domingo, 5 de junio de 2016

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (24) (Schlangeneier und Drachenzungen: Fossilien in Volksmedizin und Abwehrzauber)


Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 22ª parte)


El Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del Estado Federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria), es el autor del texto original, en alemán, que apareció en la primera edición de la guía de la exposición “Schlangeneier und Drachenzungen. Fossilien in Volksmedizin und Abwehrzauber” publicada en 1995.

Heraclio ASTUDILLO-POMBO, profesor jubilado 
del Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, de la Universitat de Lleida, ha realizado la traducción, y adaptación, al español, del texto original, alemán. Así mismo ha realizado la elección de todas las imágenes ilustrativas, la redacción de los comentarios explicativos, la selección de los diversos enlaces que vinculan el texto con documentos relacionados, consultables en Internet. También es el autor de las notas explicativas que amplían el texto original y clarifican su contenido.




Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (Continuación, 19ª parte)


El cuerno de Unicornio (Das Einhorn Horn

Durante la Antigüedad Clásica, la Edad Media, todo el Renacimiento y parte del Barroco, se creyó que el único cuerno que un animal mítico que habitaba en lugares remotos de Ásia, denominado unicornio, poseía erecto en medio de la frente, tenía diversas virtudes medicinales. Su materia componente ingerida en forma de polvo resultaba mágicamente protectora contra toda clase de sustancias tóxicas y, muy especialmente, contra los venenos que pudieran estar ocultos en los alimentos o bebidas que consumía la aristocracia. 
Pequeños fragmentos de diversos materiales semejantes a cuerno o a hueso que supuestamente procedían del cuerno de algún  unicornio, eran pulverizados para ser añadidos a los alimentos y bebidas que iban a consumirse en los banquetes aristocráticos, pues tal materia, muy rara y costosa, fue considerada un remedio preventivo de infalible eficacia contra el envenenamiento causado por substancias ponzoñosas ocultas en los alimentos y bebidas

El mismo efecto mágico, desintoxicante, que se suponía que ejercía el cuerno molido, sobre las bebidas envenenadas, se creía que podía conseguirse mediante el uso de tazas y copas que se hubieran realizando, esculpiendo algun material que se suponía que procedía de cuernos de unicornio

Representación gráfica de un unicornio en su medio natural, según un grabado que ilustra la Cosmographia de Sebastian Münster, obra geográfica universal, enciclopédica, cuya primera edición fue publicada en Alemania en 1544. (Imagen reproducida por Abel, en 1939) 
Imagen: Einhornmagie

Dado que el unicornio era un animal imaginario, su cuerpo era del todo inexistente y por tanto sin materia física, por lo que como cuerno de unicornio se utilizaron muchos materiales substitutos de origen animal con las características físicas apropiadas (1).

A partir del siglo XV y XVI, época de grandes viajes y descubrimientos naturales, por todo el orbe, ante la falta de evidencias contrastadas, la antigua creencia en la existencia real i viviente del mítico unicornio, se fue disipando rápidamente, pero no las creencias en las virtudes medicinales de su cuerno (2). 

Durante todo el siglo XVII y parte del XVIII, cuando ya pocas personas cultas creían en la verdadera existencia de unicornios míticos, vivientes en algún lejano y recóndito lugar del mundo aún por descubrir, muchos médicos y boticarios empezaron a considerar como materia médica equivalente y alternativa al cuerno de unicornio, a un material óseo petrificado, denominado "unicornio fósil" o "unicornio excavado" también conocido como "unicornio verdadero" o "unicornio  mineral" (3). Este nuevo sucedáneo del cuerno de unicornio era usado con las mismas finalidades y recetas que los materiales precedentes, ya fuese como ingrediente único o como ingrediente principal en diversas fórmulas magistrales que en forma de remedios medicamentosos eran recetados por los médicos, preparados por los boticarios y adquiridos, a muy buen precio, y usado por los pacientes adinerados como un tipo de medicamento de uso preventivo de efectos universales contra los tóxicos y las intoxicaciones. Este nuevo material que se seguí vendiendo a precio de oro, fue considerado como una "panacea universalcapaz de prevenir cualquier clase de intoxicación y de curar multitud de dolencias, derivadas de alguna supuesta intoxicación previa.

