lugares donde habitan estas criaturas era una imprudencia muy peligrosa, pues a menudo atraían a los ingenuos caminantes y luego los ahogan, si no les gustaba su trato, pero si les gustaba su compañía, los hacían prisioneros en su mundo acuático subterráneo, fuera del tiempo de los mortales.
El otro elemento común en el que coinciden todas las leyendas es que las "anguane" vivían cerca de manantiales, surgencias cársticas, cascadas, lagos y arroyos, siendo seres protectores de las aguas y de los animales acuáticos y anfibios que las habitaban, como también la pesca, castigando a quienes abusaban de ellas. Pero pueden traer buena suerte a los pescadores, si las habían sabido hacer propicias a su actividad, tratándolas con respeto, con oraciones y ofrendas de veneración.
Muchas leyendas cuentan cómo, antiguamente, las "anguane" eran seres femeninos afables que enseñaron a los primeros habitantes que llegaron para colonizar aquellas montañas muchas de las actividades artesanas tradicionales, como criar ganado adaptado a las duras condiciones de aquel territorio, esquilar e hilar lana o hacer mantequilla y queso, a cambio de un pacto de silencio y de un compromiso inviolable.
Según cuentan las viejas leyendas, algunas "anguane" se llegaron a casar con un mortal y a tener hijos con él, imponiendo unas condiciones muy estrictas para poder realizar y mantener el matrimonio, el pacto matrimonial disponía que el marido no podía realizar determinadas acciones, contraria a los intereses de su mujer no humana, bajo pena de disolución inmediata del matrimonio y abandono del hogar. Generalmente, todas esas historias, terminan con que los humanos rompen el acuerdo pactado, o no se muestran suficientemente agradecidos por los dones recibidos y la "anguana" consorte, patrocinadora y protectora del patrimonio familiar, se marchaba de casa ofendida, regresando al medio acuático del que procedía, en medio del bosque y las montañas. Esta clase de seres femeninos legendarios del folclore alpino italiano, muestran muchos paralelismos con la leyenda francesa del hada Melusina.
Fuentes
- Anónimo. Impronte di Megalodon. Museo Etnografico della Provincia di Belluno e del Parco delle Dolomiti Bellunesi:https://patrimonio.museodolom.it/items/show/3772