El Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria), es el autor del texto original, en alemán.
La traducción y adaptación del texto original alemán al español, ha sido realizada por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, profesor del Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, de la Universitat de Lleida. Así mismo es responsable de la selección de las figuras y autor de los comentarios que las explican.
Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (2)
La estrella de cinco puntas o "pentáculo", es una marca mágica que reproduce la forma del “pie de las Druden” (Der Drudenfuß)
Antiguamente se creyó que los pies de ave era una de las diversas formas "bestiales" que con más frecuencia podían adoptar los pies de las Druden. Este tipo de seres míticos nocturnos, horribles y perversos, con aspecto humano, generalmente femenino tenían los pies o las piernas como las de ciertas clases de animales, al igual que también sucedía con los pies o las piernas de otros seres infernales como el Diablo y los demonios.
Se creía que las "druden" eran las causantes de las peores pesadillas nocturnas, causando asfixia, angustia e incluso la muerte entre los durmientes. Por este motivo eran muy temidas por la población que procuró mantenerlas alejadas de las casas y de los dormitorios mediante diferentes sistemas mágicos o mágico-religiosos. Uno de los amuletos utilizados más populares fue la familiar figura simbólica con aspecto de estrella de cinco puntas, llamada pentalfa o pentáculo, porque según la opinión de algunas personas "expertas" en el asunto era una forma que recordaba, la marca dejada por el pie de un ave... y por las que dejaban las "druden" después de que visitaban alguna casa.
El pentáculo o pentalfa estuvieron relacionados con la magia desde muy antiguo, siendo conocido con otros nombres como el de pentagrama, pentángulo y también con el de estrella pitagórica y estrella de los magos.
Su antigua relación con la magia determinó que esta figura estrellada resultara un símbolo de origen maligno o diabólico para los cristianos, motivo por el que también se le llamó estrella del diablo y estrella de las brujas.
En las zonas alpinas de cultura germana, también recibió nombres alemanes tales como "Alfenfuß" ("pie de los elfos"), "Hexenfuß" ("pie de las brujas") y, mucho más generalmente, "Drudenfuß" ("pie de las Druden").
El símbolo de protección mágica del "Drudenfuss", aparece situado en el punto clave del dintel de una casa alemana, construida en 1639. En el distrito rural de Ahrweiler, al norte del Estado federal de Renania-Palatinado.
Imagen: http://de.wikipedia.org/wiki/Datei:Drudenfuss.jpg
Antiguamente, se creía "a pies juntillas" que si esta figura mágica aparecía tallada, esculpida, incrustada o pintada en el umbral, el dintel, el picaporte, la hoja de una puerta o el cabezal de una cuna o de una cama, sus ocupantes estarían a salvo de estos espíritus malignos. Se creía que gracias a su poder mágico se creaba una barrera invisible que impediría que nunca, ningún espíritu maligno pudiera atravesar esa entrada y penetrar en ese recinto para causar mal a su habitantes. Parece ser que la creencia supersticiosa, sobre el potente efecto defensivo que se desprendía de este signo mágico, contra las amenazas de los malos espíritus y contra las desgracias que podían ocasionar, proviene de creencias ancestrales aún más antiguas que hunden sus raíces en la prehistoria, persisten en la Edad Antigua, se mantienen durante la Edad Media, alcanzando la Edad Moderna, manteniéndose sólidamente instaladas en la mentalidad de una gran parte de la población europea, especialmente en las zonas más atrasadas, aisladas y conservadoras.
El uso de este símbolo geométrico de supuestos efectos mágicos protectores, de inspiración astral o celestial, con la finalidad de mantener alejados a toda índole de malos espíritus de del interior de la vivienda y de sus ocupantes, todavía se mantenía ampliamente extendido por casi toda Europa en el siglo XVIII. Su protagonismo en ciertas prácticas y creencias supersticiosas de la sociedad europea de aquella época estaba bien presente y se mantenía vigorosamente vigente.
El mencionado uso supersticioso, aparece recogido por Goethe y expuesto en el texto de su obra "Fausto" en un diálogo entre Fausto, el protagonista, y Mefistófeles, el Diablo.
Grabado del ilustrador alemán Ernst Moritz Retzsch, representando con todo lujo de detalles, una escena en el obrador alquímico de Johan Fausto, mientras está siendo aconsejado por Mefistófeles, el diablo .
Este dibujo, realizado en 1836, representa una situación correspondiente a la segunda parte de la tragedia romántica escrita por Johann Wolfgang von Goethe que fue publicada, por primera vez, en 1808, bastantes años más tarde de haber sido escrita.