Aspecto y ambiente de una importante farmacia francesa de principios del s. XVII, según un grabado de la época. Posiblemente en alguno de sus estantes habría algún recipiente conteniendo un material denominado "Unicornu fossil"
ImagenAlamy Stock Photo


La siguiente receta médica, titulada "Bezoardisches Flux", algo así como “Polvo sudorífico depurativo de Bezoar(4), servía de pauta a los boticarios para preparar un preparado sudorífico que luego, en caso de necesidad, podía ser usado como remedio, tradicional preventivo, durante una epidemia de peste, puesto que se le creía absolutamente eficaz contra el contagio de la peste:
Unicornio fósil ... 1 libra
- Cuerno de ciervo, preparado sin fuego ... 1 libra
- Bolo de Armenia... 1 libra
- "Ojos" de cangrejo ... 1 libra
- Salitre purificado... ½ libra
- Azufre (flor)... ½ libra
- Alcanfor ... 4 oz.
Reducir todo a un polvo fino.
(Citado por Abel, 1939)


La correspondiente dosis de este polvo medicamentoso debía tomarse una vez se hubiera dispersado en un copita de vinagre o vaso de cerveza. No sólo se creía que este remedio era eficaz protegiendo contra la peste, sino que también se le creyó eficaz protegiendo contra toda clase de enfermedades febriles.

Aclaraciones: 
- El término farmacéutico “bolo” , generalmente, suele usarse para referirse a arcillas blancas. 
- 1 libra comercial equivale a 467 gramos (en Prusia) o 560 gramos (en Austria), no debe confundirse con 1 libra farmacéutica o medicinal que equivale a 3/4 de un libra comercial 
-1 onza  equivale a 1/32 de 1 libra Comercial  equivale a 14,6 a 17,5 gramos


Representación gráfica de un supuesto cuerno de unicornio, según un grabado que ilustra la Metallotheca Vaticana, obra realizada hacia 1580, por el médico y naturalista italiano Michele Mercati, publicada en Roma en 1717-1719. (Imagen reproducida por Abel, en 1939) 
Por sus características externas, a primera vista, parece tratarse del fragmento basal de un colmillo o diente de narval
Imagen: Einhornmagie


Para calibrar las cualidades y virtudes medicinales de los diferentes materiales denominados "unicornio fósil", que les era ofrecido por los proveedores regulares u ocasionales, los médicos y boticarios debían hacer ensayos empíricos, previamente, a su administración como medicamento, para conocer sus efectos:
"Después de haber comprobado que la fuerza astringente [del unicornu fossiles buena y que se mantiene estable como fuerza motriz de sudoració, [...] entonces su uso como remedio resulta útil cuando se ha producido una fuerte diarrea, con fiebres de temperatura elevada. Es un remedio excelente para endulzar todos los ácido nocturnos del cuerpo y también para detener los flujos abdominales comunes, la disentería sangrante y otras enfermedades similares. Se administrará al enfermo [una dosis de] un Escrúpulo o medio Quinto. [...] 
Antes de que el "unicornio excavado", sea usado por primera vez con personas, deben hacerse algunas comprobaciones con perros y otros animales, para comprobar que no contiene nada que resulte tóxico."
(Valentini, 1704, citado en Abel, 1939)


Aclaraciones:

El escrúpulo era un peso antiguo, propio de boticario. 1 escrúpulo equivalía a 1/288 de 1 libra médicinal y por tanto equivalía a 1,22 a 1,46 gramos,

El quinto era un  peso antiguo, comercial. 1 quinto equivalía a 1/128 de 1 libras comercial y por tanto equivalía a 3,9 a 4,4  gramos

Desde tiempos antiguos, se venían utilizando unos largísimos y retorcidos "cuernos de unicornio" que podían superar los 3 m. de longitud. Fue en el siglo XVI cuando se descubrió que su portador no era ningún cuadrúpedo terrestre, sino un gran "pescado" marino. El Narval era un rarísimo "pescado unicornio" que solamente habitaba en los fríos mares más norteños, por este motivo, a aquellos cuernos se le empezó a denominar entre los médicos y boticarios: "unicornu marinum". 




