martes, 27 de marzo de 2012

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (10) (Schlangeneier und Drachenzungen)

Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 10ª parte)

Autor del texto original, en alemán, Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria).

Traducción y adaptación, al español, del texto original alemán, realizada por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, Universitat de Lleida.

Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (Continuación, 5ª parte)

Las “piedras huevos de serpientes” o “huevos de serpientes petrificados” (Schlangeneisteine) y el “Ovum anguinum” de Plinio

Los fósiles de los erizos de mar regulares, del grupo de los cidáridos, generalmente, ejemplares de la especie Hemicidaris crenularis, debido a su forma globulosa, casi esférica, y por el hecho de tener la superficie cubierta de numerosas verrugas, más o menos, prominentes, en realidad eran la base, en los puntos del caparazón, en los que se asentaban las espinas o radiolas protectoras y poseer una figura en forma de estrella de cinco puntas, determinada por las alineaciones de los poros ambulacrales, desde muy antiguo, fueron interpretados por pueblos de cultura celta, como auténticos huevos de serpiente, petrificados, con propiedades mágicas.

Ilustración extraída del libro de Konrad Gesner, De omni rerum fossilium genere (1565), mostrando la representación gráfica de un Hemicidaris fosilizado, con la superficie recubierta de las grandes verrugas que caracterizan a esta familia de equinoideos y las cinco franjas, determinadas por los poros ambulacrales
Imagen: De omni rerum fossilium genere,


Según recogió Plinio El Viejo, se diferentes fuentes, entre los galos de su tiempo, en el s. I-II dC, existían diversas creencias supersticiosas relacionadas con este tipo de erizos fósiles:

"El huevo de serpiente petrificado (Ovum anginum o Schlangeneistein), según una creencia muy antigua, se produciría únicamente en aquellos lugares en los que, durante el verano, se habían reunido para copular
un gran número de serpientes.
Se creía que formaba cuando, después de entrelazarse, apretadamente, unas con otras, empezaban a segregar de su cuerpo una especie de bola de saliva o moco que iba creciendo lentamente y tomando la forma globulosa típica, luego, la bola se endurecía hasta convertirse en piedra.
Los druidas decían que al acabarse la formación del huevo y antes dispersarse, las serpientes arrojaban el huevo al aire, mientras lanzan un silbido y quien quisiera disponer de uno de estos huevos de piedra mágicos, debería estar atento para intentar recogerlo antes de que toque el suelo, interponiendo una capa, pues si el huevo toca el suelo pierde toda su virtud. Inmediatamente, el ladrón del "huevo de serpiente" (Ovum anginum, en latín y Schlangeneis, en alemán) deberá salir huyendo a toda velocidad, si puede ser, sobre un caballo, ya que las serpientes lo perseguirán para matarlo inmediatamente. En su huida deberá atravesar algún curso de agua, puesto que el agua es el único tipo de obstáculo que puede detener la persecución mortal de las serpientes enfurecidas.

Ilustración del s. XIII, representando gráficamente como se debía realizar el acto de robar el mágico "huevo de serpientes"Imagen: http://gooblegobbleoneofus.tumblr.com/post/12736460286/mediumaevum-medieval-europeans-didnt-feel-much
Una prueba infalible para determinar la autenticidad de los huevos de serpiente es que siendo de piedra, pueden flotar en el agua, incluso cuando están recubiertos de oro, y además pueden desplazarse flotando a contra corriente. Y el mago que, con habilidad, sabe bien como ocultar su fraude a la percepción de los otros, suele decir que para poder obtenerlo, uno deberá esforzarse por conocer cual es el día exacto en que se reunirán las serpientes, pues este día coincide con cierta fase de la luna, como si la decisión de las serpientes, para realizar su actividad reproductora, dependiera de la luna."
(C. Plinio Segundo, Historia Naturalis, Libro XXIX, párrafo 52-53)

Según comenta Anselmus de Boodt, famoso médico y gemólogo, belga, en su lapidario médico titulado Gemmarum et lapidum historia (1636), más conocido por su versión francesa: Le Parfaict joaillier ou l'histoire des pierreries tratado publicado casi una década más tarde (1644):

"La gente cree que esta piedra puede proteger contra cualquier tipo de intoxicación causada por la contaminación del aire y que es capaz de hacer que los conjuros y encantamientos de las brujas resulten completamente inofensivos para su poseedor.
Sin embargo, por el gran prestigio que esta piedra posee, resulta muy difícil convencer al pueblo de que está engañado y que lo que
cree ser una piedra maravillosa, muchas veces, no es ni siquiera una verdadera piedra, sino que, muy a menudo, tan solo es una imitación hecha de vidrio soplado, que es utilizada por las mujeres de las ciudades como simple pesa de husillo, para poder retorcer con facilidad la fibra, del material usado para tejer, y así poder formar la hebra de hilo."
(Boecio DE BOOT, 1636, citado en Abel, 1939)
Una mujer, hilando a mano con la ayuda del huso cargado en su extremo inferior con una gran fusayola aplanada de madera, artefacto que favorece la continuidad y regularidad del giro imprimido con los dedos, rotación que permite transformar las fibras en hilo
Imagen:
 https://www.youtube.com/watch?v=KUC8NAk1rCQ&ab_channel=dLana


Aspecto de una fusayola esferoidal, de cerámica, usada para hilar a mano, en la
zona andina, artilugio fabricado con la misma intención y función rotatoria que los erizos fósiles belgasImagen: http://ceres.mcu.es/pages/Main

