Los Bestiarios, libros de zoología fantástica, de la época medieval
Un Bestiario es un compendio de bestias, en forma de volúmen ilustrado que describían diversas especies animales, este tipo de libros fue muy popular durante la Edad Media. Cada una de estas bestias presentadas, aparecía dibujada y solía ir acompañada de su descripción, de sus costumbres y de su distribución geográfica.
Ilustración representando un animal fabuloso la Mantícora, según el Bestiario de Rochester (s. XIII), además de los animales fabulosos, incluye diversas clases de animales, comunes, bastante reconocibles por su aspecto.
Imagen: Wikipedia
Con frecuencia la presentación zoológica concluía con una lección moral, para servir de modelo de virtud o de antimodelo a los cristianos. Por ejemplo, el pelícano, del que se creía que se abría su propio pecho para alimentar con su propia sangre, a sus polluelos, a través de su sacrificio, era una viva representación de Jesucristo. El bestiario, por tanto, es también una referencia al lenguaje simbólico de los animales en la literatura, la moral y el arte cristianos, medieval, de occidente.
Página de la Historiae Animalium, de 1575, compuesta por el médico y naturalista suizo Konrad Gesner.
En la ilustración superior se ha representado una ballena atacando de una nave mercante de la época, medieval-renacentista, durante una travesía atlántica. Debajo, el descuatizamiento del mismo tipo de animal por unos balleneros
Imagen: Gesner bestiary
Con frecuencia la presentación zoológica concluía con una lección moral, para servir de modelo de virtud o de antimodelo a los cristianos. Por ejemplo, el pelícano, del que se creía que se abría su propio pecho para alimentar con su propia sangre, a sus polluelos, a través de su sacrificio, era una viva representación de Jesucristo. El bestiario, por tanto, es también una referencia al lenguaje simbólico de los animales en la literatura, la moral y el arte cristianos, medieval, de occidente.
Página de la Historiae Animalium, de 1575, compuesta por el médico y naturalista suizo Konrad Gesner.
En la ilustración superior se ha representado una ballena atacando de una nave mercante de la época, medieval-renacentista, durante una travesía atlántica. Debajo, el descuatizamiento del mismo tipo de animal por unos balleneros
Imagen: Gesner bestiary
Un gran número de las criaturas legendarias que eran mostradas en los bestiarios, medievales, tenían existencia real, habiendo sido descubiertas por viajeros y exploradores de la antigüedad, en tierras muy lejanas de las suyas y muy poco conocidas en su tiempo, como eran entonces ciertas zonas de África, Asia y Europa.
Otros seres eran totalmente imaginarios, pues fueron imaginados e incorporados a la mitología de los pueblos con los que viajeros occidentales entraron en contacto, los cuales les transfirieron sus fabulaciones.
Tales los relatos, naturalistas como los legendarios, progresivamente, resultaron deformados y recreados, según la imaginación y fantasía de los sucesivos narradores que trataban sobre fauna extrañas. Luego, tales descripciones y creencias se fueron difundiendo y conociendo por todo Oriente y Occidente.
Representación artística, renacentista, de la leyenda de San Jorge y el Dragón, pintura de Rogier van der Weyden, aprox. 1435. El dragón herido, si lo imaginamos desprovisto de sus alas, nos recuerda a una enorme lagartija...
Imagen: Saint George and the Dragon
Algunos casos de fauna fantástica que pueden resultar bastante conocidos a nuestr@s lectores/as, podrían ser el de los dragones, de diversos tipos; el de las grandes serpientes de mar; el de los gigantes humanoides; el del popular unicornio; el del Ave Fénix; el de las sirenas aéreas y marinas; el de las serpientes terrestres de varias cabezas; el de los hombres con una sola pierna, con cabeza de perro o con un solo ojo y, también, el de aquellos con el cuerpo sobre la cabeza (los antípodas), etc.
Algunas de aquellas legendarias bestias monstruosas, se caracterizaban por reunir, a la vez, atributos animales y humanos, mientra que otras, aún, más "monstruosas", reunían características que resultaban de la combinación de dos o tres especies de animales distintas, como el Basilisco, la Quimera,
Otros seres eran totalmente imaginarios, pues fueron imaginados e incorporados a la mitología de los pueblos con los que viajeros occidentales entraron en contacto, los cuales les transfirieron sus fabulaciones.
Tales los relatos, naturalistas como los legendarios, progresivamente, resultaron deformados y recreados, según la imaginación y fantasía de los sucesivos narradores que trataban sobre fauna extrañas. Luego, tales descripciones y creencias se fueron difundiendo y conociendo por todo Oriente y Occidente.
Representación artística, renacentista, de la leyenda de San Jorge y el Dragón, pintura de Rogier van der Weyden, aprox. 1435. El dragón herido, si lo imaginamos desprovisto de sus alas, nos recuerda a una enorme lagartija...
Imagen: Saint George and the Dragon
Algunos casos de fauna fantástica que pueden resultar bastante conocidos a nuestr@s lectores/as, podrían ser el de los dragones, de diversos tipos; el de las grandes serpientes de mar; el de los gigantes humanoides; el del popular unicornio; el del Ave Fénix; el de las sirenas aéreas y marinas; el de las serpientes terrestres de varias cabezas; el de los hombres con una sola pierna, con cabeza de perro o con un solo ojo y, también, el de aquellos con el cuerpo sobre la cabeza (los antípodas), etc.