Representación gráfica de un cuerno de unicornio, en el centro de la imagen, y, a su alrededor los tres tipos de animales que eran sus portadores, en la opinión del médico alemán Michael Valentini. 
Según un grabado que ilustra su obra Museum Museorum, un inventario de toda clase de remedios, cuya materia médica procedía de los tres Reinos de la Naturaleza. Obra publicada por primera vez en 1704. 
Aparece en el Capítulo XXX. (pp 481-483) con la discusión de la autenticidad de los diversos tipos de cuernos de unicornios usados en la medicina de su época y anteriormente.
Imagen: Kunstkammer


Según algunos médicos de los siglos XVI y XVII, el único “unicornio verdadero" que podía hallarse, solo podía ser el denominado "unicornio fósil” por el simple hecho de haber sido obtenido del interior de la tierra, de forma totalmente casual, por medio de la excavación de sus restos óseos petrificados. (5)

Inicialmente, como fuente de "unicornio fósil", con destino al uso como materia medicinal, fueron utilizados los colmillos de mamut lanudo, pero con el paso del tiempo y cuando la demanda de "cuerno de unicornio fósil" fue superior al suministro de colmillos de mamut, se recurrió al uso de un nuevo material alternativo. Los denominados “huesos petrificados de las cuevas”, generalmente, consistían en restos óseos y dentarios procedentes de los esqueletos de ejemplares de osos de las cavernas que habían fallecido durante su periodo de hibernación, en la Época Glacial, a finales del Pleistoceno.
Este mismo material óseo, cavernario, también fue conocido en las fórmulas médicas de aquella época, con el nombre de "huesos de dragón", por creerse antiguamente que aquellos restos cavernarios provenían de la descomposición de los cuerpos de estos míticos animales imaginarios, muertos en su guaridas de las montañas, después de haber sido herios de muerte por algún aguerrido caballero.
Un lugar en territorio austriaco que suministró a los boticarios de la época, gran cantidad de este tipo de material fósil para uso farmacéutico, fue la gruta denominada "Drachenhöhle", es decir la “Cueva del Dragón”, situada cerca del pueblecito de Mixnitz, en el Distrito de Bruck an der Mur, en la región alpina de Estiria (Austria).

Restos del esqueleto de un osos de las cavernas (Ursus spelaeus), tal como fue encontrado, en la cueva de Jaskinia Niedźwiedzia (Polonia) en 1983
Imagen: Jaskinia Niedźwiedzia

Según aquellos mismos médicos de los siglos XVI y XVII, que antes hemos mencionado, el denominado cuerno de "unicornio marino" fue considerado y denominado como "unicornio falso”. Pero continuó siendo de uso muy común en aquella época con las mismas finalidades de uso y precio que anteriormente. Curiosamente, para otros médicos y boticarios, el único cuerno de unicornio verdadero y auténtica panacea universal, solo podía ser el cuerno del narval o "unicornu marinum" ya que el otro era inexistente. (6)

En aquella época no era de extrañar que, en ciertas ocasiones, cuando el boticario fuesen especialmente deshonesto por su ineptitud o inexperiencia o fraudulento, el uso de ciertos remedios simples o compuesto por diversos ingredientes, que contuviesen "unicornu fossile" supuestamente, con efectos protectores y beneficiosos, a veces, incluso acabaran resultando tóxicos, para sorpresa y disgusto del paciente adinerado. A pesar de que el cuerno del unicornio, de cualquiera clase que fuera, siempre era considerado como un remedio milagroso y universal contra toda clase de intoxicaciones.

Durante el Renacimiento el nombre y la figura del unicornio llegó a estar tan vinculada a la protección de la salud humana y al gremio de los boticarios que la figura equina del animal mítico fue incorporada como emblema por un gran número de farmacias y, además, se incluyó en el "escudo de armas corporativo" propio de los gremios de boticarios de toda Europa.

