sábado, 19 de noviembre de 2011

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (7) (Schlangeneier und Drachenzungen)

Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 7ª parte)

El Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria), es el autor del texto original, en alemán.

La traducción y adaptación del texto original alemán al español, ha sido realizada por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, profesor del Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, de la Universitat de Lleida. Así mismo es responsable de la selección de las figuras y autor de los comentarios que las explican.

Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (2)


La estrella de cinco puntas o "pentáculo", es una marca mágica que reproduce la forma del “pie de las Druden” (Der Drudenfuß)

Antiguamente se creyó que los pies de ave era una de las diversas formas "bestiales" que con más frecuencia
 podían adoptar los pies de las Druden. Este tipo de seres míticos nocturnos, horribles y perversos, con aspecto humano, generalmente femenino tenían los pies o las piernas como las de ciertas clases de animales, al igual que también sucedía con los pies o las piernas de otros seres infernales como el Diablo y los demonios. 

Se creía que las "druden" eran las causantes de las peores pesadillas nocturnas, causando asfixia, angustia e incluso la muerte entre los durmientes. Por este motivo eran muy temidas por la población que procuró mantenerlas alejadas de las casas y de los dormitorios mediante diferentes sistemas mágicos o mágico-religiosos. Uno de los amuletos utilizados más populares fue la familiar figura simbólica con aspecto de estrella de cinco puntas, llamada pentalfa o pentáculo, porque según la opinión de algunas personas "expertas" en el asunto era una forma que recordaba, la marca dejada por el pie de un ave... y por las que dejaban las "druden" después de que visitaban alguna casa. 

El pentáculo o pentalfa estuvieron relacionados con la magia desde muy antiguo, siendo conocido con otros nombres como el de pentagrama, pentángulo y también con el de estrella pitagórica y estrella de los magos

Su antigua relación con la magia determinó que esta figura estrellada resultara un símbolo de origen maligno o diabólico para los cristianos, motivo por el que también se le llamó   estrella del diablo y estrella de las brujas.

En las zonas alpinas de cultura germana, también recibió nombres alemanes tales como "Alfenfuß" ("pie de los elfos"), "Hexenfuß" ("pie de las brujas") y, mucho más generalmente, "Drudenfuß" ("pie de las Druden").



El símbolo de protección mágica del "Drudenfuss", aparece situado en el punto clave del dintel de una casa alemana, construida en 1639. En el distrito rural de Ahrweiler, al norte del Estado federal de Renania-Palatinado. 
Imagen: 
http://de.wikipedia.org/wiki/Datei:Drudenfuss.jpg


Antiguamente, se creía "a pies juntillas" que si esta figura mágica aparecía tallada, esculpida, incrustada o pintada en el umbral, el dintel, el picaporte, la hoja de una puerta o el cabezal de una cuna o de una cama, sus ocupantes estarían a salvo de estos espíritus malignos. Se creía que gracias a su poder mágico se creaba una barrera invisible que impediría que nunca, ningún espíritu maligno pudiera atravesar esa entrada y penetrar en ese recinto para causar mal a su habitantes. Parece ser que la creencia supersticiosa, sobre el potente efecto defensivo que se desprendía de este signo mágico, contra las amenazas de los malos espíritus y contra las desgracias que podían ocasionar, proviene de creencias ancestrales aún más antiguas que hunden sus raíces en la prehistoria, persisten en la Edad Antigua, se mantienen durante la Edad Media, alcanzando la Edad Moderna, manteniéndose sólidamente instaladas en la mentalidad de una gran parte de la población europea, especialmente en las zonas más atrasadas, aisladas y conservadoras.

El uso de este símbolo geométrico de supuestos efectos mágicos protectores, de inspiración astral o celestial, con la finalidad de mantener alejados a toda índole de malos espíritus de del interior de la vivienda y de sus ocupantes, todavía se mantenía ampliamente extendido por casi toda Europa en el siglo XVIII. Su protagonismo en ciertas prácticas y creencias supersticiosas de la sociedad europea de aquella época estaba bien presente y se mantenía vigorosamente  vigente

El mencionado uso supersticioso, aparece recogido por Goethe y expuesto en el texto de su obra "Fausto" en un diálogo entre Fausto, el protagonista, y Mefistófeles, el Diablo.

