por Heraclio Astudillo-Pombo. Universitat de Lleida
Introducción
El "doodle" del 18 de diciembre de 2020 celebraba 26º aniversario del descubrimiento de la cueva de Chauvet
Se sabe por medio de la datación por radiocarbono que algunos de los extraordinarios dibujos de animales prehistóricos que decoran las paredes de esta cueva se remontan al período de cultura Auriñaciense, hace más de 30.000 años. La conservación excepcional de las pinturas rupestres se debe a un hecho natural accidenta. Hace unos 20.000 años, un gran desprendimiento de rocas de la bóveda selló la entrada de la caverna de Chauvet, y los más de 1.000 dibujos que han sido documentados sobre sus paredes de piedra caliza, permanecieron intactos, conservados durante milenios en su calidad prístina, hasta el momento en que fueron descubiertos, el 18 de diciembre de 1994.
Como se ilustra en el Doodle del 18 de diciembre de 2020, la cueva de Chauvet conserva representaciones gráficas de diferentes animales prehistóricos, en total son unas 14 especies distintas que incluyen desde caballos primitivos y bisontes esteparios hasta leones y osos de las cavernas o de rinocerontes lanudos, ciervos megaloceros y mamuts, todos ellos animales extintos desde hace muchos milenios.
La galería más profunda de la cueva presenta algunas escasas representaciones esquemáticas del cuerpo humano y también en otras paredes se muestran series simbólicas abstractas, de puntos rojos de significado desconocido.
Las imágenes de animales realizadas hace tantos milenios demuestran que sus autores tenían una gran visión artística y una gran capacidad técnica, evidenciadas por su precisión anatómica, la creación de la ilusión de profundidad, volumen y movimiento, el uso magistral de los colores y la hábil combinación de pintura y grabado para representar formas.
Además de las pinturas rupestres, la cueva también alberga algunas huellas de las actividades humanas, en tiempos prehistóricos, realizadas en su interior, mientras la utilizaban como refugio.
El registro fósil de la caverna de Chauvet está constituido por unos 4.000 restos óseo fósiles, de varias clases de animales prehistóricos, pero la absoluta mayoría de ellos corresponden a huesos fósiles e icnitas de osos de las cavernas (Ursus spelaeus).
La UNESCO, en 2014, en reconocimiento a la gran importancia para la historia humana, declaró e inscribió el sitio arqueológico de la Cueva de Chauvet en la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Si los deseas puedes entrar virtualmente en la cueva prehistórica de Chauvet en Francia, y visitar una galería de arte de 36 000 años de antigüedad, por medio de Google Arts & Culture.
Aspecto de un gran mural repleto de figuras de animales, pintadas en negro. Este espacio que es el más emblemático de toda la cueva, se considera el corazón del santuario. Encierra un enorme fresco de unos 15 m de largo que destaca por las representaciones naturalistas de grandes felinos, rinocerontes, bóvidos, y osos de las cavernas.
Comentarios sobre la fauna pintada y la fauna fosilizada de la cueva de Chauvet
La riqueza faunística de la cueva, desde el punto de vista taxonómico, sólo es aparente, ya que parece corresponder a la acumulación de restos, debido a un largo periodo de frecuentación diacrónica de la cavidad, primeramente durante el Pleistoceno Superior (restos mayoritarios) y luego durante el Holoceno (restos muy minoritarios). Además, también hay que diferenciar, entre los diferentes taxones si aparecen a causa de una muerte durante una estancia voluntaria, como pudiera ser el caso de los carnívoros, o si la estancia pudiera ser forzada, como es el caso de los restos de ungulados y de aves, que tal vez pudieron ser presas introducidas por su depredador en su guarida.
En el registro fósil de la cavidad se han identificado (Philippe et Fosse, 2001) restos óseos de al menos:
a- Nueve especies de carnívoros: oso cavernario (Ursus spelaeus), oso pardo (Ursus arctos), leopardo (Panthera pardus), gato montés (Felis silvestris), lobo (Canis lupus), zorro (Vulpes vulpes), marta (Martes martes), garduña (Martes foina) y hiena cavernaria (Crocuta crocuta spelaea).
La gran mayoría de los restos de animales encontrados pertenecen al oso de las cavernas (Ursus spelaeus): más de 3700 restos óseos de un número mínimo de 190 individuos identificados hasta 2001. Se han hallado muchos huesos desunidos, incluso esqueletos enteros desarticulados. Los únicos segmentos esqueléticos articulados que se han encontrado pertenecen exclusivamente a partes de la columna vertebral.
Imagen: Ars and Culture Google
b- Cinco especies de ungulados: uro o bisonte (Bos o Bison), cabra salvaje alpina (Capra ibex), corzo (Capreolus capreolus), ciervo rojo (Cervus elaphus), caballo (Equus caballus).
c- Cinco especies de micromamíferos: tres especies de roedores: ratón de campo (Apodemus silvaticus), lirón careto o común (Eliomys quercinus), topillo nival (Microtus nivalis); dos quirópteros: (Myotis myotis) y un hueso de un quiróptero indeterminado.
d- Cinco especies de aves: águila real (Aquila chrysaetos), chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus), mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus), un túrdido indet. y un pasériforme indeterminado.
e- Una especie de reptil indeterminado, quizás un colúbrido.
Aspecto del perfil de un oso cavernario, pintado en rojo, figura exinte en la "sala del Cactus", así denominada por la presencia de un estalagmita solitaria de forma parecida.