Bote cerámico de loza esmaltada, de Delf, procedente de una farmacia londinense del s. XVII, en el que se puede ver el escudo de armas del Honorable Gremio de Boticarios. Como portadores del escudo aparecen dos unicornios rampantes, uno a cada lado. Objeto datado en 1656.
Imagen: Pinterest

La antigua relación entre los boticarios y los unicornios, se ha mantenido hasta nuestros días. Actualmente, aún pueden hallarse más de 100 farmacias que tienen su nombre genérico o particular, asociado a la figura o al nombre del animal mítico, distribuidas por toda en Alemania,  (7). Tal asociación parece ser debida a la enorme popularidad adquirida por el unicornio mítico como fuente de numerosos remedios prodigiosos que tantos beneficios, imaginarios, se creyó que proporcionaron a los alemanes adinerados, en siglos pasados.

Rótulo publicitario en la esquina de un antiguo edificio que indica a los viandantes la posición de la farmacia, representando bellamente el viejo símbolo del animal mítico "cúralo-todo", en la localidad de Dannenberg, Baja Sajonia, Alemania. Fotografía original de Robert Elch
ImagenPanoramio

Resulta muy chocante que siendo el mítico animal unicornio considerado como un símbolo de la pureza, representando las virtudes cristianas de la virginidad y de la castidad, su sorprendente cuerno, erecto en medio de la frente, tenía la mundana reputación de que tenía la virtud medicinal de estimular la lujuria humana. Se creía que reducido a polvo, era un eficaz remedio afrodisíaco, muy útil para quienes padecían de inapetencia sexual crónica o de disfunción eréctil. Debido a tales creencias irracionales, durante el Renacimiento el polvo de cuerno de "unicornio fósil" fue tomado, de forma consciente o inconsciente, con finalidades afrodisíacas entre personas adineradas. (8)

A pesar de ser un defensor del uso de diversas variedades de unicornio, el médico alemán Michael Bernhard Valentini ya se había sorprendido de la gran abundancia de cuernos de unicornio que podían encontrarse en las boticas de toda Europa en esa época, en su libro Museum museorum publicado en 1704, escribía:
"Aunque todos [los unicornios] estuvieran reunidos en una misma zona, dado que este animal es tan raro y tan salvaje y sólo se encuentra en lugares deshabitados, y que además debe concebirse [es decir, ser atraído hasta el regazo] de una virgen pura. Si sólo puede ser capturado por medio de una virgen en cuyo seno apoye su cabeza, entonces deben ser muy pocos los [unicornios] cazados y siendo tan escasos ¿De dónde han salido tantos cientos de cuernos, como los que se encuentran en cualquier población y se consumen a diario?" (9)
(Citado en Abel, 1939)

Representación gráfica de la caza del unicornio, en un libro francés antiguo, un bestiario renacentista publicado hacia 1450. Una doncella está reteniendo a un confiado unicornio, por su mágico cuerno, mientras con la otra mano hace un gesto al cazador que tenía que matar a la bestia con su espada y que hasta ese momento se había mantenido oculto.
ImagenPinterest


En la Antigüedad, cuando aún se creía que existían unicornios vivientes que habitaban en lugares lejanos y remotos de Ásia, los aristócratas europeos no sólo creyeron estar utilizando con fines medicinales 
el cuerno del raro y exótico animal imaginario, sino que también creyeron estar utilizando otras partes de su cuerpo, del todo inexistente, con diferentes finalidades protectoras. Tal como muestra estas sugerencias del siglo XII, contenidas en el libro de "Physica" o "Livre des subtilités des créatures divines de diverses natures" :
"Una pomada hecha de yema de huevo e hígado de unicornio se utilizará contra el contagio de la lepra y de otras enfermedades de la piel relacionadas con la aparición de llagas". 
"Llevar como cinturón una cinta recortada de la piel del unicornio, protege contra el contagio de la peste y contra la aparición de fiebres." 
"Si un fragmento que ha sido recortado de las pezuñas de unicornio, es puesto en la mesa durante las comidas, junto a los utensilios de comer o beber, se conocerá si se ha añadido algún veneno a los alimentos o a las bebidas, ya que cuando se trata de alimentos fríos, el recorte de pezuña se calentará y si son calientes, empezará a humear"
(Según Hildegard von Bingen, entre 1150 y 1158; citado por Schöpf, en 1988)