Grabado del ilustrador alemán Ernst Moritz Retzsch, representando con todo lujo de detalles, una escena en el obrador  alquímico de Johan Fausto, mientras está siendo aconsejado por Mefistófeles, el diablo .
Este dibujo, realizado en 1836, representa una situación correspondiente a la segunda parte de la tragedia romántica escrita por Johann Wolfgang von Goethe que fue publicada, por primera vez, en 1808, bastantes años más tarde de haber sido escrita.
Imagen: 
Ernst Moritz_Retzsch 1836



La referencia al efecto defensivo del "Drudenfuss"como barrera protectora, contra la penetración de los malos espíritus en el interior de las casas, se puede leer de una manera muy clara, en algunos versos de la primera parte de esta gran obra dramática:





......................


MEFISTÓFELES:
Ciertamente ya nos detendremos
más en ello los próximos encuentros.
¿Puedo ahora retirarme?

FAUSTO:

No sé porqué lo preguntas.
Esta vez he aprendido a conocerte;
ven a visitarme según te plazca.
Ahí tienes la ventana,
ahí está la puerta;

seguramente, también
puedes usar
el cañón de la chimenea.


MEFISTÓFELES:

Lo confieso con humildad.
Un pequeño obstáculo 
me impide salir:
esa "pisada de Druden" 
que está grabada en el umbral 
de la puerta de su casa.

FAUSTO:

¿El pentagrama te atemoriza?
Ea, dime, hijo del infierno,
si eso te detiene, ahora
¿cómo entraste, pues?
¿Cómo es que se dejó engañar 
un espíritu tan astuto como tú?

MEFISTÓFELES:

Míralo bien;
no está trazado de la manera debida.
Uno de los ángulos, el que mira hacia fuera,
está, como ves, un poco abierto.

FAUSTO:

En ello anduvo muy acertada la casualidad.
Según eso, ahora 
¿tú serías mi prisionero?
La cosa ha salido bien por azar.

MEFISTÓFELES:

El perro de aguas que yo era antes, 
nada advirtió cuando entró de un salto.

Pero vista desde dentro,
la marca tiene un aspecto diferente:
el diablo no puede salir de esta casa.

FAUSTO:

Pero ¿porqué no sales por la ventana?

MEFISTÓFELES:

Es una ley para diablos y espectros,
que les obliga a que por donde entraron,

por allí mismo, deben salir. 

Lo primero es libre para nosotros;
 de lo segundo somos esclavos.

FAUSTO:

¿Así que el infierno
también tiene sus leyes?

Me gusta eso.

¿Podría cerrar un pacto fiable con vos, señor?

MEFISTÓFELES:

De lo que se te prometa, gozarás plenamente,
nada se te hurtará.
Pero eso no es para pactarlo en breves
palabras,

de ello hablaremos más adelante.
Ahora te ruego, con empeño,
con el mayor empeño,
que por esta vez, me des tu permiso

para poder salir de esta casa.

FAUSTO:

Quédate siquiera un instante más,
sólo para contarme alguna bella historia.

MEFISTÓFELES:

Ahora, por favor, déjame libre.
Debo partir pero pronto volveré,
y entonces podrás preguntarme
a discreción, sobre lo que quieras.

FAUSTO:

Yo no te armé lazo alguno, antes,
tú mismo te metiste en la red.
Quien coja al diablo,
téngalo bien sujeto;
pues no le será tan fácil

atraparlo por segunda vez.



Un poco de historia sobre estas creencias supersticiosas


El pentáculo ha sido considerado de forma, casi universal, como un signo benéfico y protector que, en la prehistoria, estuvo asociado a la protección ofrecida por la Diosa Madre, a sus devotos humanos. Algunos milenios más tarde, en Grecia y Roma, se asoció el símbolo del pentáculo con las divinidades patrocinadoras de la salud y de  la medicina humana:  Asclepios en Grecia y Esculapio en Roma. Se creyó que su uso otorgaba la protección mágica divina, con unos supuestos efectos benéficos sobre la salud humana, gracias a la intervención protectora de la divinidad.