Imagen: Ernst Moritz_Retzsch 1836
La referencia al efecto defensivo del "Drudenfuss", como barrera protectora, contra la penetración de los malos espíritus en el interior de las casas, se puede leer de una manera muy clara, en algunos versos de la primera parte de esta gran obra dramática:
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MEFISTÓFELES:
Ciertamente ya nos detendremos más en ello los próximos encuentros. ¿Puedo ahora retirarme? FAUSTO: No sé porqué lo preguntas. Esta vez he aprendido a conocerte; ven a visitarme según te plazca. Ahí tienes la ventana, ahí está la puerta; seguramente, también puedes usar el cañón de la chimenea. MEFISTÓFELES: Lo confieso con humildad. Un pequeño obstáculo me impide salir: esa "pisada de Druden" que está grabada en el umbral de la puerta de su casa. FAUSTO: ¿El pentagrama te atemoriza? Ea, dime, hijo del infierno, si eso te detiene, ahora ¿cómo entraste, pues? ¿Cómo es que se dejó engañar un espíritu tan astuto como tú? MEFISTÓFELES: Míralo bien; no está trazado de la manera debida. Uno de los ángulos, el que mira hacia fuera, está, como ves, un poco abierto. FAUSTO: En ello anduvo muy acertada la casualidad. Según eso, ahora ¿tú serías mi prisionero? La cosa ha salido bien por azar. MEFISTÓFELES: El perro de aguas que yo era antes, nada advirtió cuando entró de un salto. Pero vista desde dentro, la marca tiene un aspecto diferente: el diablo no puede salir de esta casa. | FAUSTO: Pero ¿porqué no sales por la ventana? MEFISTÓFELES: Es una ley para diablos y espectros, que les obliga a que por donde entraron, por allí mismo, deben salir. Lo primero es libre para nosotros; de lo segundo somos esclavos. FAUSTO: ¿Así que el infierno también tiene sus leyes? Me gusta eso. ¿Podría cerrar un pacto fiable con vos, señor? MEFISTÓFELES: De lo que se te prometa, gozarás plenamente, nada se te hurtará. Pero eso no es para pactarlo en breves palabras, de ello hablaremos más adelante. Ahora te ruego, con empeño, con el mayor empeño, que por esta vez, me des tu permiso para poder salir de esta casa. FAUSTO: Quédate siquiera un instante más, sólo para contarme alguna bella historia. MEFISTÓFELES: Ahora, por favor, déjame libre. Debo partir pero pronto volveré, y entonces podrás preguntarme a discreción, sobre lo que quieras. FAUSTO: Yo no te armé lazo alguno, antes, tú mismo te metiste en la red. Quien coja al diablo, téngalo bien sujeto; pues no le será tan fácil atraparlo por segunda vez. |
Un poco de historia sobre estas creencias supersticiosas
El pentáculo ha sido considerado de forma, casi universal, como un signo benéfico y protector que, en la prehistoria, estuvo asociado a la protección ofrecida por la Diosa Madre, a sus devotos humanos. Algunos milenios más tarde, en Grecia y Roma, se asoció el símbolo del pentáculo con las divinidades patrocinadoras de la salud y de la medicina humana: Asclepios en Grecia y Esculapio en Roma. Se creyó que su uso otorgaba la protección mágica divina, con unos supuestos efectos benéficos sobre la salud humana, gracias a la intervención protectora de la divinidad.
Después de la cristianización del imperio romano, el pentáculo siguió asociado a la protección milagrosa de la salud humana, pero ahora por la intervención divina del Dios de los cristianos. A pesar de su asimilación cultural y de nueva función social "moderna", vinculada con Jesucristo, la divinidad del poder dominante, resultó que en las zonas rurales ("pagus", lat= zona rural ---> "paganus" = campesino) nada, poco o/y mal cristianizadas, continuó conservándose la asociación del pentáculo con las antiguas divinidades paganas primitivas. Por este motivo los clérigos cristianos, en ciertas ocasiones, asociaron el símbolo estrellado con la magia blanca y con los magos y en otras, con la magia negra, las brujas, el diablo y los rituales satánicos. Con el paso del tiempo y la evolución del pensamiento eclesiástico, la visión negativa y la asociación infernal del signo mágico ancestral, acabó imponiéndose y haciéndose mayoritaria, por lo que en la mentalidad popular, la asociación maléfica se impondría y perduraría, con más fuerza que su primitiva vinculación positiva y religiosa con Jesucristo y con el cristianismo primitivo.