Uno de los primeros intentos, en tiempos modernos, de reconstrucción del verdadero 
aspecto  de un animal "antediluviano"se dio en 1663, en Quedlinburg  (Alemania). Cuando se encontraron enterrados diversos huesos y dientes "petrificados" a los que se organizó según un plan prefijado para que reflejaran el aspecto del unicornio. Pues se daba por sentado que habían pertenecido a este animal prodigioso. 


Representación gráfica del denominado esqueleto fósil del unicornio verdadero, hallado en Quedlingburg en 1663, según un grabado que ilustra el resultado obtenido por Otto Von Guericke. Ilustración aparecida en "ProtogaeaTratado de la primera faz de la tierra y el rastro de la historia en monumentos de la naturaleza" de Gottfried Wilhelm Leibniz, publicado en 1749, 33 años después de su muerte y casi 70 después de haber sido escrita.
(Imagen reproducida por Abel, en 1939) 
Imagen: Einhornmagie 


Al parecer, la reconstrucción se llevó a cabo a partir de diversos restos óseos que 
procedían de diferentes animales cuadrúpedos, tales como mamut lanudo y quizá, también, un rinoceronte lanudo, los diferentes huesos y dientes fueron reunidos y dispuestos de una forma muy preconcebida y ensamblados de una manera demasiado fantasiosa, con la finalidad de que resultara una figura semejante al aspecto imaginario y típico de un unicornio mítico. El resultado de este primer intento de reconstrucción de un animal mítico fue un sorprendente y curioso unicornio bípedo, puesto que faltaban los miembros posteriores, destruidos o perdidos durante la excavación, con aspecto de caballo unicornio en posición de sentado. (10)


ABEL O. (1939): Vorzeitliche Tierreste im Deutschen Mythus, Brauchtum und Volksglauben. - 304 S., Jena (Gustav Fischer).

SCHÖPF H. (1988): Fabeltiere. - 167 S., Graz (Akademische Verlagsanstalt); Lizenzausgabe 1992 für VMA Verlag, Wiesbaden.



Agradecimientos

Al Dr. Georg Friebe, por haber traducido al alemán moderno, algunas partes de textos antiguos, redactados originalmente en alemán medieval y cuya correcta traducción al castellano, me suponía algunos escollos insuperables.



Notas aclaratorias, complementarias, del traductor

(1) Durante la Antigüedad Clásica y hasta la Edad Media, como entonces aún se creía en la existencia de unicornios vivientes en lugares remotos, no sólo se comerciaba con sucedáneos de sus cuernos, sino también de su piel, sus vísceras y sus pezuñas. 

Las materias primas córneas procedían del aprovechamiento de los cuernos de diversas especies de animales contemporáneos de pezuña hendida y del cuerno de rinoceronte asiático
También se comercializaron los colmillos o defensas de elefante y de morsa y el "colmillo" de narval macho al que se denominaba "unicornio marino".

(2) 
Como las Sagradas Escrituras citaban la existencia del unicornio en diversos pasajes, su existencia en Tiempos Antiguos no era puesta en duda por ningún "buen cristiano". La falta de evidencias en Tiempos Modernos, se justificaba por el hecho de que tal especie se habría extinguido durante el Diluvio universal, razón por la cual podían hallarse sus restos "petrificados" en el interior de la tierra, de forma ocasional, en algunos lugares y teniendo las grandes y variadas virtudes que se le atribuían.

(3) Se trataba de fragmentos de "colmillos o defensas" de mamut lanudo  (Mammuthus primigenius) hallados enteros o fragmentados, en el subsuelo de diversas zonas de Europa y de Siberia

Moderno cazador de colmillos de mamut observa y muestra su trofeo. Un enorme colmillo de mamut, en perfecto estado de conservación, reportará a su descubridor un importante beneficio económico, después de haber pasado miles de años congelado en el lecho de un río siberiano.
Imagen: National Geographic

(4) Se puede ver que entre los ingredientes de esta receta compuesta no figura ningún tipo de bezoar. Es decir, que la "publicidad engañosa" en los nombres de  los productos farmacéuticos no es un invento moderno...