Después de la cristianización del imperio romano, el pentáculo siguió asociado a la protección milagrosa de la salud humana, pero ahora por la intervención divina del Dios de los cristianos. pesar de su asimilación cultural y de nueva función social "moderna", vinculada con Jesucristo, la divinidad del poder dominante, resultó que en las zonas rurales ("pagus", lat= zona rural ---> "paganus" = campesino) nada, poco o/y mal cristianizadas, continuó conservándose la asociación del pentáculo con las antiguas divinidades paganas primitivas. Por este motivo los clérigos cristianos, en ciertas ocasiones, asociaron el símbolo estrellado con la magia blanca y con los magos y en otras, con la magia negra, las brujas, el diablo y los rituales satánicos. Con el paso del tiempo y la evolución del pensamiento eclesiástico, la visión negativa y la asociación infernal del signo mágico ancestral, acabó imponiéndose y haciéndose mayoritaria, por lo que en la mentalidad popular, la asociación maléfica se impondría y perduraría, con más fuerza que su primitiva vinculación positiva y religiosa con Jesucristo y con el cristianismo primitivo.


Gran Pentalfa o "Drudenfuss", en un entorno religioso cristiano, nada sospechoso de estar relacionado con el satanismo o la brujería, pues el símbolo protector, resulta bien visible, al estar elevado, ser de grandes dimensiones y estar situado en el centro de un ventanal, de la fachada norte, de la Catedral de Notre-Dame, en Amiens (Francia)
Imagen: DRUDENFUSS GEROME TAILLANDIER RUE JEAN GOUTHIERE

Si se quieren conocer otros varios ejemplos, de usos cristianos del Pentángulo, Pentalfa o "Drudenfuss", véase la interesante colección fotográfica de Gérôme Taillandier presionando aq

Este grabado antiguo representa el primer anillo-amuleto, descubierto en unas excavaciones, portando una estrella de cinco puntas grabada sobre la piedra ornamental, engastada. Tiene su origen en Crotona, en Italia, elaborado alrededor del año 525 antes de Cristo. Esta imagen fue tomada del libro Imagini Degli Dei Antichi, escrito por V. Catari y publicado en 1647.

Dentro del aro del anillo se han representado las letras de la palabra magica: YGEIA (latinización de la forma griega estándar υγιεια, es decir, " salud") grabadas dentro de los cinco triángulos determinados por las cinco puntas de la estrella, mientras que las letras de la traducción latina SALUS, aparecen grabadas, en los cinco angulos externos. Este tipo de anillos protectores, muy populares entre los romanos, se creía que podía defender a su portador contra todo tipo de enfermedades y accidentes.
Imagen: hand-of-mysteries

"Dado que el nombre de Jesús tiene cinco letras, los creyentes en la mágia numerológica, entre los primitivos cristianos, creyeron reconocer el poder de Dios en la estrella de cinco puntas y la usaron como un amuleto protector, contra las aseñanzas del diablo y contra todo tipo de males.



Obsérvese la mano derecha, de la figura de Jesús, por la posición de los "cinco dedo" se puede apreciar que sestá en posición de bendecir, o sea, de proyectar protección y buena suerte sobre los presentes que están ante él, esa posición de la mano se conoce como 'mano de Dios." Por si todo esto no fuera suficiente, véase que detrás de él hay una gran estrella de cinco puntas.
Imagen: little guy in the eye


Entre los primitivos cristianos occidentales, se asoció el pentagrama con Jesucristo y su poder milagroso, motivo por el que se le atribuyó a este signo capacidad milagrosa. Se creía que su presencia era suficiente para anular todo tipo de hechizos malignos o para neutralizar los efectos perjudiciales derivados de los conjuros malintencionados, lanzados por hechiceras y brujas. 
Como se creyó que este símbolo poseía un gran poder para repeler y alejar a todo tipo de malos espíritus, causantes de desgracias de aquellos lugares donde estuviera expuesto. Por este motivo se le usó para marcar y defender el lugar y a sus ocupantes, contra cualquier tipo de accidentes y enfermedades que supuestamente pudieran ser causadas por la excesiva proximidad de los malos espíritus. También se hicieron amuletos portátiles, inscribiendo el signo en medallas y anillos, para que la persona portadora estuviera protegida en cualquier lugar al que se desplazase, contra la mala suerte y los malos influjos causados por los espíritus malignos. 