Imagen: Ars and Culture Google
En cuanto a la distribución o concentración de los restos corporales de la diversa fauna en el interior de la caverna:
Es mayor en las zonas cercanas a la entrada primitiva, sobre todo en la zona denominada "l'Eboulis" (El derrumbamiento) y en la parte alta de la "Salle des Bauges" (Sala de los Revolcaderos), mientras que en las zonas más profundas la distribución faunística es casi monoespecífica: osos de las cavernas (Ursus spelaeus). Desde el punto de vista paleozoológico, los restos de oso cavernario constituye el 99,9% de los restos de fauna hallada, tal como cabe esperar de acuerdo con lo que se sabe de los hábitos de hibernación y refugio de los osos cavernarios. El número de cráneos de osos de las cavernas, completos o fragmentados, que habían sido hallados e identificados, hace 20 años (Philippe et Fosse, 2001), en los distintos sectores accesibles de la cueva alcanzaba los 190, es muy posible que en la actualidad se superen, ampliamente, los 200 cráneos.
En el registro paleontológico de la cueva de Chauvet, no están presentes los restos corporales de ninguna de las especies animales que vivieron durante la época “más fría” del Pleistoceno en aquella zona. Muy diferente de lo que sucede con sus numerosas representaciones artísticas parietales. Esas especies son: el reno (Rangifer tarandus, nº=12 cf. Baffier y Feruglio 2001a), buey almizclero (Ovibos moschatus, nº=2, cf. Le Guillou 2001), el rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis, nº=65, cf. Aujoulat y Guerin 2001), el mamut laudo (Mammuthus primigenius) (nº=66, cf. Gely 2001). Lo mismo pasa también con otras especies como son el león de las cavernas (Panthera spelaea) y el ciervo gigante (Megaloceros giganteus), que resultan relativamente abundantes en el bestiario pictórico, constituido por las diversas representaciones gráficas parietales, mientras que hasta la fecha de hoy sus restos paleontológicos nunca han aparecido en el registro fósil de esta caverna.
En el centro de la denominada "sala del Cráneo" hay un bloque de roca caliza, encima del cual está colocado un cráneo de oso de las cavernas que los ocupantes paleolíticos colocaron hace más de 20.000 años. La palidez del cráneo contrasta intensamente con la total oscuridad del espacio que lo acoge. Alrededor de este cráneo se han hallado distribuidos otros 53 cráneos de oso cavernario, cubiertos por una costra de calcita que se creó al anegarse temporalmente esa zona de la cueva. En el suelo no se ha hallado ningún otro tipo de hueso del esqueleto posterior.
Un paisaje muy distinto al de hoy y una fauna muy diferente y diversa
Hace unos 36.000 años, durante el período glaciar, el paisaje de esta zona francesa era muy distinto al actual. Entonces estaba constituido por un mosaico de estepas (un territorio de vegetación herbácea, propio de climas extremos y escasas precipitaciones. También se asocia a un semi-desierto frío) y tundras (Vegetación propia de los climas fríos que comprende musgos, líquenes y algunos árboles enanos). Estas grandes extensiones frías y secas eran favorables a la existencia de grandes rebaños de herbívoros como el reno, el bisonte, el caballo, el íbice o el mamut lanudo. También se encontrarían rinocerontes lanudos y ciervos gigantes, unos grandes ciervos del tamaño del alce actual, con unas enormes astas que podían llegar a los 3,5 metros de envergadura.
Este mismo hábitat también estaba poblado por carnívoros como el zorro común y el polar, el glotón, el lobo, el leopardo, el león, la hiena y el oso de las cavernas. El resto de la fauna estaba compuesto , por roedores, entre los que encontramos la marmota o el lemming, por aves, entre las que distinguimos el búho nival, el urogallo, el lagópodo o la chova piquigualda, sin olvidar los peces, anfibios y reptiles.
Ilustración del paleoilustrador español Mauricio Antón (2008). Paisaje ibérico con la fauna original del norte de España, antes del evento de extinción del Cuaternario. De izquierda a derecha: caballo tarpán, mamut lanudo, león de las cavernas, ciervo común y rinoceronte lanudo. Con condiciones ambientales, paisaje y fauna bastante semejantes a las que se dieron en el sur de Francia.
Hay que subrayar que algunas de las antiguas especies animales adaptadas a las condiciones climáticas, secas y frías, entonces reinantes en aquella zona del sur de Francia, ya hace varios milenios que desaparecieron, debido a los cambios paisajísticos que provocó el progresivo calentamiento climático de Europa. Esas especies extinguidas eran el mamut y el rinoceronte lanudo, el ciervo gigante y el oso, el león y la hiena de las cavernas. Otras especies no se extinguieron sino que se fueron desplazando hacia el norte o las altas montañas, regiones más frías, con unas condiciones ambientales más favorables y unos paisajes mejor adaptados a su modo de vida. Este fue el caso del reno, el buey almizclero, el zorro polar y el glotón que se desplazaron hacia el Gran Norte, donde aún pueden encontrarse.
Fuentes
- Anónimo. Cueva de Chauvet. Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Cueva_de_Chauvet
- Anónimo. El oso de las cavernas, el auténtico inquilino de la cueva de Chauvet. Arts and culture Google. https://artsandculture.google.com/story/owWRJA5ZuHCZJA
- Anónimo. Gruta de Chauvet-Pont d'Arc. https://archeologie.culture.fr/chauvet/es
- Anónimo (2020). 26º aniversario del descubrimiento de la cueva de Chauvet. Google doodles: https://www.google.com/doodles/26th-anniversary-of-the-grotte-chauvet-discovery- Philippe, Michel & Fosse, y Philippe (2003). La faune de la grotte Chauvet (Vallon-Pont-d'Arc, Ardèche): presentation preliminar paléontologique et taphonomique. Paleo. Revue d’archéologie préhistorique, 15. 2003 (pp. 123-140)