Algunas de aquellas legendarias bestias monstruosas, se caracterizaban por reunir, a la vez, atributos animales y humanos, mientra que otras, aún, más "monstruosas", reunían características que resultaban de la combinación de dos o tres especies de animales distintas, como el Basilisco, la Quimera,
Dos páginas extraídas de la Historiae Animalium, de 1575, compuesta por Konrad Gesner. Mostrando diversos tipos de fauna, más o menos, fantástica
Imagen: Estela Agudelo
Probable influencia del registro fósil en la creación de mitos y leyendas fabulosas en la antigüedad
En algunos casos, el origen de tales seres míticos y de sus respectivas leyendas, fue el hallazgo fortuito de restos fósiles que, inevitablemente, fueron mal interpretados, por falta de los más mínimos conocimientos, zoológicos y geológicos, necesarios para su correcta identificación.
Ilustración de un vaso griego, 560-540 aC, representando el imaginario enfrentamiento de Herakles, contra el monstruo marino de Troya, para salvar a Hesíone, hija de Laomedonte, rey de Troya. Corresponde este episodio heróico al 9º Trabajo: "El cinturón de Hipólita"
Imagen: Detalle de la portada de la 1ª edición de The first fossil hunters (1)
Un caso de ese tipo, en el que material paleontológico pudo servir para inspirar la leyenda del imaginario enfrentamiento de Herakles, contra el monstruo de Troya, para salvar a Hesione. Se contaba que el terrible "bicho" habitaba una grieta en la pared de un acantilado.
Imagen: Estela Agudelo
Probable influencia del registro fósil en la creación de mitos y leyendas fabulosas en la antigüedad
En algunos casos, el origen de tales seres míticos y de sus respectivas leyendas, fue el hallazgo fortuito de restos fósiles que, inevitablemente, fueron mal interpretados, por falta de los más mínimos conocimientos, zoológicos y geológicos, necesarios para su correcta identificación.
Ilustración de un vaso griego, 560-540 aC, representando el imaginario enfrentamiento de Herakles, contra el monstruo marino de Troya, para salvar a Hesíone, hija de Laomedonte, rey de Troya. Corresponde este episodio heróico al 9º Trabajo: "El cinturón de Hipólita"
Imagen: Detalle de la portada de la 1ª edición de The first fossil hunters (1)
Un caso de ese tipo, en el que material paleontológico pudo servir para inspirar la leyenda del imaginario enfrentamiento de Herakles, contra el monstruo de Troya, para salvar a Hesione. Se contaba que el terrible "bicho" habitaba una grieta en la pared de un acantilado.
Según las actuales evidencias paleontológicas, del lugar, la opinión de algunos paleontólogos y un dibujo de hace unos 2.500 años, se trataría de los restos de un gran jiráfido cenozóico. En el dibujo se representa una especie de gran calavera emergiendo de una cueva, que debió ser inspirada por un gran cráneo fosilizado de Samotherium o de Helladotherium, al que se le habría desprendido la parte anterior del cráneo, por ser más fràgil que el resto y que debió ser observado sobresaliendo de las rocas del acantilado, al quedae expuesto a la vista por efecto de la erosión o de algún derrumbamiento.
Ilustración mostrando las características morfológicas de un cráneo completo de Samotherium, un gran jiráfido del Mioceno, hallado en 1905, en la isla de Samos (Grecia)
Imagen: Tree of Life
Otro caso semejante, al anterior, sería el de la creencia hace 2500 años, en la existencia real de los Grifos, un tipo de animal mítico de aspecto quimérico que se suponía que protegía los yacimientos de oro de ciertas zonas del actual Uzbekistán, contra los buscadores expoliadores.
Portada de la 2ª edición de The first fossil hunters (2) en la que el protagonista es el esqueleto del famoso y mítico Grifo l@s paleontólog@s, rápidamente, identificarán la silueta del esqueleto del mítico monstruo asiático, como perteneciente a un dinosaurio ceratópsido, con unas alas añadidas.
La comparación de las antiguas representaciones de los grifos, con los restos de dinosaurios hallados, en el área geográfica de los grifos, permite suponer que la inspiración necesaria para la creación de tales criaturas producto de la fantasía, procedería de la observación e interpretación fabulosa de los abundantes restos óseos de dinosaurios, de los géneros Protoceratops y Psittacosaurus que aparecen concentrados en esa región asiática, por lo que pudieron ser hallados, casualmente, por carabaneros, viajeros o pastores nómadas en el transcurso del recorrido de alguno de sus itinerarios. La búsqueda de explicaciones a su presencia en aquellos lugares, sin los conocimientos imprescindibles, necesarios, habría condicido inexorablemente a la justificación fabulosa.
Lámina ilustrativa, extraída del libro de Adrienne Mayor, mostrando la semejanza, relativa, entre el aspecto de un grifo y el de un esqueleto de Protoceratops
Imagen: Northstar Gallery
Por una parte, en aquella época, el contexto cultural, estaba grandemente influido por absurdas creencias mítico-religiosas, dando como resultando una mentalidad demasiado propensa o favorable a las interpretaciones fantasiosas, míticas. Además, la falta de conocimientos naturalistas, extensos, y de recursos intelectuales, racionalistas, para interpretar nuevas observaciones, dificultaba la elaboración de interpretaciones de tipo alternativo. Ambas carencias favorecieron las interpretaciones erróneas y simplistas, de todo tipo de observaciones de fenómenos naturales, incluidos los relacionados con la fosilización. Todas estas circunstancias contribuyeron a la existencia de un ambiente social muy propenso a la credulidad, extrema, aceptando como veraz y creíble, cualquier relato absurdo, por increíble que, hoy en día, pueda parecernos.
Continuará