En el siglo XIV, el pentagrama se utilizaba comúnmente como un símbolo cristiano para proteger la funcionalidad y agudeza de los cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), y si las letras S, A, L, V, S ( salud en latín) estaban inscritas en los cinco vértices, entonces era considerado como protector de la salud corporal, en general. En este grabado, del siglo XIV, la figura humana representada es, inconfundiblemente, la de Jesucristo y los cinco vértices de la pentalfa señalan las cinco heridas causadas por la crucifixión
Imagen: Christian_symbol_for_the_five_senses


Símbolos mágicos en la naturaleza


Casualmente, se puede llegar a descubrir que la antigua figura mágica de forma estrellada, también, se la puede encontrar, "grabada" por la naturaleza, en algunos pocos y extraños objetos naturales que pueden encontrarse, accidentalmente, en plena naturaleza. Este es el caso de los delicados caparazones de los erizos de mar, contemporáneos, que en algunas lugares y ocasiones el oleaje del mar arroja a las playas. También se puede descubrir una pentalfa natural, en los pétreos caparazones y moldes internos de los erizos de mar fósiles que se pueden encontrar en ciertos tipos de terrenos, ya sea incrustados en las rocas o sueltos sobre la superficie, al haberse desprendidos de ciertos estratos rocosos, disgregados por los agentes erosivos, constituidos por materiales sedimentarios marinos, generalmente, poco coherentes como pueden ser los de naturaleza margosa o areniscosa.

Tal vez la gente prehistórica se encontró con erizos fósiles mientras recolectaban alimento, cambiaban de emplazamiento estacional o buscaban piedras para construir herramientas. La extraña perfección y gran belleza de estas "piedras"  les debieron dejar muy sorprendidos y más intrigados sobre su posible origen, propiedades y utilidad.
Imagen: Imagens for kids

Debemos suponer que la idea sobre una naturaleza mágica y prodigiosa del símbolo en forma de estrella de cinco puntas, casi con toda seguridad, debe proceder de la interpretación mágica que, en tiempos prehistóricos, debió hacer la gente de aquella época de los erizos de mar fósiles. Imbuidos de una mentalidad primitiva, una cosmovisión mágica y creencias animistas, atribuirían a este tipo de extrañas piedras, en forma de huevo mítico, una formación por causas sobrenaturales o un origen divino y, quizás, una procedencia celestial. Por tanto, este tipo de objetos tan raros, estarían impregnados de virtudes extraordinarias, de las cuales podrían beneficiarse los humanos que supiran como apropiarse de ellas.... Este tipo de interpretaciones sobrenaturalistas y mágicas  se repiten con otros diversos tipos de fósiles, en diversas culturas, lugares geográficos y periodos históricos (Cosa que se puede comprobar, incluso en la actualidad, visitando la sección de "piedras, cristales, minerales y fósiles" de tiendas virtuales esotéricas o de grupos neopaganos, Wicca, New Age, etc.).

Caparazón del erizo fósil del género Clypeaster sp., del Mioceno superior, visto según tres puntos de vista, característicos: superior, inferior y lateral. En este género, tanto en la vista superior, con aspecto "petaloide" como en la inferior, puede apreciarse la característica figura en forma de estrella de cinco puntas.  
Imagen: niebla rural 

Tras la muerte de los erizos de mar, las numerosas espinas (radiolas) defensivas que, en vida, recubrían, externamente, el cuerpo del animal, al descomponerse los tejidos blandos que las sujetaban, se van desprendiendo y las corrientes las van alejando y dispersando por los alrdedores, de tal manera que el conjunto esquelético interno, o caparazón, formado por una multitid de placas calcáreas y el conjunto de espinas protectoras, se separan uno del otro y alejan, habitualmente se encuentran los caparazes  completamente desprovisto de espinas, mientras que éstas se suelen hallar, bastante alejadas y dispersas, por los alrededores y sólo de forma muy rara y excepcional se conservan adheridas al caparazón original.


El cuerpo y el esqueleto del erizo, como el de todos los equinodermos, tienen una simetría pentámera, es decir según cinco planos de simetría, esto determina que en la parte superior del caparazón del erizo de mar, se puedan distinguir cinco espacios "compactos", más o menos separados, por cinco zonas con líneas de pequeños orificios que constituyen los llamados "surcos ambulacrales". El resultado de esta distribución de zonas, es que se puede observar, claramente, la figura de una estrella de cinco puntas, sobre el dorso de todos los erizos de mar, tanto en los de contorno redondo (erizos regulares) como en los de contorno acorazonado (erizos irregulares).

