Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (
Continuación, 4ª parte)
Autor del texto original, en alemán, Dr. J. Georg FRIEBE del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria)
Traducción, adaptación y ampliación al español, del texto original, en alemán, Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, Universitat de Lleida.
Algunos testimonios históricos, sobre el uso de piedras curativas, en documentos escritos de la antigüedad (2).
Las virtudes curativas de las piedras, en los Lapidarios de la Edad Media
En el occidente europeo, tras la caída del imperio romano, los antiguos conocimientos sobre medicina griega, contenidos en los escasos textos del mundo antiguo, se fueron perdiendo, paulatinamente, en el olvido, en unos casos, porque los documentos se desintegraron por el paso del tiempo y, en otras ocasiones, porque fueron destruidos por diversas catástrofes naturales y numerosas guerras.
Afortunadamente para el occidente cristiano, los antiguos conocimientos griegos, sobre medicina, se empezaron a recuperar a partir del momento en que empezaron a ingresar en las bibliotecas nobles europeas, las primeras traducciones, al latín, de algunos textos árabes, escritos por famosos médicos árabes que recogían en sus textos, muchos de los antiguos usos medicinales, griegos, de plantas, animales y minerales.
Durante la Edad Media, algunos autores enciclopedistas, raramente relacionados con la profesión médica, escribieron un tipo de libros en que trataban única y exclusivamente, sobre las virtudes curativas de ciertas piedras, "lapis", en latín, razón por la que a este tipo de libros se les denominó y fueron conocidos por el sobrenombre de “Lapidarios”. Los autores de estas obras, cuyo contenido mágico, casi nadie se atrevía a poner en duda, basaban las afirmaciones y propuestas que hacían sus escritos, fundamentalmente, sobre la fe absoluta y acrítica, de la población, en las afirmaciones que habían realizado, muchos siglos antes, algunos autores famosos de la antigüedad clásica, cuyas afirmaciones disparatadas y "recetas" irracionales, se habían constituido en tradiciones muy respetables y respetadas por los médicos y enfermos de la época. Muy a menudo, completaban o ponían al día, las propuestas de los "maestros antiguos", mediante la adición de sus propias presunciones y observaciones.
De los innumerables lapidarios europeos, que circularon por las bibliotecas medievales de médicos, nobles y jerarcas eclesiásticos, que habían sido compuestos por una multitud de autores medievales, aquellos que llegaron a alcanzar más fama en su tiempo, fueron los Lapidarios de:
Isidoro de Sevilla (s. VI-VII), eclesiástico católico y erudito hispanorromano de la época visigoda, obispo de Sevilla, escribió en latín una enciclopedia en 20 libros, llamada “
Etymologiae” u “Originum sive etymologiarum libri viginti”, conocida popularmente como las Etimologías. En el Libro XVI de esta enciclopedia Isidoro de Sevilla, trataba sobre las propiedades de los metales y de los minerales, además, de contener una parte en la que se describen las virtudes curativas y protectors de diversas piedras y gemas, por lo que constituye un Lapidario médico que resulta muy semejante al Lapidario de Plinio, contenido en si Historia Naturalis.
Portada de la edición de las Etimologías de Isidoro de Sevilla, a cargo de Wallace Martin Lindsay (1858–1937), profesor de Humanidades en la universidad escocesa de St. Andrews University.
Marbodio de Rennes (s. XI-XII), clérigo galo, obispo de Rennes, escribió en verso y en latín el “Liber lapidum”, entre 1067 y 1081, en ediciones posteriores también fue denominado como “De lapidis” o “De gemmis”, en el que trata sobre las virtudes curativas y mágicas de 60 gemas, éste fue el lapidario más famoso durante toda la Edad Media y aún posteriormente puesto que en el siglo XIV ya se había traducido al francés, el provenzal, el italiano, el irlandés y el danés y en el XV al castellano, se siguió editando hasta el s. XVIII.
Portada de "De Gemmarum Lapidum", editado en latín, en Colonia, en 1539.
Imagen: http://www.minrec.org/libdetail.asp?id=922
Hildegarda de Bingen (s. XII) monja alemana, de la orden benedictina, naturalista, boticaria y médica, abadesa de Rupertsberg, persona que es mucho más conocida y reconocida, hoy en día, por sus escritos religiosos que no por sus escritos sobre medicina. En la década de 1150 escribió
una enciclopedia científica y médica en dos volúmenes, “Liber Simplicis Medicinae” o “
Physica”, un verdadero tratado de Historia Natural, con algunos capítulos dedicados a tratar sobre las virtudes de ciertas hierbas (herbario), animales (bestiario) y piedras (lapidario) y “Liber Compositae Medicinae” o “Causae et Curae”, un manual sobre las causas de las enfermedades físicas y mentales y sus apropiados tratamientos curativos, con abundantes referencias sobre la sexualidad.