Boetius DE BOOT, señala que en la Bélgica de su infancia, hacia 1555, el uso profano que se daba a los pequeños erizos de mar fosilizados, era como vulgares pesas para hilar o para mantener estirados los hilos en los telares. Pero como debido a su uso generalizado, había una gran demanda social que no podía ser satisfecha con la recolección de los fósiles naturales, llegó un momento en que éstos tuvieron que ser substituidos por pesas artificiales, siendo sustituidos por unas gruesas cuentas de vidrio soplado, fabricadas por los hábiles vidrieros bohemios, que imitaban someramente el aspecto globuloso y verrugoso, característico del caparazón de los erizos cidaroideos que hasta ese momento habán sido usados. Estas simples cuentas de vidrio, algunos avispados charlatanes estafadores, las vendían por las zonas rurales, ofreciéndolas como si fuesen los auténticos y maravillosos Schlangeneisteine, es decir, los famosos y legendarios "huevos petrificados de serpiente" a un precio muy beneficioso para su negocio, basado en explotar la credulidad supersticiosa de sus clientes.

Aunque el objeto de la fotografía, un 
erizos de vidrio soplado, es realmente para uso decorativo, puede servir para hacerse una idea aproximada del aspecto que debieron tener los que, a mediados del siglo XVII, se usaban en Bélgica, como fusayolas de hilandera o pesas de telar. 
Imagen: vintage hand blown juliska sea urchin

En la zona norte de la antigua Bohemia, la actual Chequia, muy cercana a la actual Austria, antiguamente, ciertos tipos de erizos marinos fósiles de la  familia de los "cidaris", como los ejemplares de la especie Hemicidaris crenularis, fueron considerados como objetos peligrosos, con cualidades maléficas. Este tipo de fósiles eran conocidos, por la gente vulgar, con el nombre popular checo: “Duchanek”, es decir "piedra del alma" y la gente culta que usaba fluidamente el latín, los denominaba "lapis Spiritalis", es decir "piedra del espíritu" o "p. del ánima". En ambos casos, el significado de la denominación culta y el de la vulgar, venía a ser el mismo: “piedras de la vida” o “piedras del aliento vital”. Ambos nombres hacían alusión a una imaginaria propiedad de esta clase de piedras extrañas, pues según una antigua y fabulosa creencia popular checa, se decía que esta clase de "piedras" maléficas, poseían poderes  mágicos malignos que resultaban muy peligrosos para la supervivencia de los niños más pequeños. 

Aspecto de un ejemplar de Hemicidaris intermedia, especie de aspecto muy semejante al de H. crenularis. Visto por su parte dorsal, ventral y lateral.
Imagen: International Fossil Shells Museum

Se creía que la simple proximidad de esta clase de piedras podía provocar a los niños pequeños débiles y enfermizos la muerte, ya que provocaban que se escapara del interior de su cuerpo el aliento vital, a través de la boca, causándoles la muerte. Es decir, se las creía una clase de piedras capaces de absorver la capacidad de respiración o lo que es lo mismo, la vida, del interior del niño. Por este motivo se decía que en aquellas casas donde vivían niños muy pequeños, no resultaba nada recomendable mantener este tipo de piedras maléficas, pues si en un descuido de sus mayores, los niños pequeños se acercaban lo suficiente a ellas les aspirarían el aliento vital causándoles la muerte.

Bebé abstraído en sus pensamientos y, al parecer, solo... pero no creo que tengamos que temer por la presencia de una de esas piedras asesinas.
Imagen:
http://www.aorana.com/es/

En mi opinión, es posible que esta creencia popular, tan irracional, pudiera provenir de diferentes y variadas causas responsables de defunciones infantiles. Entre las que que podrían incluir desde el síndrome mortal infantil que ahora se denomina "muerte súbita infantil", ciertas infecciones graves de órganos internos vitales y de efectos fulminantes y sobre todo, hasta, la asfixia infantil accidental, causada por la ingenua o involuntaria deglución, letal, de este tipo de objetos, en bebés de ciertas edades, etapas en las que todo lo que cogen se lo meten en la boca, con resultado mortal de obstrucción de las vías respiratorias.

Aunque el Dr. Julius G. Friebe, no lo menciona en su trabajo, según otras fuentes, parece ser que la razón por la que la gente solía mantener las "Duchaneks" en el interior de sus casas, aún cuando hubiera niños pequeños, fue porque también se creía supersticiosamente que en estas piedras mágicas predominan el lado bueno, con efectos salutíferos protectores familiares muy positivos. 
De forma mucho más generalizada, se consideró a esta clase de piedras con simpatía pues se las creyó como un remedio preventivo excelente y se usaron como amuletos muy efectivo de protección doméstica, frente diversas amenazas latentes para la salud humana, existentes en aquella época, tales como pudieran ser ciertas graves epidemias, frecuentes entonces, tales como la difteria, la gripe y hasta la peste negra.
Además, también se creía que este tipo de piedras mágicas protegían contra todo tipo de envenenamientos, encantamientos y embrujamientos. Contrariamente se creyó que el lado oscuro de tales piedras "Duchaneks", es decir, los supuestos poderes maléficos ejercidos sobre los niños, les eran inducidos o activados, mediante magia negra o brujería, por voluntad de personas malvadas o envidiosas que querían perjudicar gravemente a una familia determinada.

Continuará