Molde interno, siliceo, de un caparazón del erizo marino Galerites vulgaris, del Maastrichtiense (Cretácico superior), visto según tres puntos de vista, característicos: superior, inferior y lateral. En este género, tanto en la vista superior como en la inferior, puede apreciarse la característica figura en forma de estrella de cinco puntas, pentagrama, pentalfa... o Drudenfuss, hecho que facilitaría su relación con el mundo de la magia.
Imagen: 
seeigel-fossilien



En la Edad del Bronce, ya se utilizaban erizos fósiles, con forma acorazonada como ofrenda funeraria que acompañaba a los difuntos en sus tumbas, por lo que debemos suponer que se les atribuía alguna función mágica, protectora, sobre el alma del difunto, posiblemente, facilitándole en el tránsito seguro y tranquilo hasta el "otro mundo".


Grabado de la época victoriana representando el hallazgo arqueológico y paleontológico, realizado por Worthington George Smith, en 1887. Al excavar un enterramiento prehistórico de la primera Edad del Bronce, en Dunstable Downs (Gran Bretaña), 
Smith se encontró los esqueletos de una mujer y de un niño pequeño que aparecían rodeados, ritualmente, por cerca de 200 fósiles de erizos de mar, la mayoría de ellos eran del género Micraster sp., y unos pocos del género Echinocorys sp., ambos tipos de equinoideos son del Cretácico. Se supone que tal acumulación extraordinaria de erizos fósiles debía tener alguna finalidad mágico-protectora de los difuntos
Imagen: the modern antiquarian  

En tiempos antiguos y medievales, diferentes géneros de erizos fósiles, fueron utilizados como amuletos con diversos nombres. Pues en general y
debido a la marca estrellada característica que lucían sobre su dorso, la cual era considerada como una figura de pentalfa esculpida naturalmente, se les consideró como objetos mágicos capaces de alejar la mala suerte

"Hexen" (brujas) grabado en boj de
1508, realizado por Hans Baldung Grien, en el que se ha representado un conciliabulo de brujas, "manos a la obra" realizando diversos tipos de rituales maléficos, orientados a causar diversos tipos de alteraciones climáticas y meteorológicas, perjudiciales para la economía, así como a ocasionar otros diferentes tipos de desgracias humanas.
Imagen: 
Hexen


Desde la antigüedad hasta tiempos relativamente modernos, la gente creía que las enfermedades, los accidentes y la mala suerte, en general, eran causados por las malas influencias procedentes de los malos espíritus que se podían haber introducido en sus casas, sus establos, en sus cuerpos en el de sus animales domésticos. Para defenderse de este tipo de invisibles invasores malignos, era una costumbre muy extendida el usar diversos tipos de objetos y símbolos mágicos y religiosos, con los que intentaban protegerse contra las diversas fechorías causadas por brujas, diablos, duendes, drudens, elfos, fantasmas, hechiceras y otros malos espíritus que se suponía que pululaban por todas partes, al acecho de víctimas humanas o animales, a las que causar daño.

Por ejemplo, en la región alemana de Pomerania, hasta principios del siglo XX, se acostumbraba a colocar ejemplares de erizos de mar fosilizados, en el interior de los establos y dentro de las colmenas, con el fin de proteger a los animales domésticos, allí hospedados, de contraer ciertas enfermedades, supuestamente, ocasionadas por vecinos envidiosos que recurrían al uso de las "malas artes" (brujería).


Exposición de viejas colmenas alemanas antiguas, realizadas  mediante técnicas de cestería, cordelería y 
entretejiendo  diversos materiales fibrosos vegetales . 
Imagen, fotografía original de Rüdiger Dicke

Se ha podido comprobar que antiguamente,
en bastantes ocasiones, a los fósiles de erizos de mar usados como amuletos protectores que, si por diversas causas no mostraban la típica figura del pentagrama de una forma suficientemente clara, se les había tallado, artificialmente, el símbolo mágico y protector de la pentalfa. Suponemos que esta manipulación se hacía con la finalidad de dotar a estas piedras defensivas de toda la fuerza mágica, necesaria para ejercer su función protectora con total efectividad.

