martes, 9 de febrero de 2010

Los dientes fósiles, de tiburón, en el folklore del estado federal de Mecklemburgo-Pomerania Occidental (Noreste de Alemania).

El texto de este artículo es original de Volker Janke, antropólogo del Museo del Folklore de Mecklenburgo, en Schwerin (Alemania), fue publicado, originalmente, en alemán, con el título : “Drachenzähn und Vogelzunge”. La versión original, en alemán, de este artículo, fue publicada en el Mecklenburg-Magazin, el viernes, 29 de abril del 2005.
La versión digital, en alemán, que podía ser consultada, en línea, aquí hasta el año 2008, actualmente ya no está accesible en línea.
La traducción del artículo, del alemán al español, así como las notas aclaratorias y las imágenes ilustrativas y sus explicaciones, han sido realizada por Heracli Astudillo Pombo, profesor investigador del Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida.

 
Colección de dientes fósiles de diversas especies de tiburones, mostrando su parecido entre ellos y con diversos objetos conocidos, entre muchos otros, las lenguas de diversos tipos de animales.
Imagen:
 Black River Fossils
De la misma manera, en el pasado, nuestros antepasados, desvalidos, por la falta de perspectiva científica, habían intentado la identificación de los gigantescos dientes molares de mamut que, de vez en cuando, se encontraban en las graveras y arenales de las tierras bajas del Norte de Alemania. Como por entonces, nadie había visto nunca elefantes y muchos creían en la existencia de dragones y gigantes, por tanto en el pasado, resultaba bastante creíble suponer que aquellos molares de mamut pertenecían a gigantescos dragones y a gigantes espantosos.



Los dientes fosilizados de tiburón, avivaron la superstición de nuestros antepasados que los creían “dientes de dragón” (Drachenzähne) y “lenguas de pájaro” (Vogelzungen).

Los dientes fosilizados son los restos corporales de los vertebrados, prehistóricos, que nos llegan con más frecuencia, después del transcurso de millones de años. El esmalte los protege en vida y, luego, el material dentario, casi exclusivamente, consistente en materia inorgánica o mineral los protege de la descomposición. Además, ciertos compuestos de flúor, proporcionan al diente una resistencia especial. Estas características, habilitan a los dientes, no sólo para sobrevivir a la edad adulta, sino para conservarse durante millones de años.
En la antigüedad, los descubrimientos de dientes fósiles plantearon enigmas que resultaban inexplicables en aquella época debido, solamente, a la falta de conocimientos científicos y geográficos, características típicas del mundo antiguo.
Las ciencias modernas, ayudaron a los seres humanos en sus intentos de interpretación de los dientes fosilizados de tiburón, para poder asignarles, por primera vez, su lugar correcto, en el reino animal, ya que antiguamente eran considerados, erróneamente, como "lenguas de pájaro petrificadas".


Los griegos de la antigüedad, ya habían buscado una explicación al misterio.
 

Aunque algunos de los antiguos filósofos griegos, ya reconocieron la verdadera naturaleza biológica de los fósiles (antiguamente eran más conocidos como "petrificaciones" o "petrefactos") como los restos petrificados de antiguos organismos vivientes, hasta el siglo XVI, muchos intelectuales sostuvieron que las "Lithophyta", que fue como se denominó a las "criaturas de piedra", eran "imitaciones" de cosas o seres vivientes y el resultado de los llamados “juegos de la Naturaleza” (Lusus Naturae). Sólo en algunas pocas ocasiones y de forma muy excepcional, fue reconocida su relación con los dientes de los tiburones vivientes por algunos intelectuales de aquella época.
A menudo se interpretaron, las plantas y animales fosilizados, como seres de naturaleza mineral nacidos dentro de la tierra de manera casi mágica o se creyó, que habían llegado hasta nuestra región, desde otros lugares lejanos, arrastrados por la violencia de las aguas del Diluvios Universal.

Plinio el Viejo, ya describió estas piedras denominándolas Glossopetra (del griego glossa = lengua y petra = piedra), comentando que, en aquel tiempo (2), eran consideradas como lenguas de piedra y como lenguas de serpiente, petrificadas y resaltó que su origen se suponía que no era terrenal sino exclusivamente celeste. (1)

La lengua vernácula de los habitantes de Mecklenburgo tiene diversas denominaciones populares para referirse a este tipo de fósiles, tales como: “lenguas de pájaro” (Vogelzungen), “piedras de duende" (Dwarlsteine), “piedras de sapo” (Krötensteine) y “puntas del rayo” o “puntas de trueno” (Donnerkeile). 
Todos estos nombres vulgares nos proporcionan algunas pistas útiles que pueden conducirnos a identificar algunas explicaciones populares, sobre el supuesto origen, legendario y maravilloso, de estas extrañas piedras.

Colección de dientes fósiles de diversas especies de tiburones, mostrando su parecido con diversos objetos, entre otros, las lenguas de diversos tipos de animales.
Imagen: Shark Teeth 
 
Antiguamente, al observar un diente fósil de tiburón, era posible reconocer su semejanza con ciertos objetos conocidos y, por ello, poder interpretarlo como una lengua de serpientes o una lengua de pájaro, “petrificada”. Puesto que en su forma, algunos de estos dientes se asemejan bastante a la lengua de algunas aves. 
Debido a la aplicación del principio de semejanza, en tiempos antiguos, en algunos lugares cuando se encontraban dientes de tiburón fosilizados, se creyó tener delante, unas verdaderas lenguas de serpiente, petrificadas
Por esta misma razón, a cierta clase de estas piedras que se asemejaban a la lengua de los mamíferos también se las había llamado “piedras lengua” (Zungensteine). 