Gran Pentalfa o "Drudenfuss", en un entorno religioso cristiano, nada sospechoso de estar relacionado con el satanismo o la brujería, pues el símbolo protector, resulta bien visible, al estar elevado, ser de grandes dimensiones y estar situado en el centro de un ventanal, de la fachada norte, de la Catedral de Notre-Dame, en Amiens (Francia)
Imagen: DRUDENFUSS GEROME TAILLANDIER RUE JEAN GOUTHIERESi se quieren conocer otros varios ejemplos, de usos cristianos del Pentángulo, Pentalfa o "Drudenfuss", véase la interesante colección fotográfica de Gérôme Taillandier presionando aquí
Este grabado antiguo representa el primer anillo-amuleto, descubierto en unas excavaciones, portando una estrella de cinco puntas grabada sobre la piedra ornamental, engastada. Tiene su origen en Crotona, en Italia, elaborado alrededor del año 525 antes de Cristo. Esta imagen fue tomada del libro Imagini Degli Dei Antichi, escrito por V. Catari y publicado en 1647.
Dentro del aro del anillo se han representado las letras de la palabra magica: YGEIA (latinización de la forma griega estándar υγιεια, es decir, " salud") grabadas dentro de los cinco triángulos determinados por las cinco puntas de la estrella, mientras que las letras de la traducción latina SALUS, aparecen grabadas, en los cinco angulos externos. Este tipo de anillos protectores, muy populares entre los romanos, se creía que podía defender a su portador contra todo tipo de enfermedades y accidentes.
Imagen: hand-of-mysteries
"Dado que el nombre de Jesús tiene cinco letras, los creyentes en la mágia numerológica, entre los primitivos cristianos, creyeron reconocer el poder de Dios en la estrella de cinco puntas y la usaron como un amuleto protector, contra las aseñanzas del diablo y contra todo tipo de males.
Obsérvese la mano derecha, de la figura de Jesús, por la posición de los "cinco dedo" se puede apreciar que sestá en posición de bendecir, o sea, de proyectar protección y buena suerte sobre los presentes que están ante él, esa posición de la mano se conoce como 'mano de Dios." Por si todo esto no fuera suficiente, véase que detrás de él hay una gran estrella de cinco puntas.
Imagen: little guy in the eye
Entre los primitivos cristianos occidentales, se asoció el pentagrama con Jesucristo y su poder milagroso, motivo por el que se le atribuyó a este signo capacidad milagrosa. Se creía que su presencia era suficiente para anular todo tipo de hechizos malignos o para neutralizar los efectos perjudiciales derivados de los conjuros malintencionados, lanzados por hechiceras y brujas.
Como se creyó que este símbolo poseía un gran poder para repeler y alejar a todo tipo de malos espíritus, causantes de desgracias de aquellos lugares donde estuviera expuesto. Por este motivo se le usó para marcar y defender el lugar y a sus ocupantes, contra cualquier tipo de accidentes y enfermedades que supuestamente pudieran ser causadas por la excesiva proximidad de los malos espíritus. También se hicieron amuletos portátiles, inscribiendo el signo en medallas y anillos, para que la persona portadora estuviera protegida en cualquier lugar al que se desplazase, contra la mala suerte y los malos influjos causados por los espíritus malignos.
En el siglo XIV, el pentagrama se utilizaba comúnmente como un símbolo cristiano para proteger la funcionalidad y agudeza de los cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), y si las letras S, A, L, V, S ( salud en latín) estaban inscritas en los cinco vértices, entonces era considerado como protector de la salud corporal, en general. En este grabado, del siglo XIV, la figura humana representada es, inconfundiblemente, la de Jesucristo y los cinco vértices de la pentalfa señalan las cinco heridas causadas por la crucifixión
Imagen: Christian_symbol_for_the_five_senses
Símbolos mágicos en la naturaleza
Casualmente, se puede llegar a descubrir que la antigua figura mágica de forma estrellada, también, se la puede encontrar, "grabada" por la naturaleza, en algunos pocos y extraños objetos naturales que pueden encontrarse, accidentalmente, en plena naturaleza. Este es el caso de los delicados caparazones de los erizos de mar, contemporáneos, que en algunas lugares y ocasiones el oleaje del mar arroja a las playas. También se puede descubrir una pentalfa natural, en los pétreos caparazones y moldes internos de los erizos de mar fósiles que se pueden encontrar en ciertos tipos de terrenos, ya sea incrustados en las rocas o sueltos sobre la superficie, al haberse desprendidos de ciertos estratos rocosos, disgregados por los agentes erosivos, constituidos por materiales sedimentarios marinos, generalmente, poco coherentes como pueden ser los de naturaleza margosa o areniscosa.