En ciertas partes de Alemania, antiguamente,
también se había creído que las valvas de las “ostras de cresta de gallo” (Lopha cristagalli) que aparecían incrustadas en la superficie de las rocas, eran las huellas dejadas por las pisadas de algún Druden que había pasado por encima de ellas.
Según Thenius & Vávra (1996), Las ostras de cresta de gallo (Hahnenkamm) u ostras de dientess (Zahnauster) Lopha marshi (= Alectryonia crista-galli), del Dogger (Jurásico Medio) en
la aldea de Wissgoldingen, núcleo agregada al municipio de Waldstetten (Württemberg), en el Estado federal de Baden-Württemberg, eran conocidas como "Truttenstein", es decir, “piedra de Truten” (sinónimo de Druden o Dryden)

Aspecto de una concha de
Lopha cristagalli, arriba derecha, vista lateralmente, donde se aprecia la típica forma, en "zig-zag" o "dientes de sierra", de su comisura; debajo izquierda, en vista superior, donde se puede apreciar la típica forma de pie de ave palmípeda.
Imagen: 
muszle


Esta antigua creencia popular, tan particular, sobre la forma de los pies de las Druden, nuevamente, nos remite a otra creencia más general, según la cual los malos espíritus, podían adquirir aspecto humano imperfecto, porque la forma de sus pies no podía cambiar su aspecto animalesco. Los pies bestiales de los malos espíritus, incluían desde las pezuñas bovinas, caprinas o equinas hasta las zarpas de ave o de reptil, etc., por esta razón, cuando se infiltraban entre los humanos y no querían ser reconocidos, se esforzaban en ocultar sus extraños pies bajo largos ropajes para que no pudieran ser vistos y reconocidos por ellos.


domingo, 6 de noviembre de 2011

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (6) (Schlangeneier und Drachenzungen)

Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 6ª parte)

Autor del texto original, en alemán, Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria).Traducción y adaptación al español, del texto original alemán, realizada por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, Universitat de Lleida.
Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (1)


Introducción


A continuación trataremos sobre los supuestos efectos virtuosos que fueron otorgados, a algunos fósiles en los tiempos antiguos, desde la época medieval (s. X) hasta los inicios de la época moderna (s. XVII). Los ejemplos expuestos se limitan, única y exclusivamente, a ciertas zonas de Europa Central, las tradiciones populares, del mismo tipo, que son propias de otras zonas geográficas más alejadas, no han sido consideradas en este trabajo.

A menudo, los historiadores de la medicina y de la farmacia, han subestimado la posibilidad de que, en siglos pasados, los fósiles que eran encontrados en la naturaleza, pudieran haber sido usados con finalidades preventivas, como “piedras defensivas ” u objetos mágicos de protección de la salud (amuletos) o que hubieran podido ser usados con finalidades terapéuticas, como “piedras curativas” o remedios específicos de sanación.

Como, antiguamente, no era conocido el verdadero origen orgánico de los fósiles, ni hubieran podio comprenderse los complejos procesos de fosilización que los habían originado, la mentalidad popular dedujo su probable origen, a partir de la forma exterior o/y de alguna otra característica externa como la presencia de ciertas marcas, de esta manera unos tipos se relacionaron con los influjos petrificantes procedentes de ciertos astros, otros con piedras meteóricas y otros se asociaron con "petrificaciones" legendarias de determinadas partes de animales, de vegetales, de humanos, de monstruos o de objetos artificiales diversos.
La forma exterior característica de ciertos tipos de "piedras figuradas" y "petrefactos" (fósiles), también servía para determinar las posibles virtudes que poseían y, por tanto, los previsibles usos protectores o tereapéuticos que deberían dárseles, todo esto estaba relacionado con el viejo principio de la antigua “medicina simpática”: “Similia similibus curantur”, es decir, la materia medicinal de procedencia mineral, vegetal o animal, servirá para curar aquellos órganos o dolencias, cuyo aspecto resulte semejante al de la "piedra", de tal manera que, generalmente ¡las semejanzas en la forma, textura y/o color, o algunas creencias supersticiosas, determinaban la aplicación específica para cada tipo de fósil!


Las "Lochsteine" (
“Piedras agujereadas”) o "Drudensteine" (“piedras de las Druden")

En la región montañosas de Salzburgo, antiguamente, a las piedras agujereadas por procesos naturales, se las llamaba genéricamente “Lochsteine”, pero también se las conocía, en relación con su uso supersticioso, como “Drudensteine”, es decir “piedras de los Druden" unos espíritus femeninos nocturnos, malignos”.
Esta denominación incluía rocas de muy diferente naturaleza, en cuanto a composición mineralógica y origen geológico, el único requisito 
imprescindible para recibir tal nombre, era la presencia de un agujero que se hubiese formado de forma completamente natural.
A pesar de este requisito, en esta categoría, también se incluyeron las hachas prehistóricas, de piedra tallada que, a veces, habían sido perforadas artificialmente, pero antiguamente se creyó que eran los “martillos de Donar” (Donnerstein), lanzados desde las nubes tempestuosas, por el dios germánico del trueno, es decir se las creía auténticas “piedras de rayo”.