Portada de una edición de "Physica", traducida, del latín original al inglés, por Priscilla Throop, editada en 1998, en Rochester, Vermont por Healing Arts Press.
Imagen: http://www.amazon.com/Hildegard-von-Bingens-Physica-Translation/dp/0892816619Alfonso X de Castilla (s. XIII), en la década de 1250, promovió, patrocinó y participó en la escritura, en latín, del “
Lapidarium”, más conocido como el “Lapidario de Alfonso X el Sabio”, en el que sus autores, astrólogos expertos, que
formaban parte del “scriptorium regium” y de su Escuela de Traductores de Toledo, trataban sobre las virtudes y usos particulares, de 360 variedades de piedras y gemas, bajo el influjo de diversos astros, relatando las supuestas virtudes y usos terapéuticos de 30 piedras, por cada uno de los 12 signos astrológicos del zodiaco. Este lapidario de gran influéncia árabe, recoge muchas tradiciones originarias del oriente próximo y medio. La obra fue ampliada, posterior,mente, en 1279, con el “Libro de las formas e imágenes que están en los cielos”, más conocido como las “Tablas astronómicas alfonsíes o del Lapidario”
Página del "lapidario" de Alfonso X, magníficamente iluminado con una gran cantidad de miniaturas que muestran a los animales del zodíaco que representan las diversas constelaciones ,y diversas escenas de la vida cotidiana de su época.
Imagen: http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_de_Alfonso_X_el_Sabio
Arnoldo Saxo (s. XIII), escritor enciclopedista alemán, sobre cuya vida no se sabe casi nada, pero del apodo "Saxo" se ha podido deducir que era sajón, seguramente originario de la Baja Sajonia. Escribió, en latín, una enciclopedia titulada “
De floribus rerum naturalium”, cuyo libro 3, titulado: “
De virtutibus lapidum”, también denominado “
De gemmarum virtutibus", trataba sobre los poderes mágicos y las virtudes curativas de determinadas piedras o gemas. En la primera parte descrive en orden alfabético 81 piedras y sus respectivos poderes y en la segunda parte, los tipus de piedras talladas y grabadas, para ser usadas como sellos personales, con sus respectivas virtudes protectoras. La obra de Saxo influyó en muchos importantes autores posteriores, como Ánglico y Alberto Magno.
Bartolomeo Anglico (s. XIII), fraile franciscano inglés, que residió una gran parte de si vida en Francia y Alemania, donde escribió una enciclopedia titulada "
De propietatibus rerum" (1240), que constaba de 19 libros, en los que abordaba muy didtintos temas, uno de los cuales era un lapidario, titulado: “
De lapidus preciosis”, en el que trataba sobre las propiedades y usos mágico-medicinales de las gemas. Esta enciclopedia, gozó de gran fama en su tiempo y aún posteriormente, puesto que todavía a finales del siglo XV, aún se editaban versiones traducidas, a las diversas lenguas vernáculas, en distintos países europeos.
Alberto Magno (s. XIII), clérigo alemán, fraile dominico, profundo conocedor de todos los procedimientos alquímicos, que con sus estudios se constituyó en un precursor de la química científica moderna. En 1262 escribió “De Mineralibus” una obra inspirada en los textos de Avicena (s. XI), en que trata sobre las virtudes y propiedades, físicas y químicas, ocultas, de las piedras y minerales. También menciona diversos tipos de gemas y cita sus propiedades curativas y aplicaciones medicinales.