Imagen: Imagens for kids
Debemos suponer que la idea sobre una naturaleza mágica y prodigiosa del símbolo en forma de estrella de cinco puntas, casi con toda seguridad, debe proceder de la interpretación mágica que, en tiempos prehistóricos, debió hacer la gente de aquella época de los erizos de mar fósiles. Imbuidos de una mentalidad primitiva, una cosmovisión mágica y creencias animistas, atribuirían a este tipo de extrañas piedras, en forma de huevo mítico, una formación por causas sobrenaturales o un origen divino y, quizás, una procedencia celestial. Por tanto, este tipo de objetos tan raros, estarían impregnados de virtudes extraordinarias, de las cuales podrían beneficiarse los humanos que supiran como apropiarse de ellas.... Este tipo de interpretaciones sobrenaturalistas y mágicas se repiten con otros diversos tipos de fósiles, en diversas culturas, lugares geográficos y periodos históricos (Cosa que se puede comprobar, incluso en la actualidad, visitando la sección de "piedras, cristales, minerales y fósiles" de tiendas virtuales esotéricas o de grupos neopaganos, Wicca, New Age, etc.).
Caparazón del erizo fósil del género Clypeaster sp., del Mioceno superior, visto según tres puntos de vista, característicos: superior, inferior y lateral. En este género, tanto en la vista superior, con aspecto "petaloide" como en la inferior, puede apreciarse la característica figura en forma de estrella de cinco puntas.
Imagen: niebla rural
Tras la muerte de los erizos de mar, las numerosas espinas (radiolas) defensivas que, en vida, recubrían, externamente, el cuerpo del animal, al descomponerse los tejidos blandos que las sujetaban, se van desprendiendo y las corrientes las van alejando y dispersando por los alrdedores, de tal manera que el conjunto esquelético interno, o caparazón, formado por una multitid de placas calcáreas y el conjunto de espinas protectoras, se separan uno del otro y alejan, habitualmente se encuentran los caparazes completamente desprovisto de espinas, mientras que éstas se suelen hallar, bastante alejadas y dispersas, por los alrededores y sólo de forma muy rara y excepcional se conservan adheridas al caparazón original.
El cuerpo y el esqueleto del erizo, como el de todos los equinodermos, tienen una simetría pentámera, es decir según cinco planos de simetría, esto determina que en la parte superior del caparazón del erizo de mar, se puedan distinguir cinco espacios "compactos", más o menos separados, por cinco zonas con líneas de pequeños orificios que constituyen los llamados "surcos ambulacrales". El resultado de esta distribución de zonas, es que se puede observar, claramente, la figura de una estrella de cinco puntas, sobre el dorso de todos los erizos de mar, tanto en los de contorno redondo (erizos regulares) como en los de contorno acorazonado (erizos irregulares).
Molde interno, siliceo, de un caparazón del erizo marino Galerites vulgaris, del Maastrichtiense (Cretácico superior), visto según tres puntos de vista, característicos: superior, inferior y lateral. En este género, tanto en la vista superior como en la inferior, puede apreciarse la característica figura en forma de estrella de cinco puntas, pentagrama, pentalfa... o Drudenfuss, hecho que facilitaría su relación con el mundo de la magia.
Imagen: seeigel-fossilien
En la Edad del Bronce, ya se utilizaban erizos fósiles, con forma acorazonada como ofrenda funeraria que acompañaba a los difuntos en sus tumbas, por lo que debemos suponer que se les atribuía alguna función mágica, protectora, sobre el alma del difunto, posiblemente, facilitándole en el tránsito seguro y tranquilo hasta el "otro mundo".