Un canto rodado, con su agujero natural, hallado casualmente, ya podía ser usado como piedra protectora durante el sueño.
Imagen:
http://www.fotothing.com/PaganGirl/photo/5cea8216394aef4207536c90b02b4cba/


Antiguamente, las “Lochsteine” se utilizaron, por toda la zona alpina germanófona, como “Drudensteine”, un tipo de amuleto, para protegerse de cualquier malestar o accidente nocturno, ocurrido en el dormitorio, que siempre se suponía que había sido causado por intervención de las "Druden" un tipo de malos espíritus femeninos, típicos de las regiones alpinas de cultura germánica, que actuaban de noche causando enfermedades, pesadillas horribles e incluso asfíxias mortales y que, según los distintos lugares, se asimilaban con brujas, elfas maléficas, espectros o fantasmas, duendes o demonios, de sexo femenino.
El uso de piedras agujereadas como amuleto repelente de los Druden, derivaba de la creencia de que este tipo de malos espíritus nocturnos, para entrar en un dormitorio o en otras estancias, siempre con la intención de causar mal a los humanos o a los animales domésticos que se hallaban guarecidos en ellas, nunca utilizaban las puertas o ventanas, aunque estuvieran abiertas, pues sentían una atracción irrefrenable a penetrar, a través de los pequeños agujeros existentes, tales como los "ojos" de las cerraduras de puertas, los agujeros o las pequeñas grietas de las paredes. Aprovechándose de esta conducta de los Druden, se creía que se les podía atraer, someter y repeler, por medio de falsos agujeros, consistentes en “Lochsteine” o “Drudensteine”, dispuestas estratégicamente, muy cerca del lecho, para distraer su atención de los durmientes humanos a los que pretendían atormentar, enfermar o matar.

Hasta principios del siglo XX se creía que las “Drudensteine” atraían a los Druden hacia su agujero, obligandolos a atravesarla, de forma irrefrenable y compulsiva, una y otra vez, sin poder parar, hasta el agotamiento o hasta la salida del sol, obligando al Druden a huir, de manera que el humano quedaba a salvo de sus malas o motíferas intenciones.
Pintura del artista suizo Johann Heinrich Füssli titulada "Der Nachtmahr" (La pesadilla) en la que se representa, gráficamente, la creencia popular sobre la supuesta acción de un espíritu maligno, perturbando el sueño nocturno de una mujer durmiente.
Imagen:
http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Heinrich_F%C3%BCssli


Se creía que una “Lochstein” o “Drudenstein”, colgadas por encima de la cabecera de la cama, eran una protección infalible, para no padecer de muerte súbita por asfíxia, ni terrores nocturnos o horribles pesadillas, pues los malos espíritus que se suponía que eran sus causantes quedaban anulados, seducidos por el agujero de la piedra y se olvidaban del humano. En aquella época se creía que todos los graves trastornos del sueño, antes mencionados, eran causados porque los Druden se sentaban encima del pecho del durmiente, dificultándole la respiración, impidiéndole el descaso, provocándoles horribles i angustiantes pesadillas e incluso contándoles completamente el aliento y causándoles la muerte por asfíxia.

También se llego a creer que la inflamación del borde del párpado (orzuelo) se podía curar, por medio del simple hecho de mirar, con el ojo afectado, a través del agujero de una de esas piedras perforadas, supuestamente prodigiosas. Quizá porque se creía que el orzuelo era un tipo de dolencia inflingida por los Druden, y de la misma manera que a ellos se les podía atraer hacia el orificio de la piedra, tambén se podría atraer el mal provocado por ellos que inflamaba el párpado. De manera que éste fue otro uso curativo, muy común en la zona alpina, que también se dio a las piedras llamadas “Lochsteine” o “Drudensteine”.
Aspecto de un ojo afectado por un Orzuelo interno (Chalazión), en estadio inicial, en el párpado izquierdo.
Imagen http://es.wikipedia.org/wiki/Orzuelo

La minoría de eslovenos que vivían en la región austriaca de Carintia, llamaban de forma distinta a estas piedras agujereadas, denominándolas "Schlangenstein", es decir, “piedra de serpientes”, desconocemos en qué característica o creencia, se fundamentaban los eslovenos carintios para darles este nombre, pero en otras regiones de cultura germánica, esta misma denominación, se les daba a los amonites, por su parecido con una serpiente petrificada, enrollada sobre si misma.