(5) Durante la Edad media, el Renacimiento y posteriormente, en muchos lugares de Europa central, los dientes y hueso "petrificados" que se hallaban enterrados o incluidos en rocas, durante las obras de explotación de canteras o de excavación de pozos y canales de agua, de pozos y galerías mineras o durante la fundamentación de construcciones, tradicionalmente, eran interpretados como los restos de animales míticos ahogados y enterrados por la gran inundación del mundo y denominados "unicornu fossil", siendo recogidos e incorporados al negocio farmacéutico como codiciada materia médica.



(6) Cetáceos boreales, con cuyo diente extraordinario se falsificaron los enormes e inexistentes cuernos de unicornio mítico que adornaban los tesoros y salas de banquetes de reyes, príncipes, abades, etc. de toda Europa.
Valentini consideraba al narval como el único unicornio verdadero, posible, ya que el mítico unicornio cuadrúpedo, nunca había sido hallado en ningún lugar del mundo, por lo tanto su cuerno no existió jamás y había sido substituido, fraudulentamente, por diversos sucedáneos. De todas maneras, para Valentini, independientemente del origen del material usado lo importante era que las propiedades medicinales fuesen las apropiadas.

Diente de narval conocido como "Ainkhürn" o "unicornio" que forma parte del antiguo tesoro real austriaco, adquirido hacia la 1ª mitad del siglo 16. Expuesto en la Cámara del Tesoro del antiguo Palacio Real de Viena. 
Imagen: Wikipedia

(7) El mismo fenómeno de identificación icónica y semántica, de las farmacias de ciertas regiones con el animal mítico, también se ha dado y conservado en Austria, Bélgica, Francia, Suiza y algunos otros países del entorno.

(8) De todos los efectos salutiferos beneficiosos atribuidos al cuerno de unicornio, en el caso del uso afrodisíaco, está claro que en las ocasiones en que el remedio "funcionaba", se trataba de un claro ejemplo del Efecto placebo

(9) Como ya se ha comentado en la nota nº 2, las fuentes 
naturales de materia prima que eran denominadas por médicos y boticarios "unicornu fossile", inicialmente fueron los  "colmillos" o "defensas" de mamut lanudo que se hallaban desperdigados por Europa. Luego, cuando estos empezaron a escasear, se recurrió a los huesos y dientes fósiles de otros muchos tipos de grandes mamíferos del Pleistoceno. Tal fue el caso de huesos y dientes de osos de las cavernas, rinocerontes lanudos, elefantes de bosque europeos e incluso de otras muchas especies de mamíferos fósiles. Además, la gama de huesos y dientes "petrificados" disponibles, fue ampliada añadiendo ciertas clases de madera fosilizada e incluso determinados tipos de estalactitas de aspecto óseo.

A la izquierda, la cubierta del dictamen del Colegio de Médicos, de Gotha, sobre el hallazgo de " unicornio fósil"  excavadoen una cantera, publicado el 14 de febrero de 1696. A la derecha, la cubierta de la carta de Wilhelm Ernst Tentzels  a Antonio Magliabechi bibliotecario del Gran Duque de Florencia con su descripción del hallazgo de un esqueleto, semejante al de un elefante, publicada también en 1696
Se trataba del primer descubrimiento europeo de los restos un elefante de bosque europeo (Elephas antiquus o Palaeoloxodon antiquus) descrito científicamente, hallado en 1695, en las canteras de piedra de mármol travertino, en la localidad de Tonna, en el antiguo ducado de Sajonia-Gotha-Altenburg. 
Imagen: Wikiwand

(10) Aunque se decía que los restos fósiles del "unicornio verdadero" de Quedlimburg se habían hallado en la 
la famosa Einhornhöle, es decir, la "cueva del Unicornio", la realidad es que se hallaron en otro lugar del mismo municipio, en las canteras de piedra de yeso de Seweckenberg, repartidos en distintos bloques de piedra.