Portada de una edición de "De Mineralibus" Libri Quinque, editado en 1519, en Augsburgo
Imagen: http://www.minrec.org/libdetail.asp?id=20
También existieron algunos escépticos y críticos, contrarios al uso terapéutico de las piedras curativas
Pero a pesar del clima social que predominaba en la Edad Media, en general, muy crédulo en cuanto a las supuestas virtudes mágicas de las gemas y altamente favorable al uso terapéutico de ciertos tipos de piedras, algunos autores medievales, europeos, ya se atrevieron a expresar abiertamente, sus críticas hacia la ingenua credulidad social, sobre las virtudes mágicas y su utilidad para el tratamiento médico de enfermedades, mediante las “piedras curativas" que manifestaban los diversos lapidarios publicados en su época. Un trovador del Siglo 13, oriundo de Franconia, en el suroeste de Alemania, cuyo nombre verdadero se ha perdido en el tiempo, pero
que es conocido por su apodo: “
Der Stricker”, es decir, “El Tejedor”, apodo que parece indicar que era una persona de origen plebeyo, se ocupó de las piedras curativas, en un poema satírico y lo hizo de una manera tan contundente, crítica y sarcástica que, a causa de esto, Uhl, W., conocido como
Volmar o Volmer (s. XIII) , autor de «Das Steinbuch» (1250), es decir “El libro de las piedras”, en el que trataba sobre las virtudes de las piedras curativas, exigió a las autoridades que se debía dar muerte al juglar “Der Stricker”, por burlarse de sus escritos que estaban basados en informaciones procedentes de la Biblia, extraídas de un libro del Antiguo Testamento en el que se trataban sobre las doce piedras preciosas que portaban en el pectoral los Sumos Sacerdotes de Israel y sus propiedades. Volmar también consideraba que era un delito muy grave que “Der Stricker” no sólo desacreditara en su poema, el uso de las piedras curativas, sino que además ridiculizara a los médicos avariciosos y escaneciera a los enfermos crédulos que confiaban en las virtudes de ciertas piedras, para sanar determinadas enfermedades y mitigar el sufrimiento de ciertas dolencias.
Portada de una edición moderna, en alemán, de un recopilatorio de la producción literaria de Der Sticker, titulado: "Cuentos, fábulas y discursos", editado en 1999, en Ditzingen. Imagen: http://openlibrary.org/books/OL9018975M/Der_Stricker._Erz%C3%A4hlungen_Fabeln_Reden._Mittelhochdeutsch_Neuhochdeutsch.
Notas del traductor.
1-Como han demostrado diversos trabajos de Liñán y colaboradores, orientados demostrar la naturaleza paleontológica de una parte de las piedras descritas por diversos lapidarios antiguos y modernos, algunas de las piedras y gemas, sobre las que trataban, eran, en realidad, diversos tipos de fósiles.
Liñán, M., Carrasco, J. y Liñán, E. 2010. Geoterapia atribuida al ámbar, a la piedra bezoar y al marfil en la obra de Cristóbal Acosta "Tratado de las drogas y medicinas de las Indias Orientales" de 1578. Naturaleza Aragonesa, 25: 18-25.
Liñán, M., Carrasco, J. y Liñán, E. 2010. Fósiles y minerales contenidos en las recetas del "Libro de la almohada, sobre medicina" de Ibn Wâfid (s.XI). Naturaleza Aragonesa, 24: 4-11.
Liñán, M., Carrasco, J. y Liñán, E. 2009. Fósiles y farmacia en la «Historia Natural» de Juan Gil de Zamora (s. XIII). Naturaleza aragonesa, 23: 21-26
Liñán, E. y Liñán, M. 2006. Criptopaleontología y terapéutica contenida en el lapidario del rey Alfonso X "El Sabio" (1279). El primer tratado de literatura paleontológica en lengua castellana. Rev. Real Academia de Ciencias. Zaragoza, 61: 147-179. pdf
Liñán, E. y Liñán, M. 2006. Fósiles, magia y medicina natural en los lapidarios. Naturaleza Aragonesa, 16: 4-15. pdf
Liñán, E. 2005. Una visión Criptopaleontológica del Lapidario de Plinio “El Viejo” (Siglo I), Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, Nº. 148, 2005 , pags. 219-236
2- Con en el fin de proporcionar, a los lectores más profundamente interesados en el tema de los Lapidarios, una visión más completa del contexto histórico y sociocultural, el traductor ha decidido añadir información suplementaria, referente a diversos autores de lapidarios muy importantes en el occidente europeo, tales como, Isidoro de Sevilla, Marbodio de Rennes, Alfonso X de Castilla, Arnoldo Saxo y Bartolomeo Anglico que no aparecían en la versión original alemana, seguramente, debido a las exigencias del formato del documento original: un folleto de extensión muy limitada y a los objetivos específicos de una publicación de ese tipo: prestar un mínimo soporte informativo, a ciertos objetos que constituyen una exposición temporal.