En las poblaciones alpinas, también se creía que la leche que se había vertido, haciéndola pasar a través del agujero de una de estas piedras, adquiría virtudes curativas y se convertía en un buen remedio para tratar las “convulsiones infantiles", un término genérico usado para denominar una gran diversidad de dolencias neurológicas infantiles, caracterizadas por la inesperada aparición de episodios de contracciones musculares, involuntarias, muy violentas y de duración muy variable. Una de estas enfermedades es la epilepsia infantil. 


Aspecto de un niño afectado de convulsiones, en este caso en dos de las fases de una crisis epiléptica infantil. 
Imagen: http://laepilepsiablog.blogspot.com/2011_04_01_archive.html


También Johann Conrad Gessner médico, naturalista, bibliógrafo y polígrafo suizo, del siglo XVI, hace alusión en su obra De Omni Rervm Fossilivm Genere (1565), a otro uso mágico o supersticioso, de las piedras agujereadas, en su Suiza natal, donde eran usadas en medicina veterinaria para tratar la mastitis en las vacas lecheras:

"Estas piedras agujereadas son buscadas por mujeres supersticiosas, en los pedregales de los ríos y torrentes , motivadas por la ingenua creencia de que si se hace pasar el primer chorro de leche que brota de las ubres de las vacas que dan leche contaminada con sangre, a través de los agujeros de estas piedras, cuando se las ordeña, luego de hacerlo, se curaran de esta enfermedad." (Gessner, 1565, citado por Lüscher, 1968)
Ubre de vaca con una grave infección, causante de una mastitis aguda, se puede observar el aspecto claramente sanguinolento de la leche que le hace perder todo su valor comercial.http://albeitar.portalveterinaria.com/noticia/4883/

En diversas zonas alpinas, de cultura germanófona, también se colgaron “Lochsteine” o “Drudensteine”, en el interior de los establos, para proteger a las caballerías de accidentes y enfermedades de aparición nocturna, supuestamente causadas por los Druden. Con una finalidad defensiva, semejante, el mismo tipo de piedras, también se colgaban en el interior de los gallineros, en la creencia que tenían capacidad mágica para proteger de enfermedades a gallinas, gallos y pollos. Pero en esta forma de uso particular, a las piedras agujereadas no se les llamaba Drudenstein sino que se las denominaba «Hühnergötter», es decir "dioses (protectores) de las gallinas", nombre popular que indicaría, como en los demás casos anteriores, un antiguo origen litolátrico y pagano, para estas costumbres rurales alpinas, muy anteriores a la tardía cristianización de los territorios montañosos.
Lámina antigua, mostrando diversas razas o variedades de gallinas y gallos. Antiguamente, las aves de corral constituían un importante patrimonio como fuente de carne y huevos que había que protegerhttp://www.retrobibliothek.de/retrobib/seite.html?id=108314


El origen orgánico del agujero, en muchas de las piedras de este tipo, es la razón que nos ha llevado a incluir las "piedras agujereadas", entre aquellos fósiles que fueron usados como amuletos y como remedios curativos, aunque en el momento de su uso ya no contengan el fósil que les dio origen.


Cuando las piedras agujereadas son de naturaleza calcárea (areniscas y calizas), con bastante frecuencia, el responsable del agujero, ha sido un ser vivo, ya sea por excavación de su madriguera o por deposición de sus restos.
En algunos casos el agujero se debe a que, hace millones de años, un pequeño crustáceo excavó una galería en el blando sustrato, arena o lodo calizo, del fondo del mar que, entonces, existía en esta zona, para construirse una madriguera en donde refugiarse. Más tarde, la galería se habría rellenado con un material margoso, mucho menos consistente que el resto. Este material de relleno, al ser menos resistente a la erosión y la meteorización, habría sido la víctima perfecta, para la destrucción causada por la intemperie, por lo que el antiguo conducto, excavado hace millones de años, por un crustáceo
, aparece ahora como un agujero, en algunos fragmentos de piedra caliza o arenisca.
En otras ocasiones, cuando la roca era un a caliza de crinoideos, el orifico existente, puede corresponder, al vacío dejado por la parte del tallo de crinoide que se desprendió de la matriz y algo parecido puede pasar cuando los fragmentos desprendidos corresponden a secciones del rostro de belemnites.