Grabado de la época victoriana representando el hallazgo arqueológico y paleontológico, realizado por Worthington George Smith, en 1887. Al excavar un enterramiento prehistórico de la primera Edad del Bronce, en Dunstable Downs (Gran Bretaña), Smith se encontró los esqueletos de una mujer y de un niño pequeño que aparecían rodeados, ritualmente, por cerca de 200 fósiles de erizos de mar, la mayoría de ellos eran del género Micraster sp., y unos pocos del género Echinocorys sp., ambos tipos de equinoideos son del Cretácico. Se supone que tal acumulación extraordinaria de erizos fósiles debía tener alguna finalidad mágico-protectora de los difuntos
Imagen: the modern antiquarian
En tiempos antiguos y medievales, diferentes géneros de erizos fósiles, fueron utilizados como amuletos con diversos nombres. Pues en general y debido a la marca estrellada característica que lucían sobre su dorso, la cual era considerada como una figura de pentalfa esculpida naturalmente, se les consideró como objetos mágicos capaces de alejar la mala suerte.
"Hexen" (brujas) grabado en boj de 1508, realizado por Hans Baldung Grien, en el que se ha representado un conciliabulo de brujas, "manos a la obra" realizando diversos tipos de rituales maléficos, orientados a causar diversos tipos de alteraciones climáticas y meteorológicas, perjudiciales para la economía, así como a ocasionar otros diferentes tipos de desgracias humanas.
Imagen: Hexen
Desde la antigüedad hasta tiempos relativamente modernos, la gente creía que las enfermedades, los accidentes y la mala suerte, en general, eran causados por las malas influencias procedentes de los malos espíritus que se podían haber introducido en sus casas, sus establos, en sus cuerpos en el de sus animales domésticos. Para defenderse de este tipo de invisibles invasores malignos, era una costumbre muy extendida el usar diversos tipos de objetos y símbolos mágicos y religiosos, con los que intentaban protegerse contra las diversas fechorías causadas por brujas, diablos, duendes, drudens, elfos, fantasmas, hechiceras y otros malos espíritus que se suponía que pululaban por todas partes, al acecho de víctimas humanas o animales, a las que causar daño.
Por ejemplo, en la región alemana de Pomerania, hasta principios del siglo XX, se acostumbraba a colocar ejemplares de erizos de mar fosilizados, en el interior de los establos y dentro de las colmenas, con el fin de proteger a los animales domésticos, allí hospedados, de contraer ciertas enfermedades, supuestamente, ocasionadas por vecinos envidiosos que recurrían al uso de las "malas artes" (brujería).
Exposición de viejas colmenas alemanas antiguas, realizadas mediante técnicas de cestería, cordelería y entretejiendo diversos materiales fibrosos vegetales .
Imagen, fotografía original de Rüdiger Dicke
Se ha podido comprobar que antiguamente, en bastantes ocasiones, a los fósiles de erizos de mar usados como amuletos protectores que, si por diversas causas no mostraban la típica figura del pentagrama de una forma suficientemente clara, se les había tallado, artificialmente, el símbolo mágico y protector de la pentalfa. Suponemos que esta manipulación se hacía con la finalidad de dotar a estas piedras defensivas de toda la fuerza mágica, necesaria para ejercer su función protectora con total efectividad.
En ciertas partes de Alemania, antiguamente, también se había creído que las valvas de las “ostras de cresta de gallo” (Lopha cristagalli) que aparecían incrustadas en la superficie de las rocas, eran las huellas dejadas por las pisadas de algún Druden que había pasado por encima de ellas.
Según Thenius & Vávra (1996), Las ostras de cresta de gallo (Hahnenkamm) u ostras de dientess (Zahnauster) Lopha marshi (= Alectryonia crista-galli), del Dogger (Jurásico Medio) en la aldea de Wissgoldingen, núcleo agregada al municipio de Waldstetten (Württemberg), en el Estado federal de Baden-Württemberg, eran conocidas como "Truttenstein", es decir, “piedra de Truten” (sinónimo de Druden o Dryden)
Aspecto de una concha de Lopha cristagalli, arriba derecha, vista lateralmente, donde se aprecia la típica forma, en "zig-zag" o "dientes de sierra", de su comisura; debajo izquierda, en vista superior, donde se puede apreciar la típica forma de pie de ave palmípeda.
Imagen: muszle
Esta antigua creencia popular, tan particular, sobre la forma de los pies de las Druden, nuevamente, nos remite a otra creencia más general, según la cual los malos espíritus, podían adquirir aspecto humano imperfecto, porque la forma de sus pies no podía cambiar su aspecto animalesco. Los pies bestiales de los malos espíritus, incluían desde las pezuñas bovinas, caprinas o equinas hasta las zarpas de ave o de reptil, etc., por esta razón, cuando se infiltraban entre los humanos y no querían ser reconocidos, se esforzaban en ocultar sus extraños pies bajo largos ropajes para que no pudieran ser vistos y reconocidos por ellos.