'Unicornu Fossile-Canstadiense' fragmentos de colmillo de mamut, de la colección particular del Dr. John Woodward. Este espécimen particular fue enviado a Woodward por el Dr. Johan Jakob Scheuchzer (1672-1733) un médico y naturalista, coetáneo de Zúrich. El adjetivo  Canstadiense parece indicar la procedencia geográfica de la muestra: la ciudad alemana de Constanza.
Fotografía de Eva-Louise Fowler 
Imagen: John Woodward/ Store Stories



El unicornu artificiale

El negocio farmacéutico europeo floreció tanto y tan rápidamente,
 durante los siglos XVI-XVII, con la existencia del mágico "unicornio" fóssil, un material extraído del interior de la tierra  que era usado como remedio medicinal de efectos milagrosos y universales, que hacia finales del s. XVII, se empezó a notar la falta de materia prima en muchas zonas. Por este motivo, se empezó a preparar artificialmente en las boticas europeas un producto sucedáneo, denominado unicornio artificial  ("unicornu artificiale"), con unos supuestos efectos casi tan portentosos como el original, pero a un precio algo más económico, aunque siguió siendo prohibitivo para gente corriente. Se trataba de un compuestos complejo, formados por cierta proporción de "unicornu fossile" al que se le añadían una serie de diferentes ingredientes, unos por sus supuesto efecto antitóxicos, otros por su naturaleza calcárea astringente y otros de efectos aglutinantes, con los que finamente pulverizados y bien mezclados, finalmente se modelaba un objeto medicamentoso, con la forma, el aspecto y las dimensiones típicas de un cuerno de unicornio convencional, destinado a los mismos fines y usos.
Se componía de unicornio fósil, tierra blanca de la isla de Lemnos o de Malta, coral rojo, "ojos de cangrejos", hueso del corazón de ciervo, todo ello bien molido en un mortero de piedra, para poder formar una pasta moldeable. Se le añadía tintura y agua de Bezoar, decocimiento de vívoras, balsamo de raíz de margaritas, esencia de cascara de limón, ámbar gris, gelatina y mucilago de tragacanto. La pasta resultante una vez bien fraguada y endurecida, en el interior de su molde, se sacaba de su molde e ingresaba en el selecto y reservado circuito comercial de los "productos milagro" de la época, sólo asequible para gente muy poderosa.

Ambiente de trabajo y personal implicado en la oficina de una gran botica del siglo XVIII
Imagen: dfarmacia


Afortunadamente para la salud humana, debido al acelerado triunfo de la razón sobre la superstición, durante la época de la Ilustración y debido a las críticas a su ineficacia, por parte de los médicos y farmacéuticos racionalistas, se produjo el rápido desmoronamiento de la fe absurda en el poder curativo milagroso del unicornio. Su uso médico se fue reduciendo gradualmente hasta quedar convertido en una curiosidad médico-farmaceútica.



Fuentes consultadas


- Anónimo. 1677. Miscellanea Curiosa Medico-Physica Academiae Naturae Curiosorum. Academia Caesarea Leopoldino-Carolina Germanica Naturae Curiosorum. Francfurt
Anónimo. Europäischer Waldelefant. Wikiwand
- Itterheim, Roland. Magisches Einhorn. Zur Geschichte und medizinischen Rolle eines Fabelwesens. Angelseven
- Faiduti, Bruno. 1996. Images et connaisance de la Licorne (Fin du Moyen-Age-Xixeme siecle) Tome 1. Université Paris XII
Reidinger, Maria Magdalena. 2011. Fossilien im Volksglauben: Das Einhorn. Materialanalyse der verwendeten Fossilien“. Univvon Wien
Reinboth, Fritz. 2001. Über das „vermeynte bey Quedlinburg gefundene Einhorn“ — Ein Beitrag zur Geschichte der Paläontologie und zur Leibnizforschung. Mitt. Verb. dt. Höhlen- u. Karstforscher, 47 (4), 106-107, München 


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