Como en la antigüedad, predominaba la superstición y la irracionalidad, la primitiva mentalidad humana consideraba a las serpientes como animales mágicos que podían renacer periódicamente y como, además, mucho más tarde, se creyó que la lengua de las serpientes era el verdadero órgano que inyectaba el veneno, se creyó que en estas lenguas venenosas petrificadas, debían residir ciertas fuerzas o capacidades mágicasPor este motivo algunos tipos de estos dientes fósiles, fuero engarzados en oro o plata, para poder llevarlos colgando del cuello, como un potente amuleto protector. Los portadores creían que mientras llevaran colgado el amuleto estaban protegidos de cualquier mordedura venenosa, pues alejaba a los animales ponzoñosos y además les hacían inmunes al veneno inyectado por mordedura o ingerido con comida o bebida, por lo que protegían contra intoxicaciones y envenenamientos.

Antiguamente, los grandes dientes fosilizados de tiburón, fueron llamados “dientes del lobo de la luna” (Mondwolfzähne). Porque se creían que aquellos dientes petrificados se le habían caído a un lobo mítico (Mondwolf) que perseguía eternamente a la Luna, por el firmamento nocturno, con la intención de devorarla. En ciertas ocasiones (fase de luna menguante), conseguía atrapar a la divinidad lunar (la luna llena) y empezaba a devorarla, le iba arrancando pedazos para comérselos hasta que la consumía completamente (fase de luna nueva). Luego la divinidad lunar renacía (fase de luna creciente) y se volvía a repetir el proceso.
Los dientes que se le desprendían de las fauces a aquel lobo mítico en esas ocasiones en que devoraba a la luna, caían desde el cielo hasta la tierra, donde se enterraban y por eso, a veces, se encuentran dentro de las rocas. 
Debido a la creencia de que tales dientes procedían del cielo y de la boca de un animal mítico, se supuso que deberían poseer alguna fuerza mágica y propiedades extraordinarias, por lo que no era raro que fuesen llevados colgados del cuello como amuletos, para defenderse de una gran variedad de amenazas imaginarias o latentes en el entorno. (3)

Antiguamente, también se creyó, que las lenguas de piedra o lenguas de serpiente más agudas, por un efecto de magia  simpática, debido su extrema agudeza, deberían ejercer un mágico efecto, repelente, contra las temidas “malas miradas” proyectadas por los fascinadores o contra el "mal de ojo" de aojadores profesionales (brujas), personas que podían causar mal a distancia, mediante miradas, por tanto fueron usadas como amuletos protectores contra el "mal de ojo".


El desconocimiento científico fue lo que condujo a las interpretaciones míticas y fantásticas

El famoso paleontólogo y etnopaleontólogo, austriaco, Othenio Abel, escribió en 1939:
"Muy raramente, un fenómeno natural se resiste, indefinidamente, al conocimiento humano, aunque, antiguamente, ante los fenómenos más impresionantes, más violentos o más persistentes, la gente debido a su falta de conocimientos científicos e influidos, por el miedo supersticioso o por la admiración del poder y sabiduría divinos, los interpretase de manera errónea.”

La futura exhibición dedicada a mostrar las "Relaciones de los dientes fósiles, de tiburón, con la cultura popular y el folklore del estado federal de Mecklemburgo-Pomerania Occidental", se realizará en la ciudad de Schwerin, en la Sala de Exposiciones, situada en la calle Schusterstraße nº 11, en donde podrá visitarse la exposición titulada "Drachenzahn und Vogelzunge" (“Dientes de dragón y lenguas de pájaro"), exhibición divulgativa que se mantendrá abierta hasta el día 20 de Mayo [del año 2005].

Volker Jank, del Museo del Folklore de Mecklenburg, en Schwerin


Notas aclaratorias del traductor
 
(1) En el liber XXXVII, Cap. 59 de la obra enciclopédica “Naturalis Historia”.
(2) Siglo I de nuestra Era
(3) Según las antiguas sagas nórdicas y germánicas, el lobo mítico Hati, es el eterno perseguidor y devorador de de la luna, a la que según una antigua creencia popular germana consigue devorar regularmente, todos y cada uno de los meses del año (su activad devoradora comienza con el inicio del cuarto menguante y concluye con el final del cuarto de la luna nueva), pero también la alcanza y ataca, muy esporádicamente, en aquellas raras ocasiones en que se producen esos fenómenos que modernamente denominamos "eclipses lunares, totales o parciales".

(4) Los nombres vulgares dados a los dientes de tiburón fósiles, en las diversas regiones germanohablantes de Europa, a lo largo de la historia, fueron muy variados y más o menos fantasiosos. Los más utilizados fueron los siguientes: lenguas de víbora (Natternzungen), lenguas de nutria (Otternzungen), lenguas de serpientes (Schlangenzungen), lenguas de pájaro (Vogelzungen), piedras de lengua (Zungensteine), dientes de dragón (Drachenzähne), glossopetras (Glossopetren), ophioglossas (Ophioglossen), lenguas de piedra (Steinzungen), piedras de serpiente (Schlangensteine) y piedras de trueno o del rayo (Donnersteine). Información extraída de